El 10 de octubre de 1996, un día después de telonear a Kiss en el CoreStates Center de Filadelfia, con capacidad para 21.000 personas, Deftones ofrecieron un concierto gratuito en la tienda de discos HMV de la ciudad. Con esta presentación buscaban promocionar su álbum debut Adrenaline. Fue tanto el entusiasmo y la intensidad de la banda que el cuarteto californiano no pudo presentarse todo el tiempo que esperaban. Les hicieron cerrar el show antes.
«Chicos, se les está yendo de las manos. Se acabó el espectáculo»
A las cuatro canciones, tras una emocionante Nosebleed, un empleado de la tienda le quita el micrófono al líder Chino Moreno y anuncia que se suspende el concierto. Se produce un previsible coro de abucheos y gritos de «¡Que se jodan!
«Lo sentimos mucho, no es culpa nuestra, ya me entiendes», dice Moreno al público.
Mientras Chino se alejaba y Chi Cheng se desabrocha el bajo, el tipo de la tienda de discos se dio cuenta de que molestar a una tienda llena de metaleros no era buena idea. Es por eso que calma a la multitud prometiendoles que la banda de Sacramento podrá tocar una canción más, con la condición de que «no se haga body-surfing» y «no se salte de los navegadores», sea lo que sea lo que eso signifique.
«Sed buenos los unos con los otros, ¿vale?», suplica. «Una canción, eso es todo. No necesitas estar haciendo daño delante de ti. ¿Vale? ¿Puedo oírlo? ¡Nada de body-surfing! ¡Nada de saltar el uno al otro! No destruyan este sitio«.
Tras una votación a mano alzada para decidir si tocar 7 Words o Engine No.9, Moreno dirige al cuarteto con 7 Words para cerrar el espectáculo.
«Yo estuve allí», escribe el YouTuber Scobie Mooney bajo las imágenes grabadas por Steve Terrey. «Fue absolutamente increíble, el set se acortó porque estaban destrozando la tienda, jaja. Después se quedaron y firmaron autógrafos a todo el mundo. Qué día tan increíble!!!»