El pasado jueves 26 de enero Twisted Sister volvió a reunirse tras casi 7 años desde sus separación en 2016. La ocasión: su paso por el Metal Hall of Fame, con una actuación que consagró a la banda para quedarse en salón de la fama de metal.
La banda tocó algunos de los clásicos de Twisted Sister como Can’t Stop Rock ‘N’ Roll, Under The Blade y We’re Not Gonna To Take durante la sexta reunión del Salón de la Fama del Metal, en Agoura Hills California.
Un no rotundo, para nunca más volver
Tras la muerte de A.J. Pero, Twisted Sister realizó una última gira con Mike Portnoy como reemplazo en la batería, para posteriormente ponerle fin a su carrera.
Sin embargo, sin antes haberse reunido desde 2016, Twisted Sister volvió a tocar en lo que sería probablemente una de las últimas ocasiones en que tocarían en vivo.
En el Metal Hall of Fame, Twisted Sister fue introducida por Steve Vai y Mike Portnoy. Luego se sumaron el líder Dee Snider, el guitarrista Jay Jay French y el bajista Mark «The Animal» Mendoza.
Durante la ceremonio Eon Music, según consigna Loudersound, le pregunto a Dee Snider si los fans tendrían la oportunidad de ver un regreso de la banda. La respuesta del líder: un no rotundo. No hay en lo absoluto planes para volver a hacerlo.
«Ya sabes, he dicho que cuando la gente se retira debería dejar los escenarios. Y todas esas bandas… estoy cansado de comprar camisetas de ‘No More Tours’ y ver a gente firmando contratos con sangre y luego aparecen tres años después. No creo en esas gilipolleces. Así que no creo que vaya a pasar», manifestó Dee Snider refiriéndose a otras bandas que no saben nunca cuándo acabar.
Por su parte, French pudo comentar cómo se sintió al volver a tocar con Twisted Sister «Dios mío, toco los dos primeros acordes y todo sale a la perfección. Eso es porque la banda ha tocado en más de 9.000 conciertos, y cuando tocas en tantos conciertos, está en tu ADN».
«Sabes, vives en dos mundos diferentes. Uno es la vida que vives, y el otro es esto. Esto es increíble. Siempre ha sido increíble. Si estás en el escenario delante de 100.000 personas y están cantando We’re Not Gonna to Take It, no apesta. Y para pensar que lo hace tendrías que estar loco para pensar que lo hace», agregó.