ENTREVISTAS

Dirigentes de la Agrupación Barrio Matta Seguro: «Estamos viviendo una segunda pandemia, de la pasta base»

Del avance delictual y problemas relacionados con la seguridad pública en el Barrio Matta conversamos en #FuturoPSP con Leonardo Núñez y Tamara Espinoza.

César Colarte |

Dirigentes

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Del avance delictual y problemas relacionados con la seguridad pública en el Barrio Matta, de las repercusiones y de las demandas de los vecinos en materia de mejoras en la prevención y actuar de las policías, conversaremos en Palabras Sacan Palabras con los dirigentes de la agrupación “Barrio Matta Seguro”, Leonardo Núñez y Tamara Espinoza.

¿Ustedes representan a todo el sector de Av. Matta?

Todos los dirigentes de Matta nos unimos en esto. Va desde Santa Isabel hasta Plaza Bogotá y desde Vicuña Mackenna hasta San Diego.

¿Cuál es el diagnóstico que ustedes hacen?

Nosotros estamos viviendo una segunda pandemia, de la pasta base. Nunca habíamos visto algo con tanta intensidad como esto. Es un fenómeno nuevo para nosotros porque este tipo de droga uno lo asocia más a barrios marginales. A partir de la pandemia empezamos a ver gente caminando en estados de alta intoxicación.

No estaba el Estado presente, estábamos abandonados, así que junto a taxistas y otros vecinos empezamos a rastrear y nos dimos cuenta de que había cuatro casas que estaban tomadas y que proveían de la droga. Venden pasta base día y noche y estaban desarticulando el tejido social de nuestro barrio porque por esas veredas circulan estudiantes y adultos mayores. Pese a que llevamos 3 años reclamando por esto nadie nos toma en cuenta, así que hace un mes y medio nos empezamos a manifestar todos los miércoles. Tenemos micro y narcotráfico cada dos cuadras.

¿Qué es lo que venden?

Cocaína, pasta base, todo tipo de droga. No les importa ponerse fuera de nuestras casas a vender.

¿Cuánto tiempo los amedrentaron?

Empezamos a buscar la historia del barrio y cuando llegó la prensa nadie quería hablar porque la gente tenía miedo, así que asumimos una vocería momentánea. Sentíamos que no había un rostro humano del sufrimiento que estábamos viviendo y con eso logramos romper el miedo y ahora los vecinos nos acompañan a dar la cara y a denunciar.

¿Cuándo cambió la situación del barrio?

Después de la pandemia se desataron los olores, los fuegos artificiales, hasta encontramos una bala en el patio de una casa. Una vez tiraron una bolsa de cocaína en el patio de una casa y después unos tipos fueron a buscarlas escapando de Carabineros. Nosotros estamos siendo vulnerados por el Estado porque nadie se hace cargo. Quisimos tener una reunión con el director de Carabineros, pero nunca nos la concedió y ahora que asesinaron al carabinero apareció en todos los medios criticando la situación.

Nosotros tenemos que salir con plata en el bolsillo porque cuando te asaltan puedes aminorar el daño entregándoles plata en efectivo porque si no te pueden agredir y pasar a mayores. Hablando y haciendo trabajo de recolección de datos nos dimos cuenta de que durante la pandemia llegó mucha población en situación de calle que fue acogida por vecinos del barrio y ahí fue cuando los narcos encontraron una suerte de público objetivo. Llegamos a ver a unas 20 personas actuando como zombis intoxicados.

¿Qué excusas da carabineros para no acudir cuando se los llama?

Es multifactorial. Por ejemplo, el otro día llegó un sujeto con droga y venía con su “soldado”, así que no se le podía enfrentar.

Los narcotraficantes que han llegado a tomarse las casas que comentaban, ¿Son chilenos o extranjeros?

Lamentablemente, son todos extranjeros ilegales. No pagan ni luz ni agua y ellos defecan en tarros y después botan sus desechos a la calle. Se aprovechan de nuestra legislación porque llegan a una casa, la subarriendan y empiezan de a poco a apoderarse de la casa y a meter a más familias. Así, cuando la justicia decreta el desalojo de la casa, no puede sacarlos a la calle porque tienen niños y mujeres embarazadas.

Después del asesinato del suboficial Palma, ¿Cambió algo en el barrio?

Da la impresión de que están escondidos. Se ven vagabundos y “pasteros”, pero no los hemos visto tantos. Nosotros perdimos el miedo y estas bandas funcionan con ese mismo miedo para intimidar, así que ahora que estamos hablando y alzando la voz los que operaban las casas están más escondidos y se ha aumentado la sensación de barrio que teníamos antes. Por eso simbólicamente protestamos todos los miércoles en Matta con Portugal por la ausencia del Estado haciendo distintas intervenciones para traerles alegría al barrio y demostrar que están los vecinos presentes y quitarle espacio al narco.

¿Qué les hace sentido de los discursos de la clase política?

Han vulnerado nuestro derecho de vivir en paz y en seguridad. Hay que esperar que se rebalse el vaso para hacer algo, en este caso fue con el asesinato del carabinero. Uno reclama algo y siempre hay una excusa para no hacer la pega. Nosotros sentimos que las señales que dimos como el Estado son fuertes. Por ejemplo, cuando se indultaron a saqueadores y pirómanos o ahora con las palabras del ministro Marco Antonio Ávila que por suerte rectificó son palabras que dan a entender como si el gobierno estuviera del lado de los delincuentes. Estamos esperanzados con el anuncio del Plan de Calle Sin Violencia porque va en la línea de lo que pedimos y descubrimos que es algo que le ha pasado a muchos barrios.

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