La llegada de marzo está marcada por la triste vuelta de veraneantes a sus puestos de trabajo y estudios. Sin embargo, desde el sector turístico sacan cuentas alegres de las vacaciones, donde el factor reactivación fue clave para sacar adelante un sector alicaído tras la pandemia. La subsecretaria de Turismo, Verónica Kunze, realizó un balance del periodo estival entregando cifras positivas y alentadoras al rubro. Del total de visitantes a territorio nacional, 1,2 millones correspondieron a extranjeros que visitaron entre diciembre y enero. Los ingresos fueron cercano a los 4 mil millones de dólares. En Palabras Sacan Palabras conversamos con la ejecutiva de la Federación de Empresas de Turismo de Chile (FEDETUR), Helen Koyuyan, al respecto.
¿Cómo vieron desde Fedetur estos dos o tres años de un sector muy castigado por la pandemia?
«Tenemos cifras que son cifras positivas si las comparamos con el cierre de la pandemia. 1,2 millones extranjeros que visitaron el país. Son cifras que van hacia la recuperación. Estamos aún lejos de la meta. En el caso de los extranjeros hay un 30% menos que años anteriores».
«El turismo interno fue importante el año pasado y este año el efecto de los incendios forestales afectaron los viajes y vacaciones. No en el destino general, sino en algunos específicos. Cuando miramos los resultados de el Maule, Biobío y La Araucanía no son positivos durante febrero».
¿Cuántos millones de extranjeros ingresaban prepandemia?
«5 millones de turistas ingresaban al país. Finalizado esta época estival fue de cerca de 2 millones de turistas extranjeros. Esta cifra corresponde a turistas extranjeros».
¿Y en turismo interno?
«Los viajes con pernoctación fue de promedio en torno a los 20 o 22 millones de viajes. El año pasado fue más porque los chilenos se quedaron en Chile y se generó ese número. Lo que siempre digo es que no hay que mirar tanto los promedios producto del avance de los incendios forestales».
¿De cuánto estamos hablando de ingresos prepandemia?
«En un año normal, bueno y con turistas internacionales se estaría hablando de 10 mil millones de dólares. Hoy estamos por debajo de la mitad. Hay que considerar que el turista extranjero todo lo que consume lo hace en servicios turísticos. En cambio, el chileno en su 70% se queda en casas de familiares y no va hacia sectores turísticos».
¿Salieron más chilenos?
«Hay muchos factores. Recordemos que el verano 2022 hubo muchas restricciones. Este año los chilenos salieron mucho más. Hemos visto unos 70 mil chilenos que fueron a Brasil. El año pasado, ese porcentaje se quedó en territorio nacional».
«Hay una sensación y realidad de estreches económica donde las familias se resistan al viaje. Como pensamos que la economía no está bien, restringimos las salidas. El último efecto que causó la baja de visitantes fue el avance de los incendios que estaban restringidos».
En ese sentido, ¿el tema de los incendios es mucho más dañino en el impacto que un terremoto?
«El turismo está bien acostumbrado a sobrevivir con este tipo de situaciones. Lo importante es advertir y señalar cuáles son esos tipos de focos. El turista extranjero no logra captar que esos impactos son en un lugar específico. La comunicación logra tranquilizar a los visitantes para que tengan conocimiento sobre los lugares afectados».
¿Ha cambiado la forma de hacer turismo? ¿Hacia dónde va el turismo en cuanto a la oferta?
«Las tendencias en el turismo se están reconfigurando. Hay una necesidad de viajar y no postergar más, incluso pagando costos más altos a los que existían previamente. Eso se da tanto en el plano local como internacional. El turista está buscando naturaleza; una especie de fin de mundo. En Chile hay ese panorama y es un lugar adecuado para realizar ese tipo de viajes. Por ejemplo, tomar un circuito en bicicleta, caminar en bosques, experiencias en viña y entre otros hay en Chile».
«Estamos viendo que la gente distribuye más sus vacaciones. Dos o tres vacaciones de 10 días, por ejemplo. Hoy nadie quiere postergar ese viaje de ensueños. Se entiende que es mucho más caro. Hay menos disponibilidad de asiento y todo sube».
«Tenemos mucha conectividad con Estados Unidos. Hubo un número bastante grande de norteamericanos. Son el segundo grupo de visitantes».
¿Cuáles son las proyecciones en términos de disponibilidad de asientos? ¿S debería normalizar los precios?
«Desde Fedetur pensamos que se llegará a montos prepandemia de aquí a fin de año. Hay diversas líneas aéreas que han recompuesto su frecuencia. Vamos a tener una menor oferta de asientos por los próximos dos años por los escasos aviones respecto al inventario».
¿Dos años con precios elevados?
«Hay que ir viendo. Nuestro principal objetivo está con Europa. Ahí perdimos bastante conectividad y la meta está centrado en ese sector. Estamos movilizando y trabajando para que lleguen nuevas líneas aéreas a Chile. Que exista un aumento. Esto no es rápido y en ese camino estamos».
¿Crees que alguno de los gobiernos hemos entendido la relevancia de la protección de ecosistemas para generar ingresos? ¿Hay conciencia?
«Es una pregunta clave. A nivel transversal, el turismo sí se visibilizó en la pandemia en materia económica y mejora de vida. Sin embargo, falta generar conciencia en los actores políticos».
«La ley de biodiversidad y áreas protegidas es clave que se apruebe para que se vaya avanzando en la protección y así realizar un turismo con mirada de preservación. A veces entendemos en Chile que aquí se pelea y no es así».
¿Se está haciendo ese trabajo?
«Se dejó por la pandemia. Lamentablemente porque fuimos uno de los últimos países en abrirnos, quedamos en los últimos listados. Ahí hay un trabajo público y privado que se debe potenciar. Hay que trabajar en ese posicionamiento. Debe ser de manera consensuada y unida para recuperar esos mercados».
«Se debe recuperar la calidad. La conciencia de la ecología y ese turista necesitamos en el país. Se necesita campañas de marketing y allá apuntamos».