De “El viento conoce mi nombre”, una historia que entrelaza el pasado y el presente para hablar del amor y el desarraigo, hablamos en Palabras Sacan Palabras con su autora, la escritora Isabel Allende.
¿Te gustó el rock en algún momento? ¿Qué significó para las mujeres este género?
«El rock me pilló cuando estaba en el Líbano, donde no había vida social ni nada en los años 50. Estaba encerrada del colegio a mi casa. Vine a enterarme que existía Elvis Presley cuando el pobre ya estaba gordo. No soy una rockera».
¿Cómo tomas estas historias para construir la novela?
«La inspiración empezó con Anita, con la niña. Tengo una fundación que trabaja con migrantes que intentan ingresar a Estados Unidos y es una situación imposible, está tomada por los maras, el narcotráfico, etc. Anita es un caso que me tocó ver en la fundación, con el nombre cambiado. Ella es ciega y llega a un país donde no conoce el idioma y no conoce a nadie y la separan de su madre, sin tener la oportunidad de despedirse. A mi me tocó seguir ese caso por las organizaciones que mi fundación apoya y pensé que había que escribirlo. Hacer el arco hacia el pasado de los niños judíos, donde sus padres tenían que ponerlos en un tren para escapar de los nazis es un tema terrible. La gente en Centroamérica también tiene que recurrir a lo mismo para poder salvar a sus niños de la extrema violencia».
¿Cómo ves tu el tema de las fronteras en el mundo?
«Creo que es un movimiento global que no van a poder parar con muros ni con armas. Esta ola de gente desplazada de sus lugares de origen no va a hacer más que crecer, porque cuando vengan las verdaderas consecuencias del cambio climático tendremos a muchas más personas marginadas. En Estados Unidos hace décadas existía la solución de que los mexicanos que venían tenían permisos de trabajo y no eran ilegales. No existían refugiados de Ucrania hasta que Rusia invadió. No existían refugiados de Siria hasta que comenzó la guerra civil. Estas desestabilizaciones producen movimientos de personas migrantes».
¿Cómo se mantiene la chispa para seguir escribiendo?
«Llevo 40 años en esto. Para mi esto no es trabajo, me encanta contar historias. Desde que empezó la pandemia y me pude quedar en la casa, me ha cundido más porque le puedo dedicar más tiempo. Esto lo hago y no necesito esperar la inspiración porque el 8 de enero me siento en mi computadora y vengo por muchas horas a mi oficina y las historias salen de una en una».
¿Qué la hace sentirse tan libre a su edad? ¿En qué usa su tiempo?
«No tengo hobbies y soy lo menos sociable que te puedas imaginas. Me carga viajar, soy una lata. Afortunadamente el hombre con quien me casé va a la universidad, está estudiando español y no lo veo casi. El secreto es verlo poco y tener dos perros» dijo en Futuro, Isabel Allende.
Pero durante la pandemia se encontraron juntos más tiempo, ¿no?
«Tuvimos que adaptarnos. A los 80 años uno trae un montón de carga a la espalda y funcionan dos cosas fundamentales: La amabilidad y la cortesía. Más que la pasión, a mi edad funciona la amabilidad y el cariño. La gente es muy ruda y mientras más íntimamente están, peor se tratan. La cortesía no se trata de tratar de usted, tiene que ver con el respeto por el otro. Antes, por ejemplo, le daba con un empujón con el codo para acercarme hacia un cajón. Ahora le pido permiso para pasar, son pequeños detalles».
Isabel Allende: ¿Qué crees tú que los chilenos debieran tener como mínimos comunes sobre la conmemoración de los 50 años del Golpe?
«Primero, que tendríamos que ponernos de acuerdo con la historia e incorporarlo a la narrativa nacional. Han pasado 50 años y tenemos otro país, otra realidad. Debemos estar orgullosos de lo que hemos obtenido como chilenos. El hecho de que gente emigre de otros países a Chile es porque existe el “sueño chileno”. En vez de estar concentrado en lo malo y en las divisiones, tenemos que concentrarnos en lo que hemos obtenido como país. No lo obtuvimos con el Golpe Militar, lo obtuvimos con esforzada democracia».
¿Estás al tanto de la situación con Patricio Fernández?
«Lo leí como una de las tantas cancelaciones que hay, por cosas que no se pueden decir. Cuando me iba de gira a firmar libro, me daban páginas de cosas que no se podían decir. Una se tiene que autocensurar para todo y no hay diálogo si todo lo que se dice ofende. He dicho, por ejemplo, que Kast es una persona honorable y pareciera ser un crimen decirlo. Es un hombre que se ha probado que no es un criminal. No corresponde descalificar al otro, verlo como un enemigo».
¿En qué debiéramos ponernos de acuerdo para la conmemoración entonces?
«Creo que el Golpe fue un accidente histórico lamentable e incluso la derecha puede aceptar que fue una cosa que no queremos que se repita. La izquierda tiene que aceptar, que ya que ocurrió, cómo construimos hacia adelante sin descalificar» señaló Isabel Allende.
Isabel Allende: ¿Existe el riesgo de que la conmemoración se tome como una verdad oficial?
«Creo que eso lo está haciendo la Elizabeth Subercaseux, que está haciendo una sátira sobre el suceso».
¿Pero establecerlo a nivel de Estado como una verdad única?
«¿Por qué tendría que haber una verdad única sobre un hecho que es como un pulpo con muchos tentáculos? Estamos todos incluidos» señaló sobre los 50 años del Golpe Militar, Isabel Allende.
¿Se ha ido extremando con las nuevas generaciones en el poder? ¿Qué opina de Gabriel Boric?
«Le tengo un gran respeto. Me gusta mucho. Creo que llegó al gobierno con una visión, con paridad de género y respeto para todos. Ningún otro país en ese momento podía imaginar un país a futuro como se hacía. Lo que se propuso fue extremo y no resultó, pero para allá vamos. Hay una oleada de críticas y de oposición despiadada contra el gobierno que no le hace bien a Chile, financiada por la prensa de derecha. Hay inseguridad, sí, pero hay que compararla con otros países del sector».
¿Qué opina de los casos de corrupción sobre el Caso Democracia Vida o el Caso Convenios? ¿Cómo afecta esto?
«Es una de las tantas crisis. Es imperdonable, porque es un gobierno de izquierda que se supone que tiene otra proyección, pero pasó. La gente tiene que pagar las consecuencias y seguir adelante. No tiene que ver con Boric, él no es una persona corrupta».
¿Cree que Kast pueda ser el próximo presidente?
«Claro que puede ser. No me gustaría, pero es posible. Me parece pésimo para Chile, pero puede suceder como el hecho de que aquí puede suceder. No comparo a Trump con Kast porque Trump es un criminal, pero hay una oleada de gobierno de derecha y una exaltación de líderes autoritarios y puede pasar. He vivido lo suficiente para ver que la ley del péndulo va y viene».
¿Qué opina de las revoluciones feministas?
«En este proceso de la revolución que ha sido el feminismo, desde que me acuerdo de los años 50, ha habido una tremenda evolución, pero no ha sido una línea recta. Cada generación aporta algo nuevo. Basta una disculpa menor para que la mujer pierda los derechos que pudo conseguir. Hay que entender que mientras el feminismo no se extienda por el planeta y alcance a todas las mujeres, existe el peligro de perder lo que se ha conseguido, porque el patriarcado es muy fuerte» cerró diciendo en conversación con La Radio del Rock, la escritora Isabel Allende.