Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con Mariela Aravena, presidenta de uno de los comités del campamento Felipe Camiroaga en Viña del Mar.
Aún se trabaja en el catastro de casas afectadas por el incendio en la zona alta de Viña, pero la cifra se acerca a las 300 viviendas. Centenares de damnificados que hoy, más que nunca, luchas por vivir bajo un techo digno que por años se les ha negado. Es la cruda realidad de quienes llegan a vivir en campamentos, que ven como las puertas se les cierran en la cara y que deben vivir en zonas expuestas a tragedias como las de la semana pasada. Bien lo sabe nuestra próxima invitada, a quien, si bien no se le quemó su casa, ha debido transitar un difícil camino para darle techo a su familia y hoy sus esfuerzos se centran en dar una mano a sus vecinos que lo perdieron todo.
¿Cúal es la situación que se vive en Viña?
“Gracias por darnos este espacio y poder comunicar desde adentro lo que se vive. A esta hora están en Las Palmas, parte vecina de nuestro campamento. Están sacando escombros para poder autoconstruir sus viviendas, sus casas”, señala Mariela Aravena.
Cuando hablamos de campamentos ¿Cuánto tiempo llevan ahí? ¿Cómo se instalaron?
“El campamento Felipe Camiroaga está del 2011 en Viña. Hay mucha demanda y poco suerte habitacional que hay a nivel nacional”, indica la presidenta de uno de los comités del campamento Felipe Camiroaga.
¿El 2011 se instalaron muchas familias juntas? ¿Cómo se organizaron?
“Este es un terreno privado, del 100%, el 30% viene siendo municipal. Venimos llegando de a poco y ordenando por sectores para tener un orden. Los campamentos son mal mirados y mucha gente tiene un concepto que las personas que viven aquí son delincuentes y la verdad no es así. Aquí la gente es de esfuerzo, que trabaja y queremos un buen vivir para nuestros hijos. Hay mucha gente que postula a los subsidios pero es muy poco para las demandas que hay. Muchas familia se ven con la necesidad de tomarse un terreno para tener el suelo de la casa propia”, afirma Mariela Aravena.
¿Acceden a algún tipo de servicio? ¿Avanzan poco a poco?
“Cuando llegamos no teníamos luz, de a poco. Aquí hay hasta 150 socios de cada comité, nos organizamos de a poco. Estamos colgados, pero tenemos una forma de trabajo ordenada y con precaución. Ahí los vecinos y dirigentes se han comprometido para que podamos tener una buena conexión”, asegura la presidenta de uno de los comités del campamento Felipe Camiroaga.
Ustedes son súper conscientes de estos riesgos de incendios… Colindan con plantaciones y son conscientes de eso. ¿O no?
“Viña es uno de los lugares donde más se concentran campamentos, nosotros estamos organizados, tenemos grupos de Whatsapp y nos vamos informando. En estas fechas nos preocupamos de las familias, estamos expuestos a más incendios por estar en los cerros, pero tenemos precaución. Nosotros tenemos precaución, hace poco tuvimos un incendio y gracias a Dios se quemaron pocas casas”, asevera Mariela Aravena.
Está el campamento Felipe Camiroaga y también se han creado más. ¿O no?
“Si, se crearon varios más después de la pandemia. Ha llegado mucha gente de otros sectores”, puntualiza la presidenta de uno de los comités del campamento Felipe Camiroaga.
Algunos de estos terrenos son de privados, algunos estarían interesados en crear incendios y sacar a la gente y hacer negocios inmobiliarios. ¿Conoces de eso?
“Eso es uno de los rumores que más fuertes están. Que los incendios se provocan para erradicar a las personas y recuperar sus terrenos. Es más beneficioso que hacer viviendas sociales”, plantea Mariela Aravena.
Ustedes se organizan… ¿Desde el otro lado cuál es el camino? ¿Es difícil optar a un subsidio?
“Si, es muy difícil. Yo vivo aquí donde no tengo agua ni luz y pertenezco a la clase media. Soy muy rica para un sector y pobre para otro. No puedo acceder a nada, no calificó a ninguno de los dos sectores. La demanda es demasiada y el suelo está muy caro. Mucha gente se ha ganado el subsidio pero tampoco pueden postular. No se saca nada de tener subsidios si no hay casas que se puedan comprar”, fundamenta la presidenta de uno de los comités del campamento Felipe Camiroaga.
¿Cuánta plata tiene disponible y no puede comprar nada?
“Por lo menos 10 UF. Cada familia tiene su libreta de ahorro y ahí están tratando de postular. Llevamos 11 años aquí y los niños ya son grandes, hemos formado una comunidad. Algunos no nos queremos ir pero otros quieren postular, pero no se construyen viviendas sociales. Eso pasa a nivel nacional”, agrega Mariela Aravena.
¿No tienes agua ni luz?
“Por lo menos en nuestro sector, cada campamento tiene diferentes realidades. Nuestro campamento está conectado a una matriz que pasa por toda Viña del Mar”, acota.
“Entre todos los vecinos hemos tratado de juntarnos entre todos los comités y compramos tubos para hacer un desagüe. Tampoco es la idea contaminar si vivimos aquí. Hemos hecho conexiones casa por casa para llevarlo a la parte donde pasan las aguas servidas”, añade la presidenta de uno de los comités del campamento Felipe Camiroaga.
¿Cuántas familias fueron afectadas? ¿De qué manera piensan volver a empezar?
“De campamento, hace poco se formó un campamento al lado de nosotros y se vieron afectadas como 4 casas. El resto son poblaciones solo que la burocracia es mucha”, concluye Mariela Aravena.