Al Estadio, Al Estadio, es una acuciosa investigación que relata, con detalles inéditos y testimonios íntimos, la construcción, inauguración e historias vividas en 31 estadios de Chile. Durante casi ocho años, el periodista Ignacio Valenzuela Moraga acudió a distintas fuentes para contar los detalles de los que se consideran patrimonios de los barrios, segunda casa de los hinchas y lugares donde están los más importantes clubes de fútbol de nuestro país. En Palabras Sacan Palabras conversamos con el autor de «Al Estadio, Al Estadio: Historia de tablón y papel picado», el periodista Ignacio Valenzuela.
¿Cómo fue la metodología?
«Lo traté de hacer fue tener un método. Tiene tantas cosas en la cabeza. En un minuto me ordené y dije: lo hará de norte a sur. 32 estadios son el recorrido. Es desde una visión mía para ablandar al lector».
«Después viene la clasificación y síntesis de los estadios que eran dignos de contar».
Llevas 20 años trabajando en el deporte, ¿Conoces todos?
«Solo uno no conozco, el Federico Schwager. Ese es el único estadio que no conozco».
¿Con cuál tienes más historia?
«En Temuco porque soy de allá. El Ester Roa Rebolledo y el estadio el Morro, donde estaba el cañón. Ahí se encuentra la historia del cañón y de quien llevaba. En el capítulo de Santa Laura está la encargada de llevar y tener las mechadas. Hay historias de partidos y otras que no».
¿Qué es el multibingo de Curicó?
«En Curicó se comenzó a hacer un bingo de Multihogar. Dicen que es el bingo record en el mundo. Entonces, esta historia es notable porque iban animadores reconocidos y desde ahí se cuenta la historia de Benjamín y cómo realiza el desarrollo el bingo».
«Con el paso del tiempo, una persona se ganó un auto. El locutor dijo que fuera con la señora y se pararon dos señoras y quedó la grande».
¿De donde viene la afición a las micros y la portada?
«Desde pequeño. Siempre fui en micro y me fijaba en su decoración. En el cambio estaba el cangrejo y muchas cosas más en mi escritorio».
«La portada es idea mía y refleja la historia de los estadios. Por ejemplo, en regiones, las micros cambiaban de recorrido e iban hacia el estadio. Es un recuerdo que los mayores se emocionan y así se iba y devolvía del estadio. La patente no es al azar. Esa patente representa el primer vehículo con el que fui al estadio por primera vez».
¿Es cierto que eras arquero?
«Así es. Hasta el año 90’ duró. Jugaba en la Católica de Temuco y un rival golpeó mi cabeza y desde ahí dejé, por un tiempo».
¿Cuándo parte el relato?
«Trabajaba en una radio de la UBB. Había un partido de Talcahuano vs Iquique y me dijeron que relatara. Mario, el número uno, no pudo. Fui, me grabé y me emocioné bastante. Después cuando llegué a Canal 13, en cuartos de final me dieron la oportunidad de relatar en off junto a Nelson Acosta en 2004».
«Antes fui reportero de cancha y reporteaba a Huachipato y Fernández Vial. Todo ese recuerdo que tengo va asociado en el libro. Hay muchas historias hermosas. El viaje a Calama y al Salvador voy recorriendo diversos lugares».
«El 2000 fue mi primer relato profesional».
¿Cómo fue vivir el gol y relatar ese triunfo histórico de Orellana a Argentina?
«Lo recuerdo perfectamente. 15 de octubre. Trabajaba en ese espacio y me sentía parte del proceso. Uno sabía que con Bielsa podía ser distinto. Venía una camada muy buena y esta selección daba. La gente enciende y eso es importante. Uno gozaba con el proceso. Después de 8 años de transmitir ha sido hermoso».
¿Te tocó hablar con Bielsa?
«Nunca. Cuando tú trabajas en el set, pierdes el reporteo. Para el periodista es importante haber hecho calle. El tener eso, es clave y si no lo tienes, se siente. Hay que tener olfato, suerte y en el reporteo se va dando. La producción es clave para entender y llegar a personas precisas».
«El poder reportear y salir a la calle es irremplazable y hay que hacerla».
¿Por qué Candonga?
«Carreño está divorciado del fútbol y los medios. Cuando pido el teléfono, me dijo que me iría mal. Le escribí un viernes y en la noche me respondió. Me dijo que lo llamara y que no existía ningún problema. Me dijo: “te respeto mucho, te encuentro sano y responsable”, hablemos de lo que quieras».
«Cuando lo entrevisto, la hice por su campaña en Unión cuando le hizo un gol a Cruzeiro de Ronaldo con un gol de él. Candonga me contó la historia del gol. Dijo que se fumaron un cigarro en el túnel antes de entrar a la cancha».
«Respecto al puñete en Osorno, me dijo que utilizara mi criterio. En ese entonces, Candonga señaló que no debía estar en la cancha en ese entonces».
«Cuando lanzo el libro, necesitaba un periodista y necesitaba un futbolista. Ahí elegí a Candonga. Lo llamé y me dijo que iba. Él produce frutas y fue al lanzamiento».
Cuéntanos sobre Santa Laura, ¿Qué se cuenta en la catedral?
«En mayo cumple 100 años. En lo particular, aquí se investigó que los dirigentes comprobaron que ahí podían llegar las micros. La Colonia española tenía muchos ferreteros y antes de la construcción del estadio, había vida social en ese espacio. Había una cancha de pelota vasca, piscina y además tenía el elemento barrial».
«En los subcapítulos está el de Candonga y la mechada palta en Santa Laura».
¿Cuántas remodelaciones ha tenido?
«La primera gran remodelación es en la década de los 50 en miras del mundial de 1962. Antes había un velódromo y posteriormente lo sacaron. El estadio creció hacia arriba».
«Por otro lado, en el texto otro de los capítulos que enfoco es el Estadio Nacional pero desde otra perspectiva porque hay mucho escrito sobre ahí».
«El estadio se construyó en 1958. En el mundo de Rod Stewart, el discurso de Patricio Aylwin son hechos que tienen gran impacto. Otro hecho es las derrotas de Colo Colo, Unión Española, Cobreloa. Hubo grandes despedidas: Salas, Elías Figueroa, Caszely».
¿Qué ocurre con Calama?
«Chuquicamata y Calama fueron grandes expositores futbolísticos. En Chuquicamata estaba el estadio de Anaconda Copper. Calama era distinto. No había mucho. Es más, un funcionario de Carabineros funda Cobreloa. Había tanto entusiasmo en Codelco que traían a cualquier persona. Traen a Prieto de Uruguay. Sin embargo, lo que faltaba era la cancha».
«Posteriormente van agrandando el estadio y la comunidad va aportando. El capítulo de Cobreloa es bien pelotero».
¿Dónde se adquiere?
«En la feria chilena del libro. También en mis redes sociales pueden acceder y comprar el texto. En librería Lolita también pueden encontrar este texto».