“De quién es Chile: Colo-Colo en la era de las sociedades anónimas” es un libro que revela episodios desconocidos de cómo inversionistas, políticos y empresarios se hicieron con el control del club en 2005 y el juego de poder que se realizó en las internas de Blanco y Negro y de la Garra Blanca. De esto, en el marco del aniversario 98 del club, lo conversamos en Palabras Sacan Palabras con su autor, el periodista de investigación Alberto Arellano.
¿Qué te inspiró a escribir de Colo-Colo y cómo fue este proceso?
«Este libro trata sobre el poder. Me he dedicado a escribir sobre el poder y creo que Colo-Colo fue una suerte de excusa para hablar sobre el poder de las cúpulas. Mi abuelo era hermano del fundador de Colo-Colo, David Arellano, y el primero en escribir un libro sobre el club. El 2005 se produce un cambio radical con el ingreso a la bolsa y de capital privado al club, que por décadas les perteneció a sus hinchas. Este libro busca explicar cómo pasó esto».
¿Qué encontraste al escribirlo?
«El libro se pregunta porque entra Sebastián Piñera o Larraín Vial o Gabriel Ruiz-Tagle. Se pregunta qué hay en este movimiento del mundo privado de los inversionistas del mundo privado hacia Colo-Colo. Esto genera una lucha de poder en la élite con los barrales de la Garra Blanca y en algún momento estos puntos se encuentran, porque se necesitan. Blanco y Negro le ofrece a la Garra Blanca, dirigida por Francisco Muñoz en ese momento, un monto de entradas a cambio de mantener el orden en los estadios. Estos tipos se van a sentar como ejecutivos del retail para traer marcas. Entre los documentos encontramos cuentas por cobrar de la empresa de Gabriel Ruiz-Tagle a Francisco Muñoz. Hay un financiamiento en las graderías que termina desatado. El libro parte con el asesinato de un barrista fuera del Estadio El Teniente en 2012, por quienes fueron financiados por Blanco y Negro. Ese laberinto de poder, de seguir la ruta del dinero, es el núcleo del libro».
¿De dónde aparece Francisco Muñoz?
«Él está acostumbrado en conducir fanatismo. Team Patriota está compuesto por fanáticos igual que la Garra Blanca y el tiene mucho liderazgo cuando controla territorios. El aparece en la década de los 90 y con mucha habilidad logra hacerse con la cúspide de la Garra Blanca, no de mala manera en un principio, en 2005. Este puesto le dura hasta 2012 a través del financiamiento, donde le piden controlar los desmanes en el estadio. Es defenestrado del poder de Garra Blanca luego de una lucha que termina con dos muertos y ahora aparece como un fanático Trumpista para la campaña de José Antonio Kast. Tuvo también mucha relación con la Fundación Pinochet. Él estuvo involucrado en un homicidio en Vitacura y quienes fueron a prestar testimonio de la buena conducta eran cuatro personas de la Fundación Pinochet».
¿Por qué se meten estos grandes nombres de las finanzas en Colo-Colo?
«Leonidas Vial permanece por ser uno de los gestores de la salida de Colo-Colo a la bolsa y recuperarse de la quiebra. El sigue siendo uno de los accionistas principales de Blanco y Negro, a pesar de que diga que ya no tiene nada que ver. Su salida significaría que efectivamente hay un fracaso en el modelo del club. Prometió llevar a Colo-Colo a instancias internacionales y pagar la deuda histórica que ascendía a 8 mil millones de pesos. No hizo la primera y la deuda aumentó a 13 mil millones de pesos. Hay infracciones a Aníbal Mosa y a Leonidas Vial por distintos artilugios respecto a casos de poca transparencia en el manejo del club. Todo esto termina con Colo-Colo cayendo prácticamente a pasar a Primera B. Esto porque quienes lo controlaban no tenían al club como su principal interés, sino que sus egos».
¿Cuán molesto es el personaje de Aníbal Mosa en todo esto?
«Es una persona disruptiva en el manejo de ByN. Llega en 2011 y rápidamente se vuelve uno de los principales accionistas. Él se asocia para tomar decisiones que no le gustan al resto. La relación con Leonidas Vial terminó a gritos, sin ningún puente entre los directores. Aníbal Mosa es un empresario de Puerto Montt de origen sirio con negocios que no tienen que ver con el mercado capitalino. Hay gente que dice que entra a Colo-Colo en parte con el objetivo de limpiar su imagen porque se decía que arruinaría la fortuna de la familia».
¿Qué te genera el aniversario de Colo-Colo?
«Hoy me invitaron a una romería para ir a ver a mi tío abuelo, David Arellano. Ahí se vieron los verdaderos hinchas. Repartieron grietas de la fachada del bar Quitapenas, donde se crea Colo-Colo. Niños, ancianos, jóvenes, hay de todo. Ese es un Colo-Colo, pero el de los empresarios que acabaron con la presencia de la clase obrera en las urbes del club también es otro Colo-Colo. El libro se preocupa por definir de quién es el club» cerró diciendo en entrevista con La Radio del Rock, el periodista de investigación Alberto Arellano.