De las graves irregularidades denunciadas por suboficiales de Carabineros relacionadas con jornadas extenuantes y de la alarmante baja de personal destinado para enfrentar la delincuencia y el crimen organizado, conversamos en Palabra Que Es Noticia con el periodista de Ciper Chile, Nicolás Sepúlveda.
¿De qué se trata esta investigación? ¿Cuáles son las fuentes?
«Nosotros veníamos hace varios meses viendo el tema de las licencias médicas. Dese el año pasado sabíamos que mas 1/3 de carabineros estaban con licencia médica. El reporteo del zoom de las licencias médicas, hicimos 10 entrevistas de suboficiales en diversos recintos y ahí nos comenzaron a detallar la situación real de las y los Carabineros en las comisarías. Hasta ahora solo habíamos visto la opinión de los altos mandos y se había puesto poco ojo con lo que ocurre en las comisarías».
¿Cuáles son las denuncias en torno a las licencias médicas?
«En septiembre nos enteramos que en Puente Alto existía una gran cantidad de licencias médicas. Lo corroboramos y nos dimos cuenta que había un exceso de trabajo en suboficiales. Se presentaban licencias médicas falsas. Para este reportaje, nos ratificaron lo denunciado anteriormente. Las guardias nocturnas denuncian horas diarias y el único momento de descanso es cuando deben dormir. Es tal el nivel de cansancio y sobrecarga laboral, es presentar licencias médicas.
Lo mismo ocurre son funcionarios que son de regiones. Utilizan este mecanismo para combatir la sobreexplotación. Se ha normalizado eso».
Nicolás Sepúlveda: ¿Cómo se llegan a esas situaciones?
«Además del exceso de trabajo, los funcionarios señalaban que no sienten apoyo del mando. Si pasan a llevar un protocolo, hacen mal un parte u otro elemento, señalan que los altos mandos los dan de baja. Como la calle está complicada, no lo hacen y se dedican a realizar trabajo de papeleo. Es cerca de un 40%. Por su parte, el 25% está destinado a no estar disponibles por licencias médicas».
¿Quién dirige la labor de ir a la calle? ¿Cuánta dotación tiene el personal?
«El o la comisario son los encargados de dirigir las labores. Las nóminas de actos de servicio aparecen dentro del listado. Sin embargo, ellos pueden estar lesionados. Hay carabineros que cocinan y cumplen labores de jardinería. Otros que dan apoyos a retenes y comisarías, quienes están fuera del espacio, aunque estén en la nómina principal. Hay algo de gestión interna y que nadie había mirado y sí es importante».
¿Hay alguna diferencia entre los que están en comisarias y altos mandos? ¿Cómo dialogan?
«Hay dos estamentos: la oficialidad y los suboficiales. Nosotros hablamos con suboficiales y efectivamente hay una fractura. Los cabos y sargentos con quienes conversamos señalaron que si tu como suboficial no te llevas bien con el oficial, debían hacer guardias constantes. Posterior al reportaje nos llegaron muchas denuncias. Una de las principales diferencias son de sueldo. Un carabinero recién egresado gana lo mismo que un funcionario que lleva 20 años en la calle.
A los carabineros los entrenan en un polígono de tiro y no bajo funciones de estrés, como es el caso de los oficiales. Es muy disímil».
¿Cómo se diferencian los oficiales de los suboficiales?
«Los oficiales estudian en una escuela muy distinta. Por su parte, los suboficiales van solamente una vez al año a la prueba de polígono. Lo hacen sin estímulos de estrés. Es muy diferente la realidad que enfrentan.
Los carabineros nos decían que no es lo mismo disparar cuando otros te disparan. Ese es una gran problemática».
¿Con qué sensación se quedaron con los datos conseguidos?
«Estaban muy estresados y sobrepasados por carga laboral. Nos decían que la calle está muy compleja y que tienen poco apoyo de mando. Están hartos por las condiciones laborales y el sueldo. Un carabinero puede estar ganando un poco más de un sueldo mínimo».
¿Alcanzaron a hablar de la Ley Naín-Retamal?
«Hicimos esa pregunta y nos decían que era algo muy difícil. Es una institución muy militarizada y muchos de ellos no se imaginaban carabineros en un solo escalafón. Respecto a la Ley, nos decían que el actuar no tiene que ver con la ley ordinaria, sino con sus altos mandos. Ese efecto directo, del ser dados de baja en un procedimiento, es por parte de los altos mandos y no desde la fiscalía. Todos coincidían que las vueltas de las UZI manifestaron que era bastante complejo. Inclusive, están expuestos a que los delincuentes roben sus armas».
¿Qué otro elemento te llamó la atención con este reportaje?
«Los actores involucrados saben que existe un problema de gestión y que no se soluciona con mayor dotación policial. No hay una dirección. Interior no tiene facultades para ordenar a las policías y Carabineros tampoco. Eso lo determina cada oficial y ahí hay un problema» cerró diciendo en entrevista con La Radio del Rock, el periodista de Ciper Chile, Nicolás Sepúlveda.