Rick Rubin, no es un nombre ampliamente conocido o que en resuene lo suficiente en la historia de la música. Y tampoco debiera por qué ser así, puesto que Rubin no es frontman ni músico, nunca se ha presentado los grandes escenarios. Pero nadie ha hecho tanto por la música como Rick Rubin, legendario productor y fundador de la discográfica Def Jam en los 80s.
Rubin recientemente ha hecho su aparición en diferentes medios, para hablar de su nuevo libro «The Creative Act: A Way of Being» en el que recoge toda la sabiduría adquirida a lo largo de sus años como productor musical.
Def Jam Records
¿Qué es lo que puede adjudicarse Rick Rubin en la música? Más de lo que te imaginas. Rubin es uno de los responsables de fusionar el hard rock con el rap, y quien reunió a Aerosmith con Run-DMC para crear el éxito de «Walk This Way». Además fue un agente clave para el metal alternativo, el nu-metal y otros estilos. En 2007, MTV lo nombró «el productor más importante de los último 20 años». Mismo año en que la revista Time lo incluía en la lista las 100 personas más influyentes del año.
A principios de los 80s Rubin cursaba su último año en la Universidad de Nueva York. En esta conoció a su amigo y dj Jazzy Jay, quien lo introdujo en la escena del hip-hop emergente. Así fue como creó oficialmente Def Jam Records en 1984 lanzando su primer el álbum «I need a Beat» de LL Cool J. Por ese entonces, Rubin formaba parte de la escena punk de Nueva York con Hose. Luego de que la banda se dividiera en 1986, Rubin se concentró en la música urbana de Nueva York buscando raperos en el Bronx, Brooklyn, Harlmen, Queens Staten Island y Long Island.
Es así que Def Jam firmó con Public Enemy, una de agrupaciones icónicas en la historia del hip-hop. Rick Rubin se encargó de introducir el rap en la corriente dominante, y posteriormente redefinir las carreras de artistas como Red Hot Chili Peppers, Jay-Z y Jonnhy Cash. Fue quien llevó a los Beastie Boys de sus orígenes punk al rap y producir buena parte de la discografía de Slayer. La trayectoria de Rick Rubin es incalculable, pues si no fuera por su trabajo como productor musical, la música no sería como la conocemos hoy en día. En sus palabras, hizo «lo que sea necesario para que la música sea lo mejor posible».
Guía espiritual de la música
En conversación con 60 Minutes, Rubin confesó que «apenas» sabe tocar un instrumento. «No sé nada de música», confesó. Pero el aclamado productor musical algo tendrá que saber. Su entrevistador esperando una respuesta, que algo tendrá que saber, Rubin dice: «Bueno, sé lo que me gusta y lo que no. Y soy decisivo sobre lo que me gusta y lo que no. La confianza que tengo en mi gusto y mi capacidad para expresar lo que siento ha resultado útil para los artistas».
Rick Rubin es un verdadero místico de la música. Acostumbrado a caminar descalzo, una larga barba blanca, Rubin es un oyente extremadamente atento que hace las preguntas necesarias para invitar a la reflexión y así dar con nuevas posibilidades creativas.
Con el interés de compartir su conocimiento, durante ocho años se dedicó a escribir «The Creative Act: A Way of Being». Un libro en el que intenciona a los demás a la creatividad en todo ámbito. En este buscó «destilar la información del tipo de cosas que ocurren en el estudio, y compartirla de forma que fuera útil para alguien más». «No quería que contara ninguna experiencia mía. Quería que fuera más bien una meditación filosófica sobre la creatividad. Quería un libro que se pudiera coger en cualquier sitio, abrir cualquier página y obtener información útil», explicó Rubin.