ENTREVISTAS

«Chascas» Valenzuela y su nuevo libro: «Puede ayudar a familias homosexuales y heterosexuales que quieran formar familia»

En #FuturoPSP conversamos con el escritor y guionista "Chascas" Valenzuela sobre su nuevo libro "Gente como yo".

Joaquín Pinto |

Diseño Sin Título

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Gente Como Yo” es la reciente novela que está inspirada en la experiencia y sensaciones del autor por adoptar a una niña junto a su marido en Estados Unidos. Sin embargo, anticipa que no es un texto autobiográfico, ya que las historias expuestas a lo largo de la narración no le ocurren directamente a él. A juicio de nuestro siguiente invitado, “hay mucho de nuestra propia experiencia, hay muchas cosas que se dicen en el libro que son cosas que nos dijeron anosotros”. Esta obra se encumbra como el proyecto más personal publicado por el escritor nacional. En Palabras Sacan Palabras conversamos con el escritor José Ignacio «Chascas» Valenzuela sobre su nuevo libro.

Hablemos de “Gente Como Yo” ¿Cómo fue la experiencia?

«Tremenda. Todas las emociones, sentimientos y frustraciones las fui traspasando al libro para ir exorcizándola y quedarme o estar con esta carga que significaba en nuestras vidas».

¿Por qué dices que es una carga?

«Llegó a buen puerto porque tuvimos la idea de suspender la adopción. Ese proceso duró cerca de cuatro años, no tuvo final feliz. Fue una carga muy grande y nos expuso, a mi marido y a mí, muy humillante. Hay un momento en que te atacan tanto, que no puedes evitar que haga daño y se cuele en tu casa».

¿Eso se dio en Estados Unidos? ¿Por qué adoptar?

«En nuestro caso, con Anthony, intentamos hacer adopción doméstica. En Oriente, Chile, México y sectores de Europa lo intentamos y no pudimos». 

¿Cuál es el punto de inflexión?

«Hay un momento muy claro. Con Anthony lo recordamos y lo escribí en el libro. Cuando estábamos con una trabajadora social, nos dijo que era muy difícil que pudiésemos adoptar. Eso significaba que debía ser mayor de 7 años, que pudiera hablar ante cualquier problema que podría surgir. Fue terrible porque en nuestra condición pensaron que podíamos abusar de los niños».

«Llevaba cuatro años pensando que la gente tenía la idea de que éramos pedófilos por ser gays. Ese fue el momento preciso de inflexión. Esto ocurrió en Estados Unidos».

Uno piensa que hay otra mentalidad en Estados Unidos ¿Qué ocurre ahí?

«Esas experiencias que las fui traspasando al libro ocurren en todas partes. En Chile estuve dispuesto a adoptar parejas de hermanos. La respuesta fue porque era gente como yo, no podía permitir ser padre ni adoptar». 

«Esa idea de que por ser homosexuales uno no puede ser padre, en sinceramente  dramático. Los niños que nosotros pretendíamos adoptar como gays, eran niños abandonados por parejas heterosexuales». 

¿Por qué pensaron en adoptar? ¿Cómo fue la experiencia de un vientre subrogado?

«Es lo más ético. Hay muchos niños que necesitan amor, un plato de comida, un lugar de resguardo. Me sigue pareciendo lo lógico. Por eso llegamos con una especie de rabia al proceso de vientre subrogado, ya que veníamos frustrados». 

«El proceso de vientre subrogado es muy frío. Los primeros seis meses son con puros abogados. Es todo legal. Nosotros jamás hubiésemos hecho un vientre subrogado donde la salud de una mujer y su integralidad hubiese estado en problemas. No íbamos a ser un proceso que se contradijera por cómo estamos educando a nuestra hija». 

«Acá está super normado. Hay certeza de que las personas que están involucrados es porque están seguras». 

Con tu experiencia te has ido transformando en un activista, ¿Te han preguntado sobre el proceso? ¿Eso te impulsó a escribir este libro?

«Creo que “Gente como Yo” puede llegar a muchas personas. Esto puede ayudar a familias homosexuales y heterosexuales para quienes quieran formar familias. Los procesos de adopción y de vientres subrogados lo hacen mayoritariamente parejas heterosexuales. Me parece muy atractivo visibilizar esta situación. Así puedo exponer lo que pasa en mi casa: es una decisión política. Acá en mi casa no pasa nada diferente a lo que ocurre en la casa de mis vecinos, familia, etc».

«La visibilidad es lo único que rompe con los prejuicios». 

¿Cómo logras desdoblarte y llegar a este proceso basándote en una historia nueva?

«Fue fascinante. Yo tengo más de 25 libros publicados y no hay ninguno en el que me siente más cercano a esta publicación. Fue un ejercicio de Striptease, me sentía en pelotas. Lo más difícil del proceso creativo fue el final. En el libro a los personajes les va mejor que a mi en la vida personal». 

«Reconozco que me costó terminar el libro porque los protagonistas llegaron a destino antes que yo. Entonces, fue una situación muy bipolar entregar un texto así con un final cuando el mío tenía un signo de interrogación gigante». 

¿Qué estás haciendo en la actualidad?

«Desde hace cuatro años mi vida cambió con la llegada de mi hija. Ahora digo mucho más no que antes, pero me divido bien. Estoy escribiendo para un filme en Netflix y escribiendo para una trilogía». 

¿Tienes un contrato con Netflix?

«Tengo un contrato de exclusividad por tres años con Netflix en televisión. Tengo mi propia casa productora en la que desarrollamos proyectos que llegan a pantallas que no son Netflix. Me queda un año y medio con ellos». 

¿Y en quién mató a Sara?

«Ahí cumplí labores de ser el capitán del buque. Trabajo codo a codo con los directores. Si veía que algo no estaba bien, mandaba a repetirlo, grabar de nuevo e ir avanzando. Esto cayó como un huracán».

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