Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con Stephanie Otth, coordinadora de investigación de Corporación Miles.
El V Informe sobre Derechos Sexuales y reproductivos, publicado por Corporación Miles, entrega un panorama actual sobre la implementación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo no exenta de críticas, las consecuencias en las mujeres que se embarazaron con pastillas anticonceptivas defectuosas, y las barreras que impiden que las menores de edad accedan a un aborto por la causal violación. También se analizan las trabas para la píldora anticonceptiva de emergencia y las discriminaciones a las que se enfrentan las mujeres en situación de discapacidad en cuanto a derechos sexuales y reproductivos.
¿Qué opina del proyecto para prohibir las charlas de “expertos sexuales” presentada por un diputado de Republicanos?
“Nosotros en Miles hemos tenido siempre una postura super clara respecto a los derechos sexuales y reproductivos y la salud sexual integral. La educación es una responsabilidad social entre todas las personas que componemos la comunidad. En este sentido, la educación sexual integral está más que comprobado que no sexualiza a los niños porque somos seres sexuales. No se les sexualiza a los niños, sino que se les reconoce como un elemento fundamental en nuestro desarrollo. Al contrario, hay bastantes investigaciones que muestran que poner estos temas sobre la mesa tiene un efecto preventivo importante en la vida de los niños y niñas”, señala Stehanie Otth.
¿Ven una avanzada conservadora que pueda poner en riesgo los avances en los derechos reproductivos de las mujeres?
“Los derechos reproductivos y los derechos de las mujeres nunca están garantizados, por muy regulados o reconocidos que estén en la legislatura. Siempre pueden estar sujeto a un retroceso dependiendo del contexto social, cultural y político en el que estén los países. Por eso las organizaciones que trabajamos en estas materias nunca descansamos del todo aún cuando avanzamos en estos temas. Especialmente en este momento álgido, donde hemos visto que estos discursos fundamentalistas han venido a aportillar consensos que teníamos zanjados. Tenemos que estar atentos y conectados con las necesidades de las personas para que estos derechos y estas prestaciones de salud no retrocedan”, indica la coordinadora de investigación de Corporación Miles.
¿Es un retroceso este cambio en el discurso considerando los nuevos actores que cobraron relevancia en la esfera política?
“Actualmente, en términos prácticos, no hemos visto retrocesos. Me refiero a los discursos conservadores que aportillan las garantías de los derechos sexuales y reproductivos como la interrupción del embarazo”, afirma Stephanie Otth.
¿Qué se encuentran en este informe?
“Este año realizamos investigaciones sobre embarazos no planificados tomando en consideración la entrega de pastillas anticonceptivas defectuosas en el sistema público y la situación de las niñas menores de 14 años sobre la interrupción voluntaria del embarazo por la causal de violación. Durante la pandemia es de conocimiento público que la salud sexual y reproductiva se vio fuertemente afectada y nosotras quisimos ver cómo se estaban restableciendo los servicios de salud sexual en las zonas rurales”, asegura la coordinadora de investigación de Corporación Miles.
¿Cuáles fueron los hallazgos que más les preocupan?
“En el capítulo de interrupción voluntaria del embarazo consignamos que las niñas menores de 14 años acceden mucho menos a la interrupción voluntaria del embarazo que otras mujeres de otros grupos de salud. Desde el Ministerio Público el año 2021 se nos informó a través de transparencia que 2800 niñas menores de 14 habían sido víctimas de violación. Hicimos estimaciones teóricas basadas en evidencias y encontramos que al menos un 5% terminan en embarzo y efectivamente se informó que 137 niñas habían egresado del sistema con embarazos, pero solo 27 de estas niñas constituían la causal de violación. Ese tipo de inconsistencias nos preocupan, sobre qué es lo que ocurre en la situación de las niñas como para que ni siquiera alcancen a constituir esta causal de violación”, plantea Stephanie Otth.
Respecto a la causal, ¿Ellas entrarían automáticamente?
“Cualquier niña menor de 14 años debería constituir automáticamente esta causal porque se entiende que ese embarazo es producto de una violación”, puntualiza la coordinadora de investigación de Corporación Miles.
¿No tiene que ver con la objeción de conciencia?
“La objeción de conciencia es una facultad para restarse de realizar del procedimiento en pabellón, pero no para todo lo demás para constituir la causal. Ahí hemos visto una escasa capacitación que está afectando la posibilidad de que estos profesionales puedan atender efectivamente estos procedimientos”, fundamenta.
¿Por qué se produce esto? ¿Qué está pasando?
“Nuestro diagnóstico siempre ha sido que el problema está en la desinformación sobre la ley. En términos generales, tanto para personas como para las mujeres y los profesionales, no se conoce como funciona esta prestación. Los profesionales no conocen los aspectos medicolegales sobre esta ley. Esto hace que se alejen del fortalecimiento de esta práctica. Vemos también que las niñas, solo por ser niñas, tienen menos condiciones para ejercer sus derechos producto de una falta de educación oportuna”, concluye en Palabra Que Es Noticia la coordinadora de investigación de Corporación Miles, Stephanie Otth.