Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con Ignacio Eissmann, jefe de estudios del Servicio Jesuita a Migrantes.
El Área de Estudios e Incidencia del Servicio Jesuita a Migrantes elaboró el 4° Anuario de Estadísticas 2022. El documento señala un aumento en el ingreso por pasos no habilitados desde 2019 y las diferencias entre la población migrante que llega a Chile. El informe también analiza las solicitudes de Refugio, con una tasa de aceptación de 3 por ciento entre 2021 y 2022 y un 69 por ciento de solicitudes que siguen pendiente de respuesta.
¿Qué aspectos destacables se encuentran en el informe?
“Creo que hay dos puntos importantes en este anuario. El primero es la variación que hay en el flujo migratorio, es decir, la cantidad de personas que están entrando y saliendo del país y su impacto. Los últimos 4 años para el caso de Venezuela y de Haití hay más personas saliendo que entrando, lo que indica que nuestras fronteras son sensibles y que las respuestas tienen que ser a largo plazo. El segundo tema importante es como estamos entregando protección, porque la cantidad de permisos por razones humanitarias y solicitudes de refugio aceptadas son muy bajas”, señala Ignacio Eissmann.
¿Sale más gente de la que entra?
“En el caso de Venezuela y Haití, sí. Esto genera un flujo importante variable en las fronteras. Muchas de esas salidas son sin mayor control”, indica el jefe de estudios del Servicio Jesuita a Migrantes.
Grupos etarios
“El ingreso por paso no habilitado tiene que ver con personas que entran sin portar una visa y por lugares no establecidos. Son en su mayoría personas jóvenes. Estos datos son parciales, como indica el anuario, porque los registros con los que contamos son los que maneja la Policía de Investigaciones en su rol de fiscalización y no en un rol de catastrar esta cifra. Los últimos años se han registrado sobre 50.000 ingresos por pasos no habilitados, que no considera menores de edad”, afirma Ignacio Eissmann.
¿Existe data sobre ingresos legales?
“Sí, la última estimación que hizo el INE con el Servicio Nacional de Migraciones hablaba de más de un millón y medio de ingresos en Chile”, asegura el jefe de estudios del Servicio Jesuita a Migrantes.
¿Se usa a Chile como plataforma para viajar a otros países?
“Creo que no tan directo, pueden existir casos, pero estamos hablando de una migración más empobrecida que escapa de situaciones de violencia. Chile parece ser el primer destino, no un país de tránsito como es, por ejemplo, el caso de México. Las personas que están saliendo de Chile suele ser porque acá no han encontrado respuesta a su situación”, asevera Ignacio Eissmann.
¿Hay una crisis migratoria según las cifras que manejan?
“El contexto es que hay una crisis humanitaria en América Latina. Han salido cerca de 7 millones de personas desde Venezuela, que se compara con lo que ha pasado en Siria, por ejemplo. Esto ha generado un movimiento de población que ha demostrado que nuestros países no estaban preparados para recibir migración de manera ordenada. Esto gatilla otros problemas que tienen que ver con la convivencia social, con la falta de información y con asegurar que estas personas tengan una integración. Eso es contingencia también. Las crisis provocan ciertos problemas que no estamos pudiendo resolver. Todavía no tenemos una Política Nacional de Migraciones, por lo que como país ni siquiera tenemos el objetivo de hacia donde van nuestras acciones públicas. Las ciudades fronterizas tienen un problema de ciudad que no hemos sido capaces de resolver”, plantea el jefe de estudios del Servicio Jesuita a Migrantes.
Se ha hablado harto sobre los cupos de educación en la zona norte. ¿Qué pasa en ese caso?
“Es una cifra tramposa. Efectivamente la matrícula de migrantes ha subido, pero también hay que ver que hay un déficit de inversión pública en el servicio básico que es independiente del flujo migratorio. No es que la población migrante viene a colapsar el sistema, sino que nosotros no tenemos inversión. No se le puede pedir a las autoridades que elijan entre un niño migrante o un niño chileno al entregar salud o educación. El déficit que tenemos es previo al flujo migratorio, así que no es justo atribuirlo a esto”, complementa.
¿Cómo ven el fenómeno eleccionario de migrantes?
“La participación electoral es más baja que la población nacional. Uno intuiría que, si se mantienen los saldos migratorios, el padrón electoral aumente. No hay mucho interés en participar, por ejemplo, de comunidades venezolanas, principalmente a raíz de sus contextos culturales. Es importante ver cómo se incluyen en la toma de decisiones”, concluye en Palabra Que Es Noticia el jefe de estudios del Servicio Jesuita a Migrantes, Ignacio Eissmann.