No parece probable que el debate sobre la legalización de la marihuana termine pronto. Sin embargo, siempre y cuando alguna vez se despenalice en el mundo entero, los entusiastas deberían fumar en honor a los Beatles. Esto, debido a que que se manifestaron públicamente a favor en los años 60.
Los miembros de la banda y el mánager Brian Epstein se encontraban entre las 64 personalidades de Gran Bretaña que unieron fuerzas para instar a discutir el tema. Lo hicieron a través de una publicación en un anuncio a página completa en el London Times el 24 de julio de 1967. El hecho que gatilló esto fue el arresto del fotógrafo y fundador del International Times, John Hopkins, y su posterior sentencia de nueve meses por posesión. Se buscó llamar la atención sobre lo que consideraban una política pública innecesariamente dura.
«La marihuana es la menos dañina de las drogas que dan placer, y… en particular, mucho menos dañina que el alcohol. Fumar cannabis está muy extendido en las universidades, y la costumbre ha sido adoptada por escritores, profesores, médicos, empresarios, músicos, científicos y sacerdotes. Tales personas no encajan en el estereotipo del drogadicto criminal desempleado», clamaba.
Ninguno de los Beatles asistió a la reunión donde se tramó el plan para el anuncio. Pero las firmas de los Fab Four se ofrecieron sin pensarlo. De hecho, Paul McCartney finalmente terminó pagando la cuenta después de reunirse personalmente con un par de líderes del grupo. Esperaba en vano que su apoyo financiero se mantuviera en secreto. Pero los temores de una reacción pública contra el grupo resultaron infundados.
El anuncio resultó infructuoso en cuanto a la legalización de la marihuana en el Reino Unido. Su publicación provocó un debate público. Y, eventualmente, lo sucedieron algunos cambios pequeños pero significativos en las leyes de drogas del país. En lugar del máximo de 10 años por posesión de cannabinoides, los ciudadanos ahora se enfrentan a cinco años. Mientras tanto, Hopkins fue reconocido como una de las principales figuras de la contracultura del país, en lugar de la «amenaza para la sociedad» que el juez consideró durante su juicio.