El especial de investigación “Matar al Otro”, que incluye el podcast “Niños de quién”, desarrollado por el Centro de Investigación y Proyectos Periodísticos de la Universidad Diego Portales, donde se recogen datos recientes de casos de violencia en la última década en Santiago.
En Futuro conversamos con Alberto Arellano, director del Centro de Investigación y Proyectos Periodísticos de la Universidad Diego Portales; Jorge Rojas, Coordinador del mismo centro y Pato Cuevas, conductor de la ley del rock de Futuro y realizador del podcast.
Cuéntame de qué trata este especial…
(Alberto) Es un especial con visualizaciones de un tema que es bien terrible y sensible, los homicidios han ido en crecimiento con un peak en 2020 bien terrible y era un tema que había que abordar con varias perspectivas por eso estudiamos datos desde hace una década para poder calibrar este fenómeno. La tasa de homicidios va creciendo año a año y son coletazos interesantes para que esté en conocimiento de la ciudadanía.
Este especial es como una experiencia… Es una gráfica, está lo del podcast, es mucho más que una información simple y leída…
(Pato) Ha sido súper interesante para todo el equipo, es nuestra primera experiencia como equipo de hacer un podcast narrativo periodístico. La primera vez que hacemos algo que tiene que ver con una serie limitada. Se centra en el reporteo que hubo a partir de la llegada de una cantidad de personas baleadas en febrero en el hospital el Pino. Fue una decisión interesante que me hayan reclutado y es divertido, en alguna medida cuando conversamos por primera vez y me dicen lo del podcast y tiran 6 capítulos casi listos. Creo que fue mutando, eso fue en agosto de este año, pero ahí fue como meternos en algo que no habíamos hecho nunca, yo no había hecho nunca un montaje de un podcast y entiendo que Jorge tampoco. Fuimos embarrándola en el camino después, pero el resultado fue bueno.
Cuéntame un poco sobre la historia y construcción sonora de este relato…
(Jorge) Cuando empezamos sabíamos que teníamos que ir por los datos pero también por la historia. La lectura que se hizo fue múltiple porque la historia se hizo cada vez más compleja. Esto partió con esta noticia en febrero de 8 personas baleadas en la urgencia del Pino y esto generó un colapso. Es la primera vez que llegaba tanta gente así, nunca había llegado este número de personas baleadas en un lapso de 2 o 3 horas. Agarramos esta noticia, cual es la historia de estas personas y en la medida que fuimos investigando llegamos primero al hospital el Pino y fuimos sabiendo quiénes eran estas personas. Eran todos jóvenes, menos algunos que fueron víctimas colaterales. Al andar de la investigación supimos de dónde venían, pero fuimos mucho más allá. Del capítulo 1 al 4 uno podría escuchar sobre los últimos 17 o 20 años de un territorio abandonado por el estado.
Tiene tal densidad que uno va a 1997, qué es el momento donde se entregan las casas de esta villa de donde provenían estos menores de edad que estaban en conflicto y es bien sorprendente, uno se encuentra con fenómenos que están en el inconsciente, ¿Cuál fue el primer conflicto que hubo en esa villa? Que los departamentos se inundaban. Y aparece una noticia donde las personas reclamaban y las soluciones eran nylon por fuera y viene la asociación con las casas copeva. Uno tira de la hebra y terminamos hablando de casas que se llueven, familias erradicadas de campamento. Es un buen resumen de las precariedades que han habido desde los ochenta hasta la fecha. No queríamos que fuera una historia policial. Cuando uno nombra eso hay resignación por saber que hay más allá, cuando uno tira esta hebra si hay problemas que son más cercanos, es un abandono estructural. Fue necesario transitar por ahí, fue algo que se fue construyendo a sí mismo.
Ese relato en lo sonoro ¿Como se construyó eso?
(Pato) La idea era que cada episodio tenía paisajes y tenían que ser resueltos con los recursos que tuviéramos. En la medida que ese relato fue perdiendo lo no inmediato de la balacera, hay cosas del podcast que fueron desapareciendo, cambiaron algunas escenas y hasta el nombre. Fue encontrando su identidad. El resultado fue super auspicioso y nos fue poniendo a prueba permanentemente. Siempre hay que ponerse en el lugar del auditor en estos casos. No era un relato lineal y eso es super entretenido, cuando el editor entiende la historia y se deja llevar, tiene sorpresa, es fascinante escucharlo.
Con respecto al matar al otro también hay cifras, visualizaciones, mapas… Han ido subiendo los homicidios respecto a la cifras… ¿Qué otras cosas podemos encontrar?
(Alberto) Además del podcast, están pasando cosas importantes que tienen que ver con el narcotráfico que es un tema que los periodistas tenemos que aprender a reportear.Los contextos donde se producen estos ajustes de cuenta, la subsecretaría de prevención del delito piensa que se pueden prevenir los homicidios si se conocen los contextos, esto sucede donde el estado ha retrocedido y donde parece como factor común el narcotráfico o las iglesias evangélicas. En términos generales el especial trae las cifras de homicidios desde el 2010 hasta la fecha. Tienen 30 fuentes, autoridades, vecinos, expertos. Las sensación de la autoridad del 2020 que tuvo un peak de homicidios, el 2021 bajo pero este año cerraremos con cifras similares al 2020.
En Chile no contamos los homicidios bien, no están esas cifras, nosotros estamos dando una cifra internacional que compara a Chile con otros países. Nuestra tasa es baja pero la pregunta es con que nos están comparando esa tasa.
Están subestimando esta tasa y está mal calibrada porque no existe la data.Hay comunas de Chile donde su tasa de homicidios es bastante similar a algunos países centroamericanos. Alto Hospicio, la Pintana, lo Espejo, territorios que tiene comportamientos solamente en homicidios, tienen tasas que están por sobre el promedio del país, 3 veces más. Santiago está aún un poco bajo pero la cantidad de homicidios en números ha crecido muchísimo.
¿Cuál fue tu mayor desafío?
(Jorge) Fueron varios, no sé si en especial uno. Hasta el final estuvimos sacando cosas, hubo un capítulo que no salió, decidimos que era un camino ciego. No tributaba la historia principal. En la villa cordillera de los Andes donde ocurre esta balacera es un barrio que tiene 3200 departamentos, que es el complejo más grande de Chile de viviendas sociales. Miras las cifras de otros delitos y te das cuenta que es un territorio donde la violencia está muy internalizada y lo más desafiante fue tratar de proyectar esta historia más allá de esta violencia. El desafío principal siempre fue entender, nos hicimos mil preguntas y tratamos de responder las más que pudimos. Eso fue lo más complejo porque no es una mirada única de lo que ocurre.