En Palabras Sacan Palabras, Dino Bozzi se refirió a la importancia de la memoria en las ciudades a propósito de la polémica con la Villa Grimaldi y la Fundación Futuro.
En su columna del pasado miércoles 03 de mayo, el arquitecto y académico partió refiriéndose al intercambio entre el gobernador Claudio Orrego y la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei.
Hay polémica fresca entre el gobernador Orrego y la alcaldesa Evelyn Matthei a propósito de la rotonda.
«El patrimonio no está exento de carga política. Hacer parecer que todo lo que uno reflexiona sobre las ciudades tiene exclusivamente que ver con el espacio público. Pero no con cuestiones simbólicas, es engañarse. La alcaldesa Matthei se colgó de la asesoría de uno de los profesionales de la municipalidad para argumentar que está mal la modificación que se está haciendo a la Plaza Italia porque transformaría la Alameda y Providencia en una suerte de río de autos. Eso es jugar con la credibilidad de la gente. Acá el problema no es ese. Es la lucha de dos sectores políticos por quién es el que maneja un espacio tan relevante, particularmente en la memoria reciente de nuestro país, como es la plaza», señala Dino Bozzi.
Cuando hay una obra que es regional, ¿cuánto puede trabar la discusión la comuna donde se encuentra?
«Hay un choque de definiciones legales. Efectivamente, un proyecto de la escala de la Alameda Providencia es resorte de la Gobernación e incluso del Gobierno Nacional. Las decisiones son de escala regional y está bien que las tome el gobernador. Pero también es cierto que la municipalidad es la que maneja estos espacios públicos. Cuando la alcaldesa dice que nadie puede pretender que 40 personas van a hacer lo que ellos quieren pasando por encima de lo que es Providencia, está mintiendo», afirma el académico y columnista de #FutruoPSP.
«Para el proyecto Alameda Providencia se hicieron participaciones ciudadanas masivas sostenidas durante un montón de tiempo. Y ese es un trabajo de técnicos de altísimo nivel. Acá hay una lucha por un territorio que está cargado de simbolismo. La estatua de Baquedano era más relevante, en términos patrimoniales, cuando estaba entera pintarrajeada, que antes cuando era simplemente un trozo de bronce del que muy pocos chilenos teníamos claros cuál era su historia», indica el arquitecto.
Otro tema que generó una gran indignación: Este afiche que mezclaba turismo, viñas y la memoria de Viña Grimaldi.
«Sitios como Villa Grimaldi no están declarados como sitio de memoria sino que como monumento histórico con la misma categoría que la Viña Concha y Toro porque a nosotros nos falta una institucionalidad que se pare dentro del amplio espectro que es nuestra identidad, nuestra historia. Es muy importante que recordemos como sociedad que no tiene nada que ver nada que ver el motivo por el que recordamos una viña como la Concha y Toro y el por qué recordamos los sitios de memoria. La herida más profunda que tiene nuestra sociedad está ahí. Ponerlas en el mismo lugar no es otra cosa que banalizar el mal», sostiene Dino Bozzi.
«Un colega mío, en una carta al director, se preguntó si la construcción de un memorial del estallido social incluía fondos para arreglar fachada y reconstruir iglesias. No tiene nada que ver una cuestión con otra. Es un hecho de la causa que en Chile hubo violaciones a los derechos humanos en el estallido social. Hubo muertos. Hay más de 400 compatriotas que tuvieron lesiones oculares. No podemos meter en el mismo paquete las violaciones a los derechos humanos y el daño al patrimonio. Que a mí en lo personal me parece inaceptable», plantea el columnista de Palabras Sacan Palabras.
«Hay una cantidad de estas cuestiones que consideramos patrimoniales que se cruzan con esta otra realidad que tiene que ver con abuso a los derechos humanos. Es un ámbito que llegamos a definir como patrimonio incómodo. Por ejemplo, el cuartel Borgoño de la PDI, al otro lado de la Estación Mapocho, es un edificio fantástico. Obra de Emilio Jéquier. Es increíble, pero fue donde torturaron asesinaron y desaparecieron a chilenos. ¿Es importante el edificio de Jéquier? Por supuesto. Pero lo relevante es el hecho de que es un sitio de memoria. Cómo se dialogan desde un punto de vista de proyectos es un tremendo desafío. Pero es una cuestión que no podemos olvidar y eso no tiene nada que ver con donde uno esté parado políticamente. Son unos mínimos de la convivencia en nuestras ciudades y en nuestro país», concluye Dino Bozzi.