Kiss lanzó su álbum más consistente, contundente y aclamado por la crítica jamás lanzado por la versión sin maquillaje el 19 de mayo de 1992. «Revenge», producido por Bob Ezrin, los sacó de la segunda depresión creativa de su carrera.
Discos como «Crazy Nights» de 1987 encontraron al grupo siguiendo las tendencias actuales del pop-metal demasiado de cerca. Tal como habían sido influenciados demasiado por tendencias externas como el pop y la música disco a finales de los 70.
«Hot in the Shade», de 1989, mostró una mejoría. Pero la banda se dio cuenta de que se necesitaba un paso más drástico para mejorar su lugar en la jerarquía del rock. Además de contratar al legendario productor Ezrin (que había trabajado con ellos dos veces antes, pegando un jonrón con «Destroyer» de 1976 y resoplando con «Music From the Elder» de 1981); también contrataron consultores de marketing para averiguar qué querían los fanáticos del grupo.
Una respuesta clara: más Demonio. Por primera vez en una década, una canción cantada por Gene Simmons; la siniestra y rítmica «Unholy», fue elegida como el primer sencillo de un álbum de Kiss. La banda también abandonó cualquier rastro restante de su estilo glamoroso de los años 80; cambiando a chaquetas de cuero negro más tradicionales.
Lo más importante es que entregaron su álbum más cohesivo y pesado desde «Creatures of the Night» de 1982. Canciones estrictamente enfocadas, con riff pesados y al borde del metal, como «Take It Off», «Paralyzed» y «Spit», que hacen referencia a «Star-Spangled Banner», demostraron que Kiss era mejor ser ellos mismos que tratar de adaptarse a los tiempos.
El álbum también marcó el regreso temporal del segundo guitarrista de la banda, Vinnie Vincent, pero no como cabría esperar. Al darse cuenta de que sus contribuciones como compositor en Creatures y el álbum de 1983 «Lick It Up» estaban entre los aspectos más destacados recientes de la banda, Simmons y Paul Stanley colaboraron con él (por separado) en tres de las mejores canciones del álbum: «Unholy», «Heart of Chrome» y el tercer sencillo, «I Just Wanna».
Pero Vincent y Kiss pronto terminaron enojados el uno con el otro.
El álbum es más notable por marcar una de las transiciones de personal más difíciles en la historia de Kiss. El baterista Eric Carr, que había estado con el grupo durante una década, murió poco antes de la grabación de «Revenge» después de una batalla contra el cáncer. Continuando con el nuevo baterista Eric Singer, Kiss dedicó el álbum a su memoria y en homenaje lo terminó con «Carr Jam 1981», su único solo de batería grabado en estudio.