Dentro de la impresionante cartelera de conciertos que tenemos en esta última parte de abril, destaca la presencia de una leyenda de la música progresiva y de vanguardia: los franceses Magma, que vuelven por estos lados para presentarse nada menos que con tres fechas, en la gira de promoción de su último disco “Kartëhl” de 2022 y con el repaso a su material clásico, por supuesto.
Primero van a estar en Santiago este viernes 28 y sábado 29 de abril en el Teatro Nescafé de las Artes, con entradas por Ticketek. Y después estarán el 1 de mayo en Concepción, donde nos escuchan en la 106.5, ahí la cita es en el Teatro de la Universidad de Concepción, con entradas en sistema Ticketplus.
En la espera hablamos con el mismísimo maestro que ha comandado a Magma por más de 50 años: Christian Vander, baterista y voz de esta entidad.
-Te damos la bienvenida anticipada a nuestro país, ¿qué se puede esperar de esta experiencia que veremos en vivo?
-Lo que se puede esperar para los nuevos conciertos que vamos a celebrar ahí es una nueva formación de músicos que tenemos en el grupo. Y nueva música, del nuevo disco.
-En tu opinión, ¿qué hace a “Kartëhl” diferente de los otros álbumes de Magma?
-Bueno, es un álbum que se hizo con aporte creativo de varios músicos del grupo. No lo habíamos hecho así desde 1977 en “Udu Wudu”. Teníamos la idea hacer un álbum de grupo, de verdad. Eso es lo que vamos a presentar. Antes, yo era el compositor principal. Hoy, en este álbum, intentamos que todos los músicos trabajaran un poco, que dieran sus ideas, sus impresiones del momento, sobre lo que querían hacer.
-En la nueva formación hay miembros más jóvenes. ¿Cómo ha sido trabajar con gente más joven y recibir nuevas ideas?
-Lo importantes es lo que aportan en términos de musicalidad e integración. Para un músico joven o un músico mayor, si le gusta la música… aún sigo buscando la diferencia. Es decir, la gente a la que le gusta la música tiene el mismo enfoque de esta cosa. Obviamente, la gente con la que trabajamos es muy maleable y sólo pide saber. Así que es más fácil enseñar cosas a alguien más joven que a alguien que ya es profesional y tiene una carrera en esto. En definitiva, la música marca la diferencia, más que las personas. Lo que yo buscaba detrás de los miembros era gente que amara la música. Ahí es donde está la diferencia.
-Magma lleva más de 50 años tocando y hoy es un referente que ha dado la vuelta al mundo y ha influido en otros artistas. ¿Cómo se siente al ver todo lo que ha conseguido, todo en lo que se ha convertido?
-Puedo decir sinceramente que nunca pensé en ello. Pensé en tocar, tocar y tocar, hasta siempre. ¿Por qué no? No fijé una fecha ni una hora. Para mí, la música es para siempre.
Como los grandes músicos que he conocido, que han llevado sus experiencias hasta el final. Ser un poco como John Coltrane, en el sentido de tocar hasta el final.
-Pensando un poco en sus visitas anteriores a Chile y Sudamérica, ¿hay algo que llame la atención de la cultura de este lado del planeta?
-Personalmente, me pareció que el público es mucho más receptivo y cálido. La gente reacciona muy rápido al menor impulso, a la menor cosa que ocurre en el escenario. No ocurre lo mismo en todos los países. Hay una calidez, un entusiasmo, un sentimiento. La gente siente mucho mejor la música. Sienten bien la música y la comparten bien por dentro.
-¿Significa algo especial tocar en el fin del mundo? No somos Kobaïa, pero estamos algo lejos de Francia, je.
-Siempre aporta. Ya hemos ido a tocar a Chile y nos ha aportado mucho calor y la confirmación de lo que buscábamos.
Hay un público que entiende y escucha la música de Magma mejor que algunas personas. La gente del fin del mundo, como tú dices, es muy sensible a la música. Eso es lo que nos importa.
-Por último, ¿unas últimas palabras para los fans que le esperan aquí en Chile?
-Sé que siempre se dice, pero no veo la hora de volver a verlos. Para mí es un gran placer. Tengo muchos amigos allí en Chile y estoy deseando volver a verlos. Y tratar de darles lo mejor de lo que podemos hacer con nuestra música.