El avance de los incendios forestales y sus consecuencias son catastróficas en la población. A la pérdida de viviendas, animales y vidas humanas, se suma el tema de la salud mental en tiempos de crisis y su acompañamiento resulta clave para abordar futuros problemas de salud en las y los afectados. Sobre los planes de resguardo en crisis, los desafíos que pone sobre la mesa esta catástrofe en materia de salud mental y del uso de drogas con fines medicinales -como lo ocurrido en Australia- conversaremos en Palabras Sacan Palabras con el director de la Sociedad Chilena de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía (SONEPSYN), el Dr. Carlos Ibáñez.
Sobre lo que ocurre en Australia respecto al probable uso de alucinógenos y hongos, ¿Cómo ven desde acá esa opción?
«Es un tema muy interesante. Conozco muy bien el tema de los alucinógenos y desde la expertiz en adicciones puedo señalar que es importante hacer una distinción entre investigación científica, en personas que tienen depresión y estés postraumático, en donde se tratan en espacios hospitalarios de universidades, es que son tratamientos que duran mucho tiempo. Esto está acompañado por profesionales acompañados y son muchísimas horas seguidas. Eso dista del uso recreativo y muchas veces se puede confundir con investigaciones que han ido mostrando efectos en algunas personas. Asumir que son recomendables para toda la población no es así».
¿Es un componente de hongo alucinógeno? ¿Es así?
«Está de moda y lamentablemente se están atribuyendo muchas propiedades mágicas. Las personas pueden verse tentadas a probar muchas veces de manera poco rigurosa. Tiene riesgos y uno de ellos es la psicosis, donde puede ser muy peligroso».
¿Es un componente?
«No todos los hongos tiene ese componente que es la Psilocibina. El tema de las miro dosis es muy atractivo y que parece seguro. La verdad es un comodín lingüístico poco seguro. Es muy difícil saber qué dosis se administrará con precisión».
¿Tiene que ver el contexto de salud mental para consumir?
«La salud mental desde la pandemia ha aumentado considerablemente en un 20%. Sabemos de igual manera que no todos los síntomas son tan intensos que requieren tratamientos. Muchos síntomas, en el contexto de incendios, tales como movilizarse de espacios y perder viviendas viéndose expuestas a un estrés generará tristeza, insomnio y otros malestares por mucho tiempo. Ese malestar no es patológico, sino que es generada por la situación vivida. Ese malestar debe ser abordado por la recuperación de sus necesidades básicas. Las organizaciones comunitarias deberán estar para apoyar a quienes han perdido todo».
«Si el Estado facilita un apoyo y apuesta al cuidado y resguardo de las personas, definitivamente aliviará los problemas de las personas. Hay una serie de cosas que guardan relación con el apoyo social: familia, amistades y cercanos. Ahí es donde se pueden confundir los niveles. Uno puede decir: me siento tan triste y necesito un tratamiento con un psiquiatra y no es necesario. Los tratamientos de especialidad es donde aparezca conductas violentas y suicidas».
Hay diversos tipos de daños, ¿Lo califica como estrés postraumático en quienes por contextos han vivido este proceso de catástrofe?
«Quienes han visto amenazado su ambiente son círculos concéntricos relacionados con el estrés y esos síntomas serán mayores en la medida que se acerquen a ese círculo. Las personas tendrán síntomas que no son patológicos. Cuando se habla de estrés postraumático requiere un tratamiento médico. Esto incorpora imágenes que reviven el momento traumático y que llega de manera no deseada. Una hiperactivación muy grande existe. Son varios síntomas que configuran el diagnóstico».
«Puede ser un síntoma de nuestra época, de que si me siento mal debo acudir a un químico para que cambie mi estado actual y ahí es donde tiene un nexo concreto con este tipo de hongos».
¿Puede generar una angustia estar conectado constantemente al seguimiento, por ejemplo, de los incendios?
«Evidentemente genera un estrés en la persona. Mientras más exposición hay, generará mayor ansiedad. Eso hay que disminuirlo para obtener solamente información básica en lo que ocurre. No es necesario estar hora tras hora para ver lo que ocurre. Menos en quienes están en zonas afectadas. Ahí deben seguir las órdenes y recomendaciones de las organizaciones responsables y oficiales sobre esta temática».