En base a un estudio se mostró a que en este 2023 el 78% de los padres tiene como prioridad que haya un aumento en los índices de seguridad, ya que actualmente es uno de los temas que más aqueja a la ciudadanía. Conversamos en Palabras Sacan Palabras con Mauricio Bravo, Vicedecano de la Facultad de Educación de la Universidad Del Desarrollo.
Cuéntanos de este estudio
Es una encuesta que aplicamos en marzo y también en abril en padres y apoderados de recintos escolares. La pregunta que refiere al temor es sobre balaceras, narcofunerales y asaltos cerca de colegios.
¿Qué nivel de representación tiene la encuesta?
Es representativa a nivel nacional.
¿Cuáles fueron los resultados que más llamaron la atención?
Hicimos una encuesta sobre las prioridades para 2023 y el 78% de los padres hablaba de que se tenía que marcar un aumento en la seguridad, lo que se condice con la sensación de mayor temor que notamos en este último sondeo.
¿Cuándo empezaron a medir esto? ¿Qué nos indica esta evolución de la cifra?
Nosotros como facultad de educación empezamos este año con esta encuesta en distintas temáticas y la que resalta es la que tiene relación con la violencia cerca de los colegios. Es un fenómeno que ya venía desde los principales movimientos alrededor de los establecimientos emblemáticos y que están relacionados con hechos de violencia.
¿De qué manera los padres y apoderados están tomando acciones frente a este temor? ¿Qué ha cambiado en los hábitos?
No hemos cambiado eso en este estudio, pero tenemos una pregunta sobre qué medidas se debieran tomar. Una gran cantidad de padres están a favor del cierre de las escuelas durante los narcofunerales y esto aumenta mientras más pequeño es el niño y aumenta en sectores socioeconómicos más vulnerables. Cuando les preguntamos qué se debiera hacer nos dicen que hay que aplicar la ley como primera acción, vincularse con las policías y después otras cosas más internas de las escuelas. En general, esto nos dice que los padres están mirando más el control de este tipo de acontecimientos y no la prevención.
¿Esto incide en la elección de los papás del colegio?
En otros estudios respecto de motivos para elegir un colegio aparecían otras respuestas y la seguridad era menor, siempre era la tecnología, infraestructura y calidad del profesor. Ahora la seguridad aparece como las primeras prioridades. Estamos notando un cambio en la decisión a la hora de elegir colegio y eso puede impactar en dónde envío a mi hijo a estudiar.
¿De qué manera se enfrenta esto desde la labor docente?
Primero, creo que evidentemente lo que ocurre alrededor del establecimiento tiene un impacto en lo que ocurre en la escuela. Barrios que son altamente violentos provocan que los colegios tengan hechos violentos porque se normaliza la violencia como una forma de resolución de conflictos. Como educadores se tiene que fomentar un espacio libre de violencia y comunicarse a nivel municipal para protegerse de este tipo de episodios en coordinación con otros elementos de la vida social. No podemos promover que se normalice a través de acciones como los simulacros de balaceras.
¿Cómo analizan el fenómeno creciente de los narcofunerales y de la cultura narco? ¿Cómo se planifican políticas para evitar que la violencia ingrese a los colegios?
Tenemos claro que la suspensión de clases no puede ser la norma, donde el estudiante se tiene que quedar en su casa producto de esta conducta y queda sin el cuidado o la atención de alimentación en el colegio. Tenemos que promover la importancia de mantener la constancia de las clases. Si se trabaja en red, entre gobierno, municipio, etc., se puede planificar para evitar esto. Es un tema que está cada vez más presente y no puede ser que cada vez que haya un narcofuneral se cierren las escuelas.
¿Están en contra de la suspensión de clases?
Estamos en contra, pero entendemos cuando no queda de otra y se tiene que tomar esta medida si es que es muy encima. Pero cuando se sabe que hay un narcofuneral con mayor tiempo, se puede hablar para planificar antes y evitar que pase. Hoy hemos hecho estudios sobre balaceras y lo que tenemos es que los directores tienen que ir a hablar con el narco para pedir que no se realicen balaceras en ciertos horarios para evitar poner en peligro a los niños. Es tan así, que en un sector de San Bernardo se acordó un sitio eriazo para solucionar sus conflictos a balazos. En general esto se respeta, pero no es la única medida. Algunos colegios han tenido que levantar muros y me tocó ver hace unos años cómo niños se tenían que esconder bajo las mesas para evitar las balaceras.