Del Índice de Normas Sociales de Género publicado por el y los preocupantes resultados que entregó sobre los prejuicios contra las mujeres a nivel mundial, hablamos en Palabras Sacan Palabras con Elizabeth Guerrero, Asesora de Género y Gobernabilidad de la institución.
¿Qué datos relevantes hay en el Índice de Normas Sociales de Género?
Este estudio da cuenta de que este avance que creemos que hemos logrado en general no ha sido así. Chile ha sido uno de los países que más ha retrocedido en este tema Uno de nuestros datos preocupantes tiene que ver justamente con la justificación de la violencia contra la mujer.
¿De qué se trata el estudio? ¿Cómo se realiza?
Es un índice que se construye a partir de la encuesta mundial de valores, que se aplica a nivel global. Se consideran preguntas en 4 dimensiones: laboral, política, social y económica, que buscan encontrar definiciones sobre lo que es aceptado para hombres y mujeres y poder identificar qué tan discriminadoras son las normas sociales que tenemos en el mundo. En Chile tenemos una brecha salarial que está cerca del 30% y no disminuye a lo largo del tiempo.
¿Por qué Chile es el que más retrocedió?
Esto lo analizamos en varias olas de información. En Chile tenemos más personas con sesgos de género, que diga que si a algunas preguntas que demuestran prejuicios preconcebidos. En el ámbito educativo, por ejemplo, se acepta con bastante acuerdo que está bien que las mujeres vayan a la universidad, pero no es tan así respecto a ocupar cargos relevantes en empresas.
¿Cómo se explica este retroceso?
Una de las explicaciones tiene que ver con el avance de los discursos feministas. Vimos en los últimos años las demandas de las mujeres universitarias, la primavera feminista y el estallido social. Tuvimos grandes marchas el 25 de noviembre y el 8 de marzo y pareciera ser que hay un avance y que este discurso empieza a permear más en las redes. Pero con eso también aparece el ataque. Una de las explicaciones es que, frente a este avance, hay un movimiento para volver al estatus quo, intentando volver a estas ideas más conservadoras sobre el rol de los hombres y mujeres en la sociedad. En la última Encuesta Nacional de la Juventud vimos también datos preocupantes, porque un número importante de jóvenes consideró que hay situaciones donde se justifica pegarle a una mujer. Aquí tenemos un discurso conservador que está permeando más allá de la edad.
¿Qué países están en la vanguardia en esto?
El estudio demuestra que no hay países que no estén libres de sesgos. Los sesgos están repartidos entre hombres y mujeres, quienes también tienen prejuicios respecto a su propio género. Hemos sido criados en la misma sociedad y con el mismo marco normativo. En algún momento hemos hecho un tránsito de las creencias tradicionales, pero eso no viene por generación espontánea, es por experiencias que modifican aquello. Todos hemos sido formados en la misma sociedad que tiene determinadas normas sobre como nos deberíamos comportar unos y otros.
¿Las olas feministas siempre han tenido el mismo ir y venir?
No se ha estudiado el tema de los retrocesos. Hemos visto que después de las olas feministas hay inmovilizaciones del discurso. No es que haya un retroceso, pero hay corrientes que silencian los movimientos feministas. Lo que no habíamos visto era el retroceso respecto a las creencias de hombres y mujeres.
¿Cuál es la conclusión sobre la situación económica de las mujeres?
Se ha estudiado mucho que avanzar hacia el desarrollo se requiere igualdad de género. Chile tiene una tasa de participación laboral muy baja si consideramos que tenemos altos niveles educativos y quienes menos se insertan son las mujeres. El crecimiento del PIB depende también de un crecimiento en la igualdad de género y de oportunidades para las mujeres.