De las proyecciones para las elecciones de este 7 de mayo y la percepción de la ciudadanía en el actual escenario político, conversamos en Palabras Sacan Palabras con Ramón Cavieres, director ejecutivo de Activa Research y vocero de la encuesta Pulso Ciudadano.
¿Cómo se siente la temperatura a días de la elección?
Es un escenario totalmente distinto. “La gente ya está cansada. El minuto constituyente ya fue”. Existe otra agenda en lo mediático. Las personas están con poco interés en este proceso, pero también tienen bastante desconfianza en el proceso, sintiéndose menos partícipe y protagónica en el proceso. No tienen buena imagen los partidos políticos. Todo esto genera un escenario de desconfianza por un proceso que está liderado por el Congreso y por los partidos políticos. Si a eso le sumamos el contexto de seguridad y la inmigración, tenemos que la ciudadanía tiene otros intereses.
Un 76 por ciento está seguro de qué es lo que va a votar y se proyectan unos 11 millones de votantes, ¿Cómo se puede llegar a votar con este aparente desgano? ¿Cuántos rechazos hay al proceso?
Primero es distinto una votación con voto voluntario a una con voto obligatorio. Cuando hay voto obligatorio, el chileno es disciplinado. Hay una conducta electoral que está arraigada. Nosotros pronosticamos que va a votar al menos el 76 por ciento del padrón. Esto genera una incertidumbre porque hasta hace 3 semanas hicimos un ejercicio de preferencia de listas y hasta entonces había un 55 por ciento que no sabía por qué lista votar, que representa a este porcentaje que no está interesado por la política. Este 50 por ciento se va a definir ya sea en estos días o en el minuto de la votación. Es una elección difícil, con candidatos poco conocidos y poco esfuerzo de hacer una campaña en términos de relato constituyente. Lo que ha existido ha sido un relato cortoplacista que responde a los intereses actuales de los distintos sectores. Otras encuestadoras pronostican como vencedores al Partido Republicano y al Partido de la Gente, pero creo que aún hay incertidumbre. Lo que sí, creemos que a mayor cantidad de gente que vote, mayor será el desempeño de sectores de centroderecha que han tomado este discurso político.
Sobre los distintos discursos derrotistas del oficialismo, ¿se ve en los datos?
Hace 2 semanas un porcentaje importante de la población no sabía por quién votar. Es bastante probable que esta gente que no lo tiene claro se vea influenciada por el discurso mayoritario, donde lamentablemente se ofrece la idea de que la constitución solucionará el problema del narcotráfico o de la seguridad. En la primera elección de convencionales también hubo un relato respecto a las pensiones, la educación, hablando de dar soluciones. Este escenario al final son contextos, que pasamos de una posición post estallido social muy de centro izquierda respecto a demandas sociales y llegamos al tema delictual post pandemia que instaló una demanda por seguridad, con un relato que tiene mejor manejado el sector de la centro derecha.
¿Qué ves a lo largo del tiempo que sea interesante?
Yo veo un populismo claramente en la política chilena. Un cortoplacismo que no tiene una visión política de Estado, de largo plazo. Hay un populismo de ganar poder en cualquier escenario. Ese populismo, cuando existe una base poblacional donde la mayoría no votaba, es muy fácil de usar para manipular con relatos fáciles. La fragmentación política que se dio después del cambio del binominal no ha sido positiva. Si alguna cosa nos diferenciaba de Perú, Colombia u otros países, era el grado de estabilidad política.
¿Cuál es el desafío para las próximas elecciones respecto a los populismos? ¿Qué pasa en otros países con distintos sistemas políticos que pasaron por fenómenos parecidos?
Hoy es muy complejo gobernar, en cualquier parte del mundo. Podríamos discutir si las redes sociales le han hecho bien o mal al proceso político. También se relaciona con el tema de las fake news. Nosotros hicimos un estudio donde la gente relacionó a las fake news con un daño a la estabilidad política. En el caso de Reino Unido, por ejemplo, Boris Johnson tuvo que salir y hoy está claro que el próximo Primer Ministro británico es probable que sea laborista. Se cumplen ciclos gracias a la estabilidad política. En cambio, acá, no sabemos qué escenarios podemos encontrarnos.
¿Es posible que la próxima elección se tome como un examen al gobierno?
La gente no es tan vinculada al tema político, a excepción de una elite. La masa, que pueden dar vuelta una elección, solo piensa en que hay un problema delictual fuerte. Lo racional es que busquen a quien les ofrezca una solución. Tiene una combinatoria que para quien le ofrezca eso permitirá que tome posición. La elite política lo interpretará como un golpe al gobierno, pero, por ejemplo, Boric tiene una variación muy baja respecto a su aprobación. No ha perdido su base de apoyo. Hoy en el mundo tener 30 puntos de aprobación no es tan malo. Yo no tomo partido, pero Gabriel Boric no está en el escenario que estuvo el presidente anterior, pero tampoco estuvo en los contextos del gobierno anterior.
Hay elementos como el estallido social con Piñera o el Caso Caval con Bachelet que definen la pauta, pero sabemos que después de esta elección el gobierno de Boric no va a ser transformista. La ciudadanía hoy es menos cívica de lo que era hace 60 años. El relato político ya no existe, viven el día a día y no hay mayores cuestionamientos. Esto es en todas partes del mundo y es altamente influenciable a través de redes sociales y fake news. Lamentablemente, es el mundo que nos tocó.