Brandon Boyd dejó de necesitar la fama hace mucho. Incubus en su momento tuvo mucho éxito y una fama que las alzó como uno de los fenómenos más distintivos del rock alternativo de finales de siglo y principios del otro. Sin embargo, eventualmente pasaron a un segundo plano, que la banda ha aprendido a asumir como algo mucho más positivo que negativo.
“Para mí una de las cosas más interesantes de estar en una banda es viajar por el mundo. Además, como cuando giramos no soy de los que se ha pegado grandes fiestas y apenas bebía, tengo claro cada recuerdo«, cuenta Boyd en una nueva entrevista.
«Cuando viajo me doy cuenta de que el ser humano es igual en todas partes. Por distinto que sea el lugar, nos gustan las mismas cosas: comer bien, hacer el amor, dormir. Puedes hacer la música que quieras, pero para esa gente eres otro como ellos. Cada persona tiene su propia historia detrás”.
En ese sentido, la preocupación se adueñó de Incubus el último año, debido al tumor del bajista, Bent Kinney. Lo que ha llevado a tomarse las cosas con calma, pese a que Kinney fue operado con éxito en enero pasado.
Así, Boyd menciona que el grupo no tiene «ninguna prisa» en este momento. Agregando que «Para generar ideas y grabar, debemos estar serenos y encontrarnos todos en sintonía”.
La tranquilo presente de Incubus y Brandon Boyd
En esa misma línea, a Brandon Boyd admite estar tranquilo sin esa rutina consistente en lanzar un álbum y salir de gira. “Ni necesito ni quiero estar en esa rueda».
«A ver, conseguir éxito y estar en la cima es excitante. Pero eso no es real. A estas alturas no quiero el éxito a cualquier precio. Te das cuenta cuando sufres tragedias familiares. Es entonces cuando te olvidas del negocio de la música y de lo que supone estar expuesto a todas horas», le mencionó a Mondo Sonoro. «En esta industria, la mayoría de gente no es feliz».
«En estos momentos sé exactamente dónde estoy. Me apetece levantarme temprano e ir a dar un paseo con mis perros”, concluyó.