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Por Equipo Futuro.cl
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Los ataques incendiarios en la Araucanía no se detienen… además de iglesias y centros de salud, ahora el blanco también son escuelas rurales. Del impacto de este tipo de ataques en la comunidad escolar de la macrozona sur, conversamos en Palabras Sacan Palabras con el profesor de la destruida escuela unidocente G-133 de Traiguén, Alexis Carriel.
¿Cómo fueron los hechos? ¿Cómo se enteraron ustedes?
«Los hechos ocurrieron el 2 de agosto. Recibimos una llamada telefónica que nos informaba que la escuela se estaba incendiando. Al principio, no podíamos creerlo. Todos nos apresuramos a llegar al lugar, vimos cómo ardía la posta, una sede y una iglesia. Fue una pesadilla, no puedo expresar con palabras lo que fue. Lo peor de todo es que en la posta había dos personas, y en la escuela estaba el profesor a cargo, quien huyó, y un paramédico en la posta que resultó con quemaduras».
¿Cuántos estudiantes había en la escuela?
«Había 21 estudiantes. Nuestra comunidad está muy alejada, a más de 30 km del pueblo de Traiguén. Para llegar a la posta, que es fundamental para la salud, son 30 km de vida o muerte. Somos la comunidad más remota de todas las comunidades de Traiguén. Estamos devastados, especialmente los niños. Ya no podemos proporcionarles educación».
Alexis Carriel: ¿Cómo es la educación de los niños en su comunidad?
«En nuestra escuela, se imparten dos módulos. Se fomenta la interculturalidad, con un educador a cargo de eso. Nuestra escuela se caracteriza por su enfoque en la cosmovisión y el contexto mapuche. Los niños tienen una profunda conexión con su tierra y su escuela. La escuela es una parte fundamental de su vida y quieren aprender. Son muy receptivos para el aprendizaje, y esto ha dañado profundamente el corazón de nuestra comunidad».
¿Cómo reaccionas cuando los discursos políticos se traducen en hechos como la quema de propiedades, como escuelas u hospitales?
«Es algo que, en mi opinión, va más allá de lo que se busca con el conflicto. Estos actos sobrepasan los límites y se convierten en delitos».
¿Crees que la CAM está involucrada en esto?
«Cualquiera puede poner un lienzo y atribuirse la responsabilidad. Sin embargo, no puedo culpar a nadie en particular por lo que ocurrió. Ya no me compete determinar quién estuvo involucrado y quién no. Desde mi perspectiva, esto está completamente alejado de la lucha mapuche y es un acto delictivo».
¿Cómo ha respondido la autoridad en términos de la reconstrucción?
«Quiero mencionar que nuestro director, Don César, estuvo a punto de quedar atrapado en el incendio. Tenía una pequeña pieza en la escuela, así que tenía un lugar para dormir y quedarse. El día domingo, lamentablemente, falleció, y esto fue un golpe del que todavía no nos recuperamos por completo. Era un apasionado deportista que practicaba ciclismo, pero le robaron su bicicleta este año. A pesar de eso, seguía comprometido con la reconstrucción de la escuela. Su pérdida ha sido un duro golpe para nosotros. Actualmente, estamos buscando que se proporcionen contenedores que cumplan con todas las condiciones para dar clases».
¿Qué medidas se han tomado hasta ahora para garantizar la educación de los niños?
«Se ha propuesto que los niños sean trasladados desde las zonas rurales a una escuela urbana. Este plan se implementará la próxima semana, pero será un desafío, ya que las familias mapuches son muy cercanas entre sí. Se buscará una solución provisional para asegurar que los niños reciban apoyo emocional y atención médica. Cuando la escuela estaba ardiendo, vi a varios niños llorando. Tenemos muchos aspectos que debemos abordar, y es una responsabilidad tanto nuestra como del departamento de educación. Se han dado 70 días para instalar módulos temporales y así poder concluir el año escolar» cerró diciendo en entrevista con La Radio del Rock, el profesor de la destruida escuela unidocente G-133 de Traiguén, Alexis Carriel.