La reciente promulgación de la Ley 21.527, que crea el Nuevo Servicio de Reinserción Social Juvenil, en reemplazo del Sename avanza en el cumplimiento de la obligación Estatal por el resguardo y protección de niñas, niños y adolescentes. A esta ley, se suma al Servicio de Protección Especializada y la Ley de Garantías de los Derechos de la Niñez, ambos en implementación. Pese a esto, la implementación de esta ley se desarrollará de manera paulatina con plazo a tres años en el territorio nacional. Las problemáticas en materia de infancias vulneradas se ven expresadas en exclusión escolar, salud mental, abuso sexual y de drogas, los cuales configuran factores de riesgos para el inicio de conductas delictuales en niños, niñas y jóvenes. En Palabras Sacan Palabras conversamos con Marcelo Sánchez, gerente general de Fundación San Carlos de Maipo, al respecto.
Uno tiene la noticia de que se acaba el Sename, ¿En qué está la implementación y ese proceso?
«Lo primero a contextualizar es que antes existía un Sename en el que había una sola funcionalidad. En la actualidad existe dos servicios y son importantes a separar: reinserción y protección. En materia de protección son propias del Ministerio de Desarrollo Social, mientras que en reinserción la responsabilidad recae en el Ministerio de Justicia».
«Mejor niñez, que es un área de protección, existía la política de que ahí antes todo se judicializaba. Todo terminaba en un tribunal de familia e iba a proveer medidas correspondientes».
«Tras conocer que en su mayoría los casos no pasaban a casa de acogida, el legislador vio que no era correspondiente judicializar todos los casos. Mejor niñez tiene un foco diferente al que tiene Sename hoy en día. Estas instancias administrativas y oficinas locales tenían que tener un tiempo de implementación de las cuales tenían que instalarse 90. Sin embargo, fueron 18. Hoy en día ya no se tiene el dique de contención. Hoy tiene más de 25 mil casos con sobrecupo. Se termina colapsando Mejor Niñez y su implementación ha sido compleja. No ha sido buena, para nada».
«El nuevo servicio de reinserción supone esto: será gradual. Hay un año de vacancia para establecer los trazos a seguir y eso es muy bueno».
¿Debería bajar esa lista de espera?
«El financiamiento apunta a listas de esperas, entonces debería apuntar hacia allá dependiendo los casos».
¿Qué tipo de casos?
«El contar con un diagnóstico clínico es clave para saber si se debe cumplir en situación internada o de familia acogida. Sin tener ese diagnóstico no se sabe y es imposible tener certeza».
«Anteriormente hubo una licitación en curso, que se echó abajo y abarcaba a cerca de 20.000 niños. Lo previsible es que en vez de disminuir las listas de espera, aumentara. Hay 14.000 niños en lista de esperas para salud mental. 1millon 300mil estudiantes están con riesgo de deserción escolar. Entonces, la situación es problemática».
¿Qué sucede con los niños infractores de ley? ¿Dónde están?
«Desde el punto de vista del diseño es una ley sólida que apunta hacia las críticas en materia de reinserción. Se establece un alto nivel de profesionalización de quienes trabajan e intervienen. En segundo lugar, se va a estructurar un plan de ejecución para que los jueces sepan las necesidades que deben tener los niños. En tercer lugar, la pena mayor es la que se va a tratar con un objetivo de que el joven se rehabilite».
«La finalidad es crear un comité de estándares para mejorar la oferta de prestadores privados. En el servicio de reinserción se rige bajo la ley de compras públicos, lo cual establece medidas y requerimientos sujetos a un nivel de cumplimiento evaluados».
«Eso es el diseño. Falta la implementación y es ahí donde han ocurrido problemas. Con mejor Niñez también era bueno en el papel, pero la situación y los resultados son muy distintos».
Cuando hablamos de niños vulnerados, ¿De qué casos hablamos?
«Hablamos de niños desescolarizados, por nombrar alguno. Hay falta de trabajo con las familias y sus comunidades. Por ejemplo, hoy vimos el acuerdo transversal de seguridad que apunta a que los niños no deserten. Sin embargo, ¿Qué vamos a hacer con quienes desertaron?»
¿En qué casos se expresan?
«Niños víctimas de violencia intrafamiliar, abuso sexual, vulneraciones en sus derechos, entre otros. Hay niños que están con su familia, pese a que sufrieron abusos y vulneraciones en esos espacios. Hay chicos que están en residencias y no lo debiesen estar porque no llegan los informes».
¿Qué pasa con el financiamiento y los lugares?
«Se ha aumentado la subvención, desde un 25% o 50%, cada año. Cada niño recibe por mes un monto de $600.000. Sin embargo, lo que se hace es adosar. Ese adosar, está justificado y en otros casos no».
¿Se mejoraron estos lugares? ¿Hay nuevos estándares?
«Mejoraron los estándares. Sin embargo, quienes trabajan son los mismos que lo hacían en el Sename».
Para entender más profundamente los actores, ¿Qué es una familia de acogida?
«Son familias momentáneas que reciben niños. Hoy hay alrededor de 6.000 niños que están en familias de acogidas. Hay muchos que quieren ser familia de acogida pero hay un tema de financiamiento y listas de espera».
«En Chile no tenemos una buena familia de acogida, porque no hay recursos. Con $90.000 no se puede hacer mucho. Se tiene que mejorar y en eso estamos trabajando con diversas fundaciones y poderes del Estado para ir mejorando».
«Este sistema sigue manteniendo la figura de familias internas. Aquí tenemos que reunificar la familia de origen. Siempre será un aporte y si no es apto, habrán otro tipo de mecanismo en beneficio de niños y niñas».