Ya son siete años desde que David Bowie dejó este mundo. El británico marcó una huella única en la historia de la música, pero al mismo tiempo da la sensación que aún le quedaban cosas por entregar. En ese sentido, muchos de sus cercanos lo siguen recordando hasta el día de hoy a través de detalles que aportan a la perspectiva de sus últimos años de trayectoria.
Así lo ha hecho recientemente el otrora pianista de Bowie, quien confesó sentir cierta responsabilidad por el retiro de los escenarios del músico. «Me llamó en 2006 y me dijo: Bueno, Mike, ¿crees que deberíamos volver a salir? Ahora, creo que la banda y mi mujer quieren matarme porque dije algo absurdo, pero en realidad profundo, correcto y honesto», cuenta Mike Garson.
«Le dije: David, solo si lo sientes, porque él no lo sentía. Yo lo sabía, pero él quería dar trabajo a la banda: nuestra gira se interrumpió en 2004, así que David se sentía culpable».
Garson formó parte de la banda de Bowie durante tres décadas, tocando en discos como Aladdin Sane y Outside. Mientras que estuvo presente en aquel último concierto que se vio interrumpido por problemas de salud.
«Por supuesto, mi primer pensamiento fue: Sí, vamos. Pero mi segundo pensamiento fue: No quiero estar de gira con alguien que se siente miserable y no quiere estar allí«.
La muerte de David Bowie
Pese a esto, ambos mantuvieron el contacto hasta la eventual muerte del compositor en 2016. Es más, planeaban trabajar juntos en diferentes proyectos. Sin embargo, lo que más recuerda Garson es la última conversación que tuvieron, la que le dejó escalofriantes sensaciones al pianista.
Mike cuenta a Music Week que «Justo antes de que muriera, estaba trabajando en mi biografía y me pidieron que escuchara 60 canciones que habíamos grabado juntos. Me sentí abrumado, porque nunca solía escuchar nuestras canciones antiguas: como David, paso a lo siguiente».
«Le envié un correo electrónico diciéndole que estaba conmocionado por lo buenos que habíamos sido. A los pocos minutos, David me contestó: Mike, hemos hecho un gran trabajo juntos. De repente se me saltaron las lágrimas al saber que algo iba mal», narra.
«Le dije a mi mujer, Susan: Es la última vez que hablo con David. No podía explicar por qué, pero tenía razón», cerró.