De la reciente inauguración de “La necesidad de jugar”, una íntima exposición que busca retornar al origen de la infancia y la capacidad de la restauración de juguetes, conversamos en Palabras Sacan Palabras con el artista visual, Norton Maza.
¿Es un regreso a la infancia el volver a los juguetes?
Claro. Volver a algo más íntimo, hablar con uno mismo y relatar una historia en un museo que tiene que ver mucho con las herramientas.
Antes hiciste una exposición con un carro lanza aguas suspendido en el aire y ahora una exposición sobre juguetes, ¿A qué se debe este cambio de magnitud?
Me empecé a preguntar por qué hago lo que hago y lo que hice fue recordar que mis padres me compraban juguetes que me fomentaban mi creatividad y el quiebre de ahora fue darme cuenta de que quería volver a jugar y volver a ser un niño respecto a mis obras.
¿Cuáles fueron tus primeros juguetes?
De chico venía de Francia y llegué a Cuba en el año 80, así que no teníamos mucho material. Le cortaba el palo de escoba a mi mamá y con eso hacía ruedas y después empecé a hacer camiones y más cosas.
¿Cómo fue ese tránsito de Francia a Cuba?
Fuimos exiliados y como todo niño intenté sacarle partido a las experiencias que vivíamos a través de jugar. Tuve la suerte que tenía a mi madre, pero era una madre compartida porque estábamos en el edificio de chilenos en Cuba, donde los padres dejaban a sus hijos.
Sobre tus últimos trabajos, como “Geografía en el olvido”, ¿Qué quisiste transmitir en esa exposición?
Es una obra en la que yo trabajé también pensando en los juegos. Es un tren eléctrico que habla sobre la inmigración clandestina en el norte de México. Recreé ese tránsito a través de una maqueta que representaba un tren que nunca se detiene, sin horizonte. El museo quedaba justo donde pasaba el tren en Guadalajara y en un momento nos dimos cuenta de que si nos quedábamos en silencio lo podíamos escuchar pasar.
¿En qué sentido se relaciona la exposición con la idea de barrio?
La exposición es en pleno Barrio Yungay y también configura la idea de funcionar como barrio. Una tienda de vinilos ayuda con la difusión y hasta la Fuente Mardoqueo aportó con comida, así que convergieron en un solo lugar. Parte del proyecto de las casas aledañas al museo está el plantar árboles que también va en la línea de transformar el barrio y mejorarlo en conjunto.
¿Hasta cuando dura y dónde queda?
“La necesidad de jugar” estará hasta el 30 de junio y el Museo Taller está en Compañía de Jesús 2784.