Pink Floyd no cabe duda es que una de las bandas más influyentes de la historia de la música. Y todo gracias al hambre creativa que tuvieron todos su miembros. Creando así un catálogo plagado de obras imprescindibles.
Sin embargo, la carrera del grupo pudo terminar mucho antes de lo pensado. O así lo contó el mismo Roger Waters, quien mencionó que llegado a un punto, pensó que llegaron a un punto definitorio con Pink Floyd.
Aquel punto se trató de The Dark Side of the Moon, que marcó para siempre la manera de concebir un álbum de rock. Así, en una entrevista de octubre de 1975 con Nick Sedgewick, publicada en el songbook de Wish You Were Here, Waters destacó el tremendo efecto que el disco de 1973. Tanto, que en ese entonces lo calificó como «el final del camino».
El «casi» último álbum de Pink Floyd
La idea nació un año después del éxito cuando el éxito de The Dark Side of The Moon ya se ha había producido. «Hubo un intento de grabar un álbum sin utilizar ningún instrumento musical», le contó Water a Sedgewick.
«Parecía una buena idea en ese momento, pero no cuajó. Probablemente porque necesitábamos parar un poco», recopila Far Out Magazine.
Esta necesidad de parar se debió a que la banda estaba «simplemente cansada y aburrida». Presionado al respecto, Sedgewick preguntó a Waters si era para salir de la carretera y tener un respiro entre ellos. En este punto, el bajista explicó que Pink Floyd sentía que The Dark Side of the Moon era «el final del camino», ya que habían logrado lo que se habían propuesto desde que eran adolescentes.
Aunque, sin embargo, mencionaron que no eran «tan consciente de ello». Indicó que el álbum había tenido tanto éxito, que consideron habían alcanzado «el punto en el que realmente no había nada más que hacer en términos de rock’n roll».
En ese sentido, Waters afirmó que «el dinero y la adulación» influyeron en los sentimientos de la banda tras The Dark Side of the Moon. «Ese tipo de ventas son el sueño de toda banda de rock ‘n’ roll. Algunas bandas fingen que no lo son, claro», señaló.
¿Qué motivó entonces volver al estudio y grabar Wish You Were Here? «Un sentimiento de aburrimiento, creo, en realidad. Tienes que hacer algo. Cuando te has acostumbrado a trabajar muy duro durante años y has llegado al punto hacia el que trabajabas, sigue existiendo la necesidad de continuar porque te das cuenta de que donde has llegado no es donde pensabas que estaba», concluyó.