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Por Equipo Futuro.cl
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De la situación con el crimen organizado en nuestro país y experiencias comparadas en el resto de Latinoamérica, conversamos en Palabras Sacan Palabras desde Ciudad de México para hablar con el periodista y especialista en temas de narcotráfico, José Reveles.
¿Cómo se explica el avance del narcotráfico?
«Es principalmente por el control territorial, de dominar las rutas y las regiones. Acá le llamamos «vacíos de poder», donde de pronto empiezan a mandar personas que no fueron elegidas en las urnas, no son elegidas democráticamente. Son dominadores de la economía. Empresarios desviados hacia temas ilícitos que hacen que se pierda el control sobre ciertos territorios. Los motiva la ganancia económica».
¿Cuándo comienza este control territorial en el caso mexicano?
«Nosotros tenemos una historia larga, de décadas, de introducción de los grupos de delincuencia organizada en los asuntos del país. En los 80 ya teníamos el cartel de Guadalajara donde se dio el episodio del secuestro, tortura y muerte de un agente norteamericano de la DEA. Desde entonces no ha cesado el tráfico, ahora está de moda el fentanilo. Ahora hay coordinaciones para atrapar a los llamados “Chapitos”, los hijos del Chapo Guzmán, que están inundando el mercado de Estados Unidos. Hay más de 100mil muertes por año relacionadas a estas drogas».
José Reveles: Hemos visto en Chile que el crimen organizado se manifiesta en diversos delitos violentos como el sicariato, la extorsión o el homicidio, ¿Cómo ha sido la situación en México?
«En México eso se llama cobro de piso. Aquí se les denomina halcones a los jóvenes a los que se les paga para que den avisos cuando viene la autoridad para evitar que se detenga a quienes cometen delitos. Les ofrecen dinero a raudales y eso se convierte en aspiracional a medida en que avanza. La autoridad tiene que atacar el nervio financiero de los grupos delincuenciales y afectar el tejido social para que estos jóvenes no ingresen a este círculo de delincuencia. Esto que ocurrió del cierre de las escuelas en Chile está de camino de lo que ocurrió en ciudades como Sinaloa en México, donde los maestros le dan entrenamiento a los jóvenes para responder ante las balaceras y echarse al piso».
Sobre la narcocultura y los rituales ligados al delito, ¿Qué es para ustedes? ¿Qué tan relevante es?
«Acá son los narcocorridos, que son composiciones musicales con letras que aluden a las supuestas hazañas del narcotráfico y se escucha en las radios, en las fiestas. En la celebración de los 40 años de Culiacán había imágenes del Chapo y canciones que aludían a los lujos y a las riquezas que se consiguieron bajo el narcotráfico y eso permea en el tejido social. También están las series de televisión que cubren estas historias».
¿Qué pasa cuando estas situaciones se instalan? ¿Cómo se puede frenar el avance?
«Lo que funciona es la recomposición del tejido social, pero es algo a mediano y largo plazo. De la noche a la mañana no hay posibilidad. En gobiernos pasados se eligió el conflicto bélico, pero no terminó del todo. Capturar a los líderes tampoco provocó un cambio porque el negocio sigue. Cometen no solo el delito de traficar con sustancias ilícitas, también cobran piso a otros para traficar y para extorsionar a dueños de locales para ser puntos de tráfico. Van descomponiendo la estructura social de tal manera que si no hay toque de queda la gente no sale a las calles por miedo a que puedan verse involucrados o dañados. Está el temor de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado».
¿Dar más recursos a las policías y permitir que el ejército intervenga funciona?
«En México cada vez que se involucran los militares se corrompen. Aquí hay un grupo denominado Los Zetas que eran militares de élite entrenados que decidieron por la opción delictual. Es una situación complicada» cerró diciendo en entrevista con La Radio del Rock, con el periodista y especialista en temas de narcotráfico, José Reveles.