En un contacto directo desde Berlín, Andrea Moletto, la conductora de Palabras Sacan Palabras, nos conversó sobre cuál es la situación actual del conflicto entre Rusia y Ucrania. Esto, tras un periodo en el cual aparentemente Ucrania ha parecido enfrentar a su país vecino en mejor condiciones, pero que en realidad resulta algo engañosa.
En ese sentido, es tanto ya el nivel de involucramiento civil en la guerra, que parece no haber vuelta atrás.
¿En qué ciudad te encuentras?
Ya estoy de salida después de un largo periplo pasando por Polonia y Varsovia. Estoy en Berlín y hay atisbos de lo que podría ser la contraofensiva en la zona. Me tocó ver los misiles los primeros días y lo que estaba sucediendo dentro de la capital. Es un momento complejo. Los ucranianos tienen la fuerza ahora, pero no la pueden mantener mucho tiempo y hay bastante acuerdo en todos los personeros que hablan de que una guerra más larga da mejores condiciones a los rusos, porque tienen más poderío. Esta llamada contraofensiva se puede ver como un esfuerzo mayor que está haciendo el ejército ucraniano tratando de ganar terreno mientras esperan la llegada de los F16.
Tuve la oportunidad de hablar con un ex ministro de defensa de Ucrania y me decía que estos aviones no llegarían en los próximos 6 meses. La sensación de los ucranianos es de una derrota moral inesperada de los rusos, porque se supone que la guerra iba a ser breve y no se esperaban la resistencia ucraniana. Hay una condena también de gran parte de los países y una sanción a Putin por parte de la Corte Penal Internacional.
Conversaste con la Primera Dama, ¿Cómo fue esa experiencia?
Olena Zelenska es un personaje totalmente distinto al presidente de Ucrania. Tiene un sentido de llevar el cargo con diginidad, aplomo y responsabilidad, pero no buscado. Se conocen desde pequeños y era la editora y guionista de los programas de humos de Zelensky. Es todo lo contrario a él, es rígida, verdadera, pero mucho más contenida. Ella pide anteriormente los temas a hablar. No obliga a nada, pero los pide. En la entrevista con Zelensky no se nos pidió nada. Hay menos soltura, es una mujer de 45 años y se nota que tiene el acompañar a su marido y a su familia como una de sus prioridades, por lo que quiere mantenerse en Ucrania a pesar de haber tenido la oportunidad de salir. Es una mujer que tiene claro que hay que copar todos los espacios. Fueron criticados por salir en la portada de la revista Vogue, pero ella tiene claro y pensó mucho esto y se dio cuenta de que eran millones de potenciales lectores. Es interesante que hay algo que había hablado sobre cómo pensar en la paz estando en medio de la guerra.
PREGUNTA ANDREA: ¿Cómo se puede lograr construir la paz y coexistir con aquellos que son tus enemigos?OLENA ZELENSKA: Creo que el que lo formuló mejor es el presidente en su fórmula de paz, no puedo añadir mucho más a eso. Una tregua normal no le cae bien a la mayoría absoluta de los ucranianos, porque eso no nos puede garantizar la seguridad. Vemos que los rusos pueden alcanzar cualquier objetivo desde su territorio con cohetes o con drones y por eso nunca estaremos seguros si ellos no se calman. Tenemos necesidad de justicia. Lo que sufrimos desde hace más de un año no puede quedar impune, con tantos civiles muertos y asesinados y con toda la destrucción que los rusos provocaron. Se destruyeron centros culturales, museos y bibliotecas. No podemos simplemente dar vuelta la página y olvidarnos de todo eso. Necesitamos justicia y por eso vamos a insistir en la creación de un tribunal internacional, porque los crímenes no pueden quedar sin castigo.
Ahí hay algo que se le escucha mucho y es el tema de que Putin esté en un tribunal especial, pese a que ella en ningún momento le gusta mucho mencionarlo. Cada vez que dice el nombre de Putin genera mucha repercusión mediática así que siempre trata de no decirlo. Ellos hablan de generar una nueva institucionalidad para poder condenar y sancionar a Rusia.
¿Con qué sensación te quedas ahora que estás fuera de Ucrania?
Con una sensación bien angustiante en un sentido que tiene que ver con la total negativa de cualquier ucraniano, en cualquier lugar y nivel social, de que no hay mucha salida alternativa para Ucrania. Hicieron una encuesta hace poco acá y arrojó que no hay prácticamente ningún habitante que no tenga una relación con la guerra por algún familiar o conocido que esté peleando o que haya sido asesinado o torturado. Frente a eso están con la mentalidad de que ya no hay otra alternativa y eso es muy fuerte. Ven que no hay otra salida que no sea ganar. La mayoría de los militares que están peleando ahora son ingenieros, constructores, dueños de pequeños emprendimientos que poco tenían que ver con la guerra. Esas personas son quienes están en la guerra ahora. Cuando uno ve la destrucción entre civiles se ve que hay una línea que Rusia cruzó y provoca preguntarse cuántas líneas más van a cruzar.