ENTREVISTAS

Catalina Infante sobre su libro «La Grieta»: «Quería plantear la ambivalencia de lo que es ser madre»

En #FuturoPSP conversamos con Catalina Infante sobre su nuevo libro "La Grieta" que aborda la experiencia de la maternidad en esta época.

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«La Grieta» es una historia “real”, concreta, humana. Escrito en primera persona, es el lado B del anhelo de ser madre. Este texto, lleno de pequeños detalles, retrata desde la pluma de la autora trasandina, un relato sobre ser hija y madre en una sociedad llena de imágenes idealizadas sobre el proceso de la maternidad.

Desde su construcción narrativa, se retrata un relato punzante, lleno de momentos conmovedores y contradictorios que le ayudan a abordar la maternidad desde un lado más humano. En sus 148 páginas, la siguiente invitada reconstruye una visión que aterra. Que no es como se pinta en las revistas, ni programas de televisión o películas. Aquí, las reflexiones son mucho más profundas. En Palabras Sacan Palabras conversamos con la autora de «La Grieta», Catalina Infante, sobre su nuevo libro.

¿Cuál es la experiencia de ser madre? ¿Es ficción?

«Es ficción. Hay un montón de cosas que cruzan biografías pero es una novela de ficción».

¿Cuál es la visión del libro?

«Quería plantear la ambivalencia de lo que es ser madre. Esas experiencias y contradicciones las quise retratar en esta novela». 

Los contextos y situaciones son diferentes, ¿Cómo se conjugan en el libro y en tú experiencia?

«Creo que siempre ha existido presión. Los tiempos cambian. El exilio y las madres que lo fueron ahí hay una presión gigante. Existía una situación política particular: crecen en otro territorio y tienen una lejanía con sus vínculos. Esa era la generación de Ester. La narradora es de la generación actual y la situación es diferente en cuanto a la visión de género, las violencias y eso impacta».

«Es demasiada la información y las expectativas del parto natural, la lactancia materna y es bueno que vuelvan. Sin embargo, hay una demanda muy gigante». 

¿Qué pasa cuando dices que siempre ha existido una exigencia?

«Generaciones anteriores tenía pocas posibilidades de decidir si son madres. Si nuestras abuelas o madres podría haber decidió, hubiese sido distinta la historia. A las mujeres que hoy deciden o ser madres sigue existiendo una presión».

«Cada generación tiene sus temas pero hay un hilo conductor sobre la maternidad».

¿A qué te refieres con temas que no se hablan?

«Se habla mucho del posparto, el cambio físico, sus vínculos y una desestructuración de la mujer no es abordado en profundidad desde la literatura. Las mujeres y madres no son nichos. Creo que tanto hombres como mujeres pueden sentirse identificados con eso». 

«En ese sentido, creo que ha sido poco narrada. En mi generación muchas escriben sobre esto».

¿Cuál es tu generación?

«Tengo casi 40 años. La generación de escritoras están Bernardita Bravo, que tiene un texto llamado Estampida. Hay una escritora que es Belén Fernández y ahí habla de la maternidad en el contexto de madre e hija con sus relaciones. Una escritora uruguaya tiene el texto “debimos se felices” y trata sobre una carta de suicidio de su madre. Desde ahí reconstruye una historia y ahí comienza a generar un nicho de mujeres escritoras que se enfocan y tocan estas temáticas de diversas visiones».

Si uno piensa en la literatura, ¿Quién desde la ficción ha podido construir la idea de madre como imagen?

«Creo que Lela Ferrante toma muchos temas. Abarca una maternidad complicada y no tan común, porque hay un abandono de las hijas. Ahí se permite entrar en mundos más internos sin juzgar. Es una posición intermedia». 

¿Por qué entraste en esta temática?

«Tenía muchas ganas de escribir novelas y se me cruzó con la maternidad. Trabajo como periodista y me tocó hacer muchos temas sobre maternidad, entonces estuve muy ligada a ese entorno. Inevitablemente salió esta historia. Quería contar historias de familias que se habían distanciado en el exilio». 

¿Cuánto tiempo demoró en realizar la novela?

«Cerca de tres años, mientras era madre a la misma vez».

¿Cómo fue en el proceso de escritura obtener relatos de mujeres que no querían ser madres?

«Surge la pregunta ¿Por qué ser mamá? Ambas decisiones son súper legítimas y lo importante es que existe el espacio para que madres o no madres sean completas y se sientan así». 

«Tuve poca cercanía con mujeres que no querían ser madres. Hay un libro muy bueno que se llama “Mujeres que no quieren ser madres” y me comenzó a interesar mucho la reflexión política y de genero sobre este proceso».


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