Sobre el libro “La edad de la libertad, la secreta vida sexual de las mujeres maduras”, que busca alejarse de los prejuicios de que la sexualidad femenina termina en la madurez, conversaremos en Palabras Sacan Palabras con su autora, la psicóloga y sexóloga Renata Ortega.
¿Desde dónde se considera una mujer “madura?
Consideré como maduras a aquellas mujeres que hayan pasado por la menopausia.
¿Por qué se ha tejido tanto prejuicio respecto a esto?
Hoy conversaba con una mujer que leyó el libro y me decía que estaba indignada por la cantidad de limitaciones que se les imponían. La menopausia se ha usado para catalogar a una mujer de sexualidad inexistente, despojándola de la posibilidad de que quiera ser una mujer objeto de deseo que pueda liberar su sexualidad.
¿Qué tipo de pacientes tienes?
La mujer que hoy se pregunta qué pasó con su deseo, que está más allá de los 40 y que está en un plan más relacionado a crianza. Tengo pacientes también de sobre 60 años que trabajan, ahorran, producen y están buscando un terreno fértil para tener espacios de placer y no lo encuentran porque no hay hombres que quieran abordarlo desde esta manera.
¿Cómo se ha corrido el límite del machismo en las consultas?
Estamos hablando de limitaciones que parten de un orden social, que implican una sexualidad ligada al poder de la ciencia médica que en un gran sentido tiene ginecólogos médicos en más cantidad que ginecólogas. Por otro lado, también hay una visión que no posibilita tener placer sexual desde la mirada femenina. A veces es necesario correr el límite justamente para poder tener más claro ciertos derechos que son fundamentales para la mujer. De eso se trata el libro, no trata de entrar en una disputa con los hombres o con la comunidad científica. Invita a cuestionarnos como mujeres qué estamos haciendo para dejar de limitarnos en esta etapa de nuestras vidas.
¿Por qué hablas de los médicos?
Partiendo desde que la menopausia se ve como algo que enferma, como un espacio donde sufres ciertas cosas y tienes que aceptar ciertos cambios. Yo fui al ginecólogo en plena menopausia y me preguntó muchas cosas sin consultar si tenía una vida sexual activa o no. Solo me recomendó hormonas a pesar de estar en búsqueda de un profesional que de una oportunidad.
¿Cómo muta el deseo en las mujeres maduras?
Hay dos factores importantes. El primero es que se libera el miedo al embarazo, se empieza a tener actividad sexual sin aprehensiones de quedar en situaciones en las que no quieres estar. Surge un deseo que emana más bien de reconocer que se puede decidir y que no se ve influenciado por un determinado ciclo menstrual. Lo otro es que el deseo se construye cuando se alcanza una cierta consolidación. Quienes han tenido hijas se criaron y desarrollaron en los roles que han tenido la posibilidad de elegir y están en un momento en el que tampoco aceptan ir en contra de lo que consideran bueno para ellas. Las mujeres saben mejor cómo hacer valer lo que ellas desean en el placer sexual. Son más capaces de identificar qué quieren, qué rol quieren cumplir respecto a su propio placer. Hay más posibilidades de negociar un acto sexual a gusto de ambos.
¿Qué tan difícil es para una mujer madura encontrara a alguien para satisfacer la construcción de este deseo?
Efectivamente, hoy las mujeres que tienen deseo de continuar con tu actividad sexual, porque hay algunas que han decidido no tener actividad sexual y eso también es un derecho, tienen la gran dificultad de encontrar un compañero sexual. Las mujeres mayores están buscando lugares donde tener experiencias. Este libro parte de una conocida que me llamó un sábado preguntándome por un lugar donde pudiera conseguir algún compañero sexual. Caemos en qué significa una mujer madura en términos de representación. Si le sacamos la foto al concepto de “señora”, en aplicaciones como Tinder no provoca mucha atracción. Cabe preguntarse como una mujer puede representarse a si misma como una persona atractiva y con deseo de tener una experiencia sexual. Es muy ajeno porque no tenemos esa representación. Las mujeres nos hemos transmitido muchos conocimientos de generación en generación, pero no tenemos esto en el caso de experiencias sexuales.
¿Qué le dijiste a esta conocida?
Le dije que no lo tengo, porque no existe. También está la posibilidad de contratar un escort, pero las mujeres en general no quieren eso. No quieren grandes escenarios, quieren sentirse atractivas sexualmente y poder tener una noche agradable. Los hombres maduros están trabajando en tratar de reconstruir lo que significa ser un amante en la edad madura. Hay ciertas cosas que tampoco están funcionando como deben ser en la edad madura. Los hombres también se encuentran que, si no tienen la capacidad para penetrar, no se sienten seguros para seguir teniendo experiencias sexuales.
¿Cómo es la experiencia de la gente en las consultas respecto al Viagra?
No todas las personas pueden tomarlo, por cosas como los problemas de presión. Si un hombre tiene este problema, no va a poder tomar Viagra. Pero incluso, para lo que no sirve el Viagra, es para el deseo, que tiene que ser reconstruido a través de repensar cómo es la actividad sexual en la madurez. Es una actividad quizás más sensual y sensorial para provocar placer. Se trata de como logramos que el deseo se configure como una experiencia que vaya más allá del funcionamiento y se centre más en lo sensorial.
¿Cuándo se presenta tu libro?
Se presenta mañana en la librería del GAM a las 18.00 de la tarde.