ENTREVISTAS

Ex ministro de Educación, Raúl Figueroa: «Todo el tiempo en que se normalizó el no tener clases termina impactando»

En #FuturoPSP conversamos con el Raúl Figueroa, ex ministro de Educación, sobre la gran cantidad de vacantes disponibles en los liceos emblemáticos.

Joaquín Pinto |

Diseño Sin Título (1)

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A menos de una semana del inicio oficial del año escolar, existe preocupación e incertidumbre por la gran cantidad de vacantes disponibles en los liceos emblemáticos en sus procesos de matrículas. Desde el municipio de Santiago, se encuentran optimistas frente a esta situación y esperan que durante los siguientes días se sumen más estudiantes a los centros educativos.

Desde las comunidades educacionales y en palabras de varios ex directores de los recintos emblemáticos, coinciden en que este fenómeno se debe a los actos de violencia de algunos alumnos de estas instituciones. Según datos entregados por El Mercurio, las vacantes disponibles en el Instituto Nacional son de 167 cupos, el Liceo 1 con 153, Manuel Barros Borgoño con 245, el Internado Nacional Barros Arana con 526 y el Liceo de Aplicación 531 vacantes. En Palabras Sacan Palabras conversamos con el ex ministro de Educación, Raúl Figuero, al respecto.

¿Cómo interpreta lo que está pasando con la deserción escolar o es un fenómeno incipiente?

«Hay un fenómeno de deserción escolar que tiene que ver con la pandemia. Sobre los liceos emblemáticos tiene que ver con que han dejado de ser atractivo a las familias. Si uno mira la serie de datos, desde el 2011 a la fecha, los liceos emblemáticos se han visto afectados por hechos de violencia y paralizaciones».

«En el caso de Instituto Nacional, que quienes estaban en las manifestaciones son quienes hoy nos gobiernan. Durante ese tiempo se fueron 134 estudiantes. En octubre de 2019 el Instituto Nacional estuvo paralizado dos meses. Pretender que eso no tiene consecuencia en las matrículas es una quimera». 

«Considerando los elementos que hay a la vista es que se ha generado un deterioro lamentable». 

¿Ese modelo de Chile ha ido cambiando?

«Son varios factores. Ciertamente, en el caso de liceos emblemáticos, necesariamente requieren una actualización de proyectos. Se han ido quedando atrás».

«Si uno da por válido ese argumento, la consecuencia de que hayan pasado a tener hace 10 años un exceso de postulantes a una deserción en cupos. Más allá de la violencia, incluso hay una responsabilidad de la interrupción de esos proyectos educativos. Se ha perdido bastante tiempo sin considerar la pandemia. Todo el tiempo en que se normalizó el no tener clases termina impactando y tiene consecuencias graves». 

¿Cómo se termina con estos niveles de deserción?

«No es correcto de hablar de deserción porque son alumnos que no eligen este establecimiento. El fenómeno de deserción es muy complejo y tiene que ver con estudiantes que no se matriculan por más de dos años. Para ellos se han realizado programas y mecanismos de monitoreos. Lamentablemente diversas políticas se han ido estancando en el tiempo. Hay un proyecto de Ley que hace más de un año no se mueve en el Senado y apunta a dar respuesta a esta problemática».

«Sobre los liceos emblemáticos, la situación es mucho más compleja. Los proyectos educativos deben ser atractivos y se debe comprometer a las comunidades. Hay varios centros de padre y centros de alumnos. Se requiere una gestión específica y que mucho más allá del ministerio de Educación». 

Usted dice que hay un proyecto de ley para dar respuesta a esta problemática, ¿Así es? ¿Cuál es la solución desde lo legislativo?

«Durante el segundo gobierno del Presidente Piñera se hizo un trabajo para reintegrar estudiantes que había desertado. Se tramitó y aprobó en la Cámara de Diputados. Desde 2022 en adelante se dejó de tramitar. Está en su segunda fase y el ministerio no lo ha tomado en cuenta. Hay una herramienta concreta que está abandonada». 

«Uno esperaría que el gobierno se movilice. Si no le gusta, está bien. Sin embargo, deben buscar proponer otras medidas».

¿La idea es tener recursos para reintegrar estudiantes?

«Son recursos que apuntan al fortalecimiento de los proyectos educativos».

¿Por qué no tiene que ver con el ministerio de Educación?

«La gestión del Instituto Nacional depende del municipio de Santiago. La gestión y empoderamiento del director depende del sostenedor. Cuando en 2022 se realizaron actos de violencia, ese hecho de quitar el piso a los directivos, genera las problemáticas que existen hoy en día. La responsabilidad está en los sostenedores. A mi juicio no es correcto responsabilizar al ministro, sino a los sostenedores y sus comunidades educativas».

«El caso de los Liceos Bicentenarios han mostrado excelentes resultados».

¿Cree que es necesario realizar un cambio de gabinete?

«Creo que es fundamental que el ministerio de Educación centre su proceso en la recuperación de los aprendizajes. Hay una falencia de gestión y comunicacional. Lo que deben hacer en centrar esas demandas de gestión en un solo objetivo. Si lo cambia o no, depende del Presidente. Si no se modifica la gestión del ministerio no se recuperará la gestión».

¿La gestión es el ministro de Educación?

«Las personas pueden mejorar la gestión o cambiar de representante para que mejore la gestión. Quienes deban realizar las nuevas gestiones depende del Presidente».

¿Le falta foco?

«Le falta foco. Todos los esfuerzos deben ir en la línea de la recuperación de los aprendizajes. Actualmente hay cambios de paradigmas y se están llevando proyectos que no tienen que ver con las necesidades de hoy». 

¿Tiene que ver con el intérprete?

«Es interesante su pregunta. Uno puede entender que el ministro está actuando por lo que le dice el Presidente o por acto propio. Algo razonable es que el ministro está haciendo lo que el Presidente le dice».

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