Acaba de publicarse en vinilo el debut de Alhazred, banda compuesta por integrantes de Autómata y Dorso. Si bien varios de los temas de este miniálbum llevaban un tiempo disponibles en plataformas digitales, es gracias al sello nacional Eat My Records que «Cúpula» es presentado en formato físico. Y dispuesto a convertirse, sin duda, en un disco de colección. No sólo para los seguidores de ambos grupos, también para quienes valoran aquellas obras que nacen de la absoluta libertad creativa. Su factura es impecable y resalta el trabajo gráfico. En simple: ves la carátula, el nombre, el logo y sabes exactamente qué esperar.
Alhazred, proyecto nacido en pandemia, está compuesto por Rodrigo Cuadra (bajo, voz, teclados), Sebastián Lekanda (guitarra), Alfredo Smith (batería y percusión) y Álvaro Soms (guitarra). Una formación que no requiere de mayores presentaciones, pues se trata de compositores e intérpretes con intereses musicales que van más allá de lo que hacen en sus bandas. Que no extrañe, entonces, que la apuesta vaya por sumar fuerzas y buscar nuevas maneras de expresar sus obsesiones creativas dentro de amplio rango que ofrece el metal progresivo.
Porque Alhazred es eso. Un metal lleno de ideas y elegancia. Y desde luego también es puro H.P. Lovecraft. Es pura narrativa anclada en el imaginario de horror cósmico forjado en la primera etapa del autor de Providence. Digamos que, conceptualmente, Cúpula es previo a los mitos de Cthulhu. Y tributa más a relatos como “Dagón” (1917) y al proceso de escritura del Necronomicon, libro maldito desde el cual se desencadena la serie de relatos que dieron notoriedad póstuma a HPL.
Alhazred y «Cúpula»
La música de Alhazred privilegia la atmósfera, la métrica y la poliritmia antes que el monstruismo. En vez de la rapidez furibunda, los ataques y la estridencia, los músicos anclan su sonido en secuencias de riffs y solos de guitarra precisos, más armoniosos y variados que llenos de piruetas y, sobre todo, en intervenciones vocales bien medidas. Rodrigo Cuadra sabe que tiene libertad para cantar y matiza como pocos lo hacen en estos peladeros, a lo cual se suman los aportes en voz de Javiera González e Ignacia Fernández, más los teclados de Jaime Acuña.
Temas como “Altamar” y “Modesta primitiva” (con su continuación “Fantástica marcha fantasmal”) son piezas sofisticadas, de ésas que debes escuchar muchas veces para descubrir la artesanía que las componen. Una vez sigues las guitarras; otra, la batería; otra, las líneas de teclado y sus texturas… Cúpula es un disco que no aburre. Muy por el contrario. Es exigente. Del otro lado del parlante necesita a alguien atento. Y de paso confirma que el formato EP en 45 RPM es indicado para bandas que saben la medida de lo justo.
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