ENTREVISTAS

Javier Couso: «Si sigue el Estado Subsidiario combinado con el Estado Social de Derecho, va a ser un engendro»

Sobre los avances que está llevando a cabo la Comisión Experta, conversamos en #FuturoPSP con el abogado Javier Couso.

Javier Couso
Agencia Uno

Este martes la Comisión Experta entró en su recta final, con la votación de las normas constitucionales que irán en el anteproyecto que será entregado a los constituyentes electos el próximo 6 de junio.

De los últimos avances que han llevado a cabo y la situación del actual Estado Social y Democrático de Derecho, hablamos en un nuevo Palabras Sacan Palabras con el abogado constitucionalista, Javier Couso.

¿Qué mirada tiene lo que sabemos hasta ahora?

Este es el producto de una Comisión Experta que combinaba personas de distinta ideología política, dejándolos empatados. La flexibilidad que mostraron es el producto de un consenso sin que se sacrifiquen las bases en el texto, que de algún sentido recogen lo mejor que dejó la propuesta pasada como el Estado social y democrático de derecho y la protección de la biodiversidad.

¿Qué podría salir de esta parte del proceso que tenga que ver con el Estado social y democrático de derecho y la posibilidad de elegir en salud?

Lo que hemos tenido en la Comisión Experta es que eso ha sido el gran debate. Las bases que obligan tanto a la Comisión como al Consejo elegido por la gente el pasado 7 de mayo no son opcionales, son vinculantes. Si hay algo que no distingue a Republicanos de Chile Vamos en esta materia, es que se quiere cuadrar hacia un estado subsidiario. El Estado social de derecho viene de una tradición europea continental que viene bajo la idea de la solidaridad. La libertad de elección es una libertad para segregar que viene de los que tienen dinero para optar a un sistema privado respecto a quienes no tienen dinero. En eso hay una contradicción lógica entre el estado social y la libertad de separarse de otros en base al ingreso, como lo que ocurre actualmente en las AFP o en la salud. A nivel de Comisión Experta pareció un acuerdo porque no está la libertad de elegir al no obtener los 3/5 necesarios, pero es más que seguro que se va a reinstaurar. Queda ver entonces qué dirá el Comité Técnico de Admisibilidad, que está empatado en partes iguales del espectro político. No hay que descartar que en materia de derechos sociales siga el estado subsidiario combinado en una mezcla extraña con una declaración formal de un estado social de derecho. Ese es el nudo ideológico más importante del debate ideológico constituyente que tenemos para los próximos meses.

¿Entonces el estado subsidiario va a sobrevivir?

Auguro que va a ocurrir porque escuché a la consejera más moderada del consejo desde la derecha, Gloria Hutt, decir que quería reponerlo. En un país como Alemania, que está en el corazón de un estado social de derecho, la libertad de elegir entre colegios particulares y públicos existe. Pero tiene la condición de que no se puede discriminar por el ingreso socioeconómico de sus padres. Una niña o un niño no pueden controlar el ingreso de sus padres para tener una buena educación. Lo mismo ocurre con salud. La naturaleza de la salud como derecho social desaparece si depende de la calidad del ingreso que cada persona tenga. En los países donde el Estado social y democrático de derecho de verdad existe, el principio de solidaridad rige y todos contribuyen a un sistema con tus cotizaciones y no está prohibido que alguien se eche la mano al otro bolsillo para contratar un seguro complementario. En Chile, la libertad de elección permite que las cotizaciones entren a dos grupos que se suponen iguales pero que realmente tienen diferencias respecto a quienes financian. Si esto ocurre, va a ser un Frankestein en este aspecto.

¿Funciona en algún lado un sistema como el que estamos describiendo?

No conozco a nivel constitucional ninguna otra carta fundamental del mundo que combine una declaración de Estado social con un derecho constitucional a segregar por ingreso a la hora de la provisión de derechos sociales. Eso no ocurre. Por supuesto que a nivel legal existen sistemas parecidos al que tiene Chile, aunque no tan ortodoxamente neoliberales como nuestro país. Por ejemplo, supongamos que quiebran las Isapres. De aprobarse la libertad de elección, el Estado estará constitucionalmente obligado a recrear uno similar.

Sobre sistema político, ¿Qué podemos decir?

Hay varias cosas que ya desde la época de la Convención quedaron claras. No va a haber un ensayo parlamentarista. El propio Centro de Estudios Públicos armó un grupo diciendo que Chile tenía que avanzar hacia un sistema parlamentarista, pero esto no flotó en ninguno de los dos procesos. La mala experiencia peruana que avanzó hacia un punto intermedio de un semipresidencialismo dejó la idea de que nada que no sea presidencialista es viable en países Latinoamericanos. En Estados Unidos hay un sistema uninominal que fuerza a que existan dos partidos, sacrificando representatividad por gobernabilidad. Acá se está intentando aminorar la fragmentación desastrosa que tenemos en el Congreso. Si uno tiene 19 o 20 partidos, un presidente puede prometer lo que quiera, pero en la práctica no tendrá como armar mayorías para cumplir y transformar esas promesas en realidad. El umbral buscaba reducir el número de partidos y creo que es una buena idea. La gran pregunta que surge es si el Consejo va a mantener esto, porque hay presiones de los partidos existentes considerando que hay muchos que estarán forzados a fusionarse o desaparecerán. Lo que está claro es que el sistema que tenemos actual es disfuncional, donde es muy difícil que las promesas que hace un presidente se traduzcan en realidad porque no tiene cómo armar mayorías en el Congreso.


Contenido patrocinado

Compartir