Hoy en Palabras Sacan Palabras conversamos con el encargado de la Unidad Consultiva para la Reforma de las policías, José Roa.
¿En qué está la reforma?
La reforma no partió ni conmigo ni este Gobierno, sino el anterior. Tras la crisis de derechos humanos tomó un nuevo impulso y con la situación actual toma otro impulso.
¿Qué hay en las 31 mociones legislativas? ¿Se está convirtiendo en una modificación legislativa?
Hemos escuchado una orquesta por separado. Hay un conjunto de proyectos, algunos aprobados, otros comprometidos y ninguno tiene por título “reforma a las policías”. Ese conjunto de iniciativas nos toca agrupar. Se debe tener una reforma de policías y eso supone un trabajo sobre la función policial. Hay una especialización, coproducción con seguridad municipal y respecto a las funciones no policiales. Esto va acompañado de formación y carrera. Los mejores candidatos entran a la policía y se deben mantener en la institución.
¿En qué se ha avanzado en formación?
Es importante en dos temas. Primero en la formación y en su revisión de los perfiles de ingreso y egreso con perspectiva de lo que impone la criminalidad hoy en día. Si van a desarrollar nueva función, protocolos y otros elementos, requieren formación. Es una formación durante la carrera.
Hay avances en torno a los requisitos para ingresar a Carabineros. Por ejemplo, existían restricciones ligadas a tatuajes, estatura y caries, por nombrar algunos.
¿Qué sucede con los escalafones y su diferenciación? ¿Cómo se entiende esa oficialidad con los carabineros de calle?
Parte de la eficacia es que los carabineros estén en sus espacios de trabajo. Esto tiene dos componentes: se les debe otorgar las condiciones para que hagan bien su trabajo y la no existencia de barreras para subir y avanzar en diversos escalafones.
¿Cuál es el diagnóstico respecto a las policías?
Hay tres informes que se desarrollaron en el Gobierno anterior. Dos por el Gobierno y uno por el Senado. Debe existir función policial, avance en requisitos y la carrera policial.
Como la vida es compleja y uno no puede poner pausa a la realidad, la reforma no fue un gran título, tiene bastantes cosas. La ley que se aprobó tiene el desarrollo preferente de las policías, especialización, desarrollo policial y la creación del Ministerio de Seguridad. Se debe dividir el Ministerio del Interior. Eso se tramitó el año pasado y forma parte del acuerdo transversal dentro de los 31 proyectos en materia de seguridad.
Hay otros relacionados con la seguridad municipal, coproducción para eventos públicos y privados.
¿Cómo conversan esos proyectos con la agenda de emergencia?
Es un gran desafío coordinar y alinear los postulados de las reformas. Algunos están más apegados y otros más alejados. En general, si uno mira el acuerdo transversal, no todos tienen algunos elementos que contribuyen a la reforma de las policías. Al largo plazo se irán llenando ciertos espacios que están comprometidos y en los que se están avanzando. Hay temas administrativos que están llevando las policías. En eso, las policías deben tener una planificación estratégica por seis años. Está en proceso de revisión. Es una buena noticia porque institucionaliza el proceso. La nueva criminalidad impone nuevos desafíos.
¿Qué ocurre con la unidad en cuanto a la fecha?
Reformas exitosas en otros países han durado cerca de tres gobiernos. Se debe institucionalizar este proceso para que sea una política de Estado. Los equipos deben permanecer para que se trabaje a largo plazo. Estos informes que se desarrollaron deben estar puestos en función de los contextos para implementar las medidas.
¿Hay fecha?
Si hay hitos relevantes sería la creación del Ministerio de Seguridad.
¿Hace cuánto tiempo está trabajando?
El primero de marzo. Deben ser cerca de 48 días. Las autoridades políticas a cargo de este proceso tienen trabajo a largo plazo. Hoy somos tres personas y funciona como un grupo coordinador. No reemplazamos a los equipos que desarrollan trabajo en las diversas secciones en materia de seguridad. Se avanza en pos de un objetivo común.
¿Cuál es su diagnóstico respecto a los asesinatos a Carabineros?
Nuevos desafíos suponen nuevas funciones policiales, nuevos protocolos, equipamiento y coordinación con los sistemas de justicia. La labor de carabineros no termina entregando al delincuente al fiscal, sino cuando se da condena.
Mirar este proceso en una cadena más larga implica un trabajo más enfocado e institucionalizado.
¿Esto cuándo comenzó a pasar?
Nada pasa de castaño claro a oscuro de la noche a la mañana. Son procesos que van escalando y los fenómenos de la nueva criminalidad no son propios en este país. Lamentablemente, no hay una bala de plata, sino un trabajo sistemático que mira la cadena larga. Pone como base una estructura que mañana será distinto. Se debe aprovechar el capital profesional de las policías y un ejercicio eficaz del desarrollo policial. Supone protección de los policías y de las personas.
¿La PDI tiene una mejor cultura que Carabineros?
Es más pequeña y especializada que Carabineros. Si tenemos que hacer un menú de funciones, es mucho más acotado. Carabineros es tres veces más grande que la Policía de Investigaciones. Tiene un menú amplio a diferencia de la PDI. Carabineros es el Estado en los diversos espacios.
¿Cuán relevante es la corrupción en las policías?
Probidad, derechos humanos y eficacia policial. No hay que olvidar los hechos mencionados. Si miramos, el desarrollo de corrupción policial es mayor en otros lados. Se debe enfrentar con firmeza y perspectiva a largo plazo. Se requiere estructura y trabajo a largo plazo para tener corrupción en los espacios.