Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con Jaime Droguett, subgerente de prevención de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS).
Durante los últimos 3 años, la tasa de enfermedades profesionales de salud mental ha aumentado por sobre el 60% de acuerdo con datos de la Asociación Chilena de Seguridad. El levantamiento de datos reveló que el 67% de los casos están relacionados a la exposición a algún tipo de violencia, usualmente por condiciones organizacionales o jefaturas hostiles y conflictos interpersonales recurrentes. Por otra parte, un 36% de los casos tiene que ver con sobrecarga laboral, relacionado a exceso de trabajo, falta de límites y descansos insuficientes. El Ministerio de Salud actualizó el cuestionario CEAL-SUSESO SM, un instrumento que comenzó a regir en enero de este año para todas las organizaciones y que busca contribuir a la construcción de ambientes de trabajo sanos mediante la detección de riesgos psicosociales.
¿Qué nos dicen estos datos?
“Los últimos 3 años ha habido un aumento de más de un 60% de las enfermedades de salud mental en profesionales y en los últimos 10 años se ha triplicado. En las enfermedades profesionales, sobre todo de salud mental, se ha estigmatizado y ahora ha habido mayor reconocimiento y concientización”, señala Jaime Droguett.
¿Cuánto ha cambiado?
“Desde antes de la pandemia la violencia laboral venía posicionándose por sobre la sobre carga laboral. El protocolo partió en 2013 y por ahí por el 2016 la violencia toma protagonismo y empieza a determinar un aumento grande en las cifras. Esta violencia puede ser de distintas maneras, por conflictos recurrentes con mis pares, con la atención a clientes. Tenemos muchos casos de violencia en servicios de salud. Hay que tener mucho ojo también con las relaciones de poder, porque no es lo mismo hablar con un par que con alguien que está sobre ti en la cadena de poder”, indica el subgerente de prevención de la ACHS.
Hablas de la violencia y presencia de jefaturas hostiles
“Sí. Eso tiene un efecto exponencial. Entre compañeros de trabajo siempre tiene que primar un buen trato. Puede pasar que haya hostilidades con compañeros de trabajo, pero es distinto cuando la hostilidad viene de un superior. El llamado es a la acción. La herramienta de evaluación del protocolo que está desde 2013 y que el 2015 pasó a ser obligación para todas las empresas independiente de la actividad económica a la que pertenezcan. Este protocolo cambió la herramienta de evaluación este año por una que recoge de mejor manera estos riesgos que son más emergentes. Tiene dimensiones nuevas”, asegura Jaime Droguett.
“Antes la violencia se abordaba muy en segunda línea y ahora es toda una dimensión por sí misma. Está también el tema de justicia organizacional y el desequilibrio entre trabajo y vida privada. El llamado es a implementar el protocolo y entender cómo están los colaboradores antes de que eventualmente haya una enfermedad profesional y poder tomar las medidas. Es una herramienta que también se ha simplificado en términos de cómo se implementa. Cada dos años se tiene que implementar independiente del resultado”, asegura el subgerente de prevención de la ACHS.
¿Cuánto incide en las personas que atienden clientes la violencia organizacional?
“Lamentablemente ha empezado a tomar el protagonismo en las enfermedades de salud mental. La violencia y la violencia de clientes se dan mucho. Es importante que frente a hechos de violencia de clientes haya un apoyo por parte de la organización, porque eso es incluso más determinante que el hecho de violencia que se vive. Antes se hablaba de que ‘el cliente siempre tiene la razón’, pero eso expone al trabajador y es algo que deberíamos migrar hacia otro concepto para cuidar a colaboradores”, plantea Jaime Droguett.
¿Aquellos que están ejerciendo liderazgo han tenido algún tipo de instrucción como para liderar un equipo?
“Para poner en contexto, cuando se presenta un ingreso por eventual enfermedad de salud mental nosotros hacemos una evaluación del puesto de trabajo. Entrevistamos a las referencias que nos dan la empresa y el colaborador. Este caso de falta de un liderazgo se da mucho en el caso de la violencia desde jefatura, donde se normaliza el trato violento desde la jefatura porque han crecido en las organizaciones con tratos de ese tipo, normalizando las conductas abusivas”, comenta el subgerente de prevención de la ACHS.
“Independiente de las herramientas que tenga alguien para liderar equipos, lo importante es que las empresas establezcan muy bien lo que no se va a tolerar, los códigos de buen trato que no quedan supeditados a ninguna circunstancia. Todo tiene que venir clarificado desde el diseño organizacional”, concluye en Palabra Que Es Noticia Jaime Droguett.