Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con Pamela Balboa, supervisora de Investigación y Desarrollo de la Fundación Sara Raier de Rassmuss.
Un estudio de la Universidad de Los Andes reveló que el 96% de los alumnos de primero básico no conoce las letras del alfabeto, lo que implica que no son capaces de leer alguno de los libros indicados para su edad. Bajo este panorama poco alentador: ¿qué pasa con los niños y niñas en proceso de aprendizaje de lectoescritura que pertenecen al Programa de Integración Escolar? ¿Existen herramientas de apoyo para aquellos estudiantes?
¿Qué implica este porcentaje tan alto?
“Tiene varias implicancias a futuro. No está solamente este estudio, sino que hay varios estudios e investigaciones de la OCDE a levantar alertas sobre el proceso de lectura de niños y niñas e incluso de adolescentes, donde se produce un rezago importante. La pandemia lo sacó a flote, pero veníamos con números altos de niños y niñas que no aprendían a leer ni a escribir desde antes. Si no aprenden a leer ni a escribir, nos enfrentamos a complicaciones en los siguientes años educacionales”, señala Pamela Balboa.
¿Es el desastre post pandemia?
“La investigación es post pandemia levantando la alerta de que 9 de cada 10 niños no lee y no alcanza ni siquiera a decodificar los mensajes, no pueden formar oraciones”, indica la supervisora de Investigación y Desarrollo de la Fundación Sara Raier de Rassmuss.
¿Existe la posibilidad de replantear la enseñanza?
“Entendiendo el proceso de lectoescritura como, valga la redundancia, un proceso, tiene procesos previos o prelectores como la consciencia fonológica o el trabajo de motricidad y rima. Todo eso es un proceso que tiene que darse fuerte en los 6, 7 años. En este periodo de pandemia se hizo todo lo que se pudo con las herramientas que se tenían en casa, pero es una problemática que afectó no solo a los niños de primero y segundo, sino que también a la generación de kínder y prekínder y a los alumnos de tercero y cuarto. Estamos hablando de muchos niños y niñas que dejaron de aprender esta arquitectura cerebral para aprender a escribir”, afirma Pamela Balboa.
¿Es posible revertirlo?
“Nosotros tenemos un programa que se llama Alfadeca que entrega herramientas a los colegios y de formación docente para educadoras de párvulos y docentes para trabajar en pos de aprender cómo el cerebro de niños y niñas articula el proceso de lectura”, asegura la supervisora de Investigación y Desarrollo de la Fundación Sara Raier de Rassmuss.
¿Estos niños son o fueron expuestos a pantallas?
“Si hablamos de niños en pandemia, entonces sí. Hay un gran porcentaje que se conectaba con los profesores a través de pantalla. Nuestros recursos son libros y nos vimos obligados a tomar decisiones y a mutar. Otro dato es que, en general, en casa hay más televisores que libros. Así que trasladamos las guías de lenguaje al formato televisivo con los productores de la ganadora del Óscar, ‘La Historia del Oso’”, puntualiza Pamela Balboa.
¿Por qué se habla de “lectoescritura”?
“Entendemos el proceso como lectoescritura porque se dan a la par. Se aprende la letra escribiéndola. Hay investigaciones que indican que los tres dedos con los que usualmente se toma el lápiz están conectados directamente con el cerebro para el proceso de lectoescritura”, plantea la supervisora de Investigación y Desarrollo de la Fundación Sara Raier de Rassmuss.
¿Cuál es el rezago a nivel socioeconómico respecto a la educación? ¿De qué manera se puede acceder a alguna herramienta para ayudar?
“Tenemos niños de estratos sociales bajos que no tienen libros en casa. Hay datos que dicen incluso que en una casa de estratos sociales bajos no alcanza a haber un libro por persona. El Gobierno está trabajando con esto. Nosotros somos parte de la red por un Chile que lee y en esta unión público-privada se está trabajando para acercar la lectura a niños, niñas y adolescentes del país. Como tip, lo más importante es entender como padres, madres y educadores la idea de querer leer. Vincular el aprendizaje de la lectoescritura con una emoción positiva, leer porque se va a aprender y relacionarnos con los textos más allá de los libros. Ir caminando por la calle y leer un cartel, cosas cotidianas que sirvan para estimular el proceso”, concluye en Palabra Que Es Noticia Pamela Balboa.