De la miniserie “Bravura plateada: Cecilia, la incomparable”, que sigue la vida y carrera de “La Incomparable” Cecilia, hablamos en el estudio de Palabras Sacan Palabras con su directora, la actriz Vanessa Miller.
¿Cómo ha sido escribir esta miniserie y el mundo de Cecilia?
Partí comprando lo que me vendía ella. Me contaba cosas y se lo creía y no la confrontaba en nada hasta que alguien me agarró y me dijo que no era así. Nunca quise leer nada relacionado excepto la crónica de Lemebel porque no quiero que nadie intoxique mi visión. Un día caí sin grabadora, sin nada y le dije que con lo que teníamos no teníamos serie que hacer. Partí haciendo una línea narrativa para confirmar mi presunta tesis de que ella era una suerte de Edith Piaf. Mi fantasía era que estaba frente a un personaje épico que había sobrevivido. Estaba tratando de confirmar en el relato de ella esto, pero partí en un mundo donde todavía había muchos espacios no ganados respecto al respeto con la diversidad sexual. El día que me contó todo estuve echada riéndome a carcajadas de sus historias, muchas de esas no las conté en la serie.
El tema de la homosexualidad y Cecilia siempre fue un tema tabú. ¿Cómo pudiste hablar de eso con ella?
Nunca hablé de eso con ella. En la serie hay algunos de sus amores y otros inventados por mí porque me tomé varias licencias para contar la historia de forma más interesante para la narrativa. Este país es como un niño traumatizado por un maltrato injusto, le tocas el trauma, es grosero. Una lógica parecida es la razón por la que consideré que no era el camino para hablar con Cecilia. No me parecía respetuoso y creo que la historia era otra, la de las relaciones de una ídola. Yo soy hija de personas públicas y lo abordé desde donde humildemente creía que podíamos encontrar ejes de sinceridad. Sus historias de amor están en la serie y ella no se había abierto a contarlas antes.
¿Cómo fue el trabajo con la actriz que interpreta a Cecilia?
Son dos actrices. Tengo un trabajo distinto con la Dani Benítez porque me interesa que la Cecilia joven fuera más luminosa. Me parecía que fuera importante mostrar el golpe social que recibió Cecilia de forma clara. Uno se puede convertir en alguien muy autodestructivo cuando recibe mensajes que te maltratan. La Dani era la luz, porque tiene un gran talento y tiene una fuerza que es como una bendición. Con ella fue ese trabajo, no la editorializamos con la consciencia de la Cecilia mayor. Fue bacán llegar con ella a Tomé, porque cuando llegamos al mar y se puso el poncho me dijo que por fin entendió esa luz. La Cecilia adulta fue un tránsito con la Amaya Forch con un vibrato emocional impresionante que tiene ella. Es muy importante. Ella nunca tuvo problema con el interior de la Cecilia, desde que la tomó representó muy bien el proceso del infierno que vivió.
¿Desde qué lugar cuentas la historia de Cecilia en la serie?
No es una historia lineal. Las veces que no me adjudiqué los fondos del CNTV fue por tener un guion lineal y sabía que algo de eso no estaba funcionando. Me acuerdo que todo fue como 15 días antes de postular por tercera vez, me senté en mi casa y bajó la idea. Fue como si todos estos años de escucha e investigación estuviera ahí. Hay tres etapas, desde el Festival de Viña hasta relaciones influyentes en que ella cae presa y el 2000 donde capitula su vida.
¿Qué pasó con Cecilia? ¿Cuál es su trauma?
Siento que la tesis de Pedro Lemebel, que me dijo que sentía que Cecilia cuando se sacó el vestido de corazón y de la niña mimada de la revista Ritmo y empezó a usar las chamarras y las botas vaqueras, fue cuando la sacaron de todos lados. Un diario muy influyente comentaba que había que “sacar a esta marimacha de las fotos”.
¿Cómo trabajaron la parte musical en la serie?
Hay un cover de la Fran Valenzuela que hace de la canción que usamos como título de la serie, “Me Voy”. No es de los más famosos pero nosotros lo hicimos, en parte por necesidad de la producción, algo más de nicho. El alto precio de los derechos me hizo escuchar sus temas y los encontré alucinantes. “Los Amantes”, “Las Citas” y “Me Voy” son temas de ella (Cecilia), compuestos por ella y de su propio sello. La Amaya me comentó que las composiciones de Cecilia tenían actos emocionales y al escucharla lo confirmé. Parte de esta investigación nos hizo llegar a una canción que nunca grabó y que junto con la Mon Laferte pudimos recrear. A Cecilia le fascinó la versión de Fran Valenzuela. Hay una primera versión del cover que me encantó, pero que no se podrá usar en la serie.
¿No pudiste usar las canciones más conocidas?
Algunas sí. Elegí las que más me gustaban. “Aleluya”, por ejemplo, me parece una clase de virtuosismo bocal brutal. Pero buceando en sus canciones encontré joyas que necesitaba rescatar patrimonialmente con lo que ella componía.
¿Cuál es el episodio de la cárcel?
Ella cayó presa en el año 89 supuestamente por estafa. Fue terrible para ella, le sacaron la cresta y le provocaron una fractura de mandíbula. Ella está picada con la historia de Chile porque se le empezó a decir que era alcohólica por hablar como lo hace a raíz de su fractura.
¿Estás trabajando con ella?
Todo el rato. Algunas cosas se las discuto y a veces tiene malos recuerdos de algunos lugares y no se los cambio. Otras cosas sí accedo. Ella vio el corte final de la serie antes del tratamiento de color y ahora ya vio otro pedazo. Hay días que me llama furiosa pidiéndome escenas de caballos.
¿Cuándo podemos ver la serie y cuán nerviosa estás?
Sigo haciendo cosas. Le tengo fe a la vida. Se ve en octubre para los 80 años de Cecilia en TVN. Me juré a mi misma que no me iba a anotar a ninguna plataforma para ver Ondamedia y me parece impresionante todo el contenido que tiene. Hay que defender nuestros productos culturales que tienen un nivel buenísimo.