A solo 24 horas de que se cumpla un año desde que arribó a La Moneda, el Presidente Gabriel Boric concretó este viernes el segundo cambio de gabinete en lo que va de su administración. Esta vez, a diferencia de la primera modificación de gabinete, donde el Socialismo Democrático entró de lleno al comité político, en este nuevo ajuste se apuntó a un equilibro en cargos de segunda línea en subsecretarías y seremías.
En los cargos de segunda línea, donde el Socialismo Democrático acusaba un desbalance respecto a Apruebo Dignidad, el mandatario cambió nombres en 15 subsecretarías ministeriales. Respecto a las peticiones de los partidos de la ex concertación, la mayoría de los nuevos subsecretarios pertenecen a las filas del Socialismo
Democrático con una fuerte presencia del PS. Para saber más detalles e impresiones, en Palabras Sacan Palabras conversamos con la Diputada de Revolución Democrática, Catalina Pérez.
¿Cuál es la primera lectura con el cambio de gabinete?
«Hemos tenido una semana muy noticiosa a nivel político. Esta cambio de gabinete lo leo y veo en términos de gestión en vez de algo político, por ejemplo con lo que vimos posterior al plebiscito. Espero que esto se vea plasmado y me alegro que se haya forzado la subsecretaria de educación y así se potencie el ministerio de educación».
¿Cómo se explica que siga el ministro de Educación?
«Es un espaldarazo a la gestión de la cartera y al escenario adverso al cual nos hemos enfrentado pos-pandemia. Esa falta de inversión y resultados desiguales. Hay un escenario educativo muy adverso y el ministro lo ha sabido llevar de buena manera. Espero que desde oposición y oficialismo, esto signifique un avance en niños y niñas. Me alegro de que el ministro haya tenido el respaldo del gobierno y el nuestro desde el Gobierno».
“Vamos a gobernar hasta que duela, dijo el Presidente. ¿Qué le dolería a usted? ¿Hasta dónde se puede avanzar?
«Primero me gustaría decir que la paciencia y altura de mira del Presidente ha sido notable. Me indigna la votación que tuvimos ayer. Debemos retomar el diálogo pero la oposición debe hacer una reflexión profunda. Si una parte se niega a tener la conversación, trabajada con todos los sectores políticos, sociales y empresariales, es muy complejo. Había un montón de dolores de la ciudadanía que encontraba solución en esta reforma. Espero que la oposición se haga cargo de estos problemas y reflexione. La democracia se ve interpelada».
La derecha ha sido bastante clara, argumentan que ellos han estado disponibles en los temas de fondo, ¿Sería un dolor dejar partes de la reforma atrás?
«Sería renunciar a la idea de que las pymes no vean el alza del 25% de su patrimonio, y lo que proponíamos era que fuese escalonado hasta 2025. Sobre arriendos de la clase media no serán considerados. Tenemos que dar respuestas a las mujeres y clase media».
¿No está tan dispuesta a que duela tanto?
«Tenemos que buscar mecanismos para abordar cada agenda. Creo que Royalty debe seguir su camino en el Senado. Podemos trabajar de manera independiente. Sin embargo, una reforma tributaria debe pensar en ser una política de redistribución».
¿No le parece que hay una incongruencia de lamentar a viva voz que la oposición se niegue a legislar cuando el Frente Amplio lo hizo así?
«Con la misma mayoría que se pudo rechazar pudieron establecer modificaciones, situación diferente a la nuestra que estábamos en minoría. En segundo lugar, cuando el FA se pone en contra de la reforma era porque se rebaja los impuestos a los super ricos. Ahora se rechaza porque se sube el impuesto a los super ricos. El tercer elemento es que esta reforma tributaria es de carácter estructural. Busca generar mayor equidad en la obtención de ayudas sociales.»
«Me parece que son comparaciones considerables pero distintas».
¿Cómo ve usted la figura de Pamela Jiles?
«Esta reforma se cae por la derecha. Lo terminan liderando los sectores de extrema izquierda. Sin embargo, también se rechaza por un falso centro político como es el caso de Demócratas y Amarillos. No entiendo sus explicaciones para no votar».
«No sé si esto es a propósito de un gallito político o más bien hay una ceguera ideológica que impide siquiera abrir la puerta para entender el panorama».
Respecto al cambio del gabinete, ¿Cómo queda ese equilibrio?
«Lo leo como una modificación y refuerzo de gestión. Soy bien reticente a la dinámica que hacen los timoneles de los partidos. Somos partidos oficialistas porque creemos en el proyecto. Felicitamos a quienes se sumen».
«Creo que fue un buen ajuste ministerial y en subsecretarías. Mee alegro mucho la incorporación de Andrea a Salud Pública. Son grandes incorporaciones que espero que traigan beneficios».
¿La salida del subsecretario Ahumada se entiende como un ensañamiento?
«No, espero que no. La continuidad que dará la subsecretaria entrante será buena y me quedo tranquila para sacar adelante las reformas y avanzar en materia del sistema de salud».