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Futuro en la huella de Metallica desde Nueva York: Primera noche

Ochenta y dos mil personas llegaron al Metlife Stadium para comenzar a vivir la experiencia Metallica y La Radio del Rock estuvo presente.

Rainiero Guerrero |

Metallica

Metallica

“Gracias Nueva Jersey, acá en la ciudad Aberdeen, fue nuestro primer concierto en la costa este y cuarenta años después comenzamos otra historia aquí, muchas gracias”, dice el baterista Lars Ulrich tras dos horas y media de show, recordando los inicios de la banda que lleva cuarenta años en la ruta, que el 2023 presentó su undécimo disco de estudio (72 Seasons) y que se presume los siga haciendo girar por todo el mundo en buena parte de 2024 y 2025. Es la historia interminable de Metallica y que pudimos ver al estilo “gringo”, como lo hacen ellos, con fiesta, celebración y toda la carga de canciones que hoy cruzan a tres generaciones que los vienen a ver muy cerca del suelo que los vio hacer sus primeras horas en vivo.

Metallica en Estados Unidos

Ochenta y dos mil personas llegaron al Metlife Stadium para comenzar a vivir la experiencia Metallica. Es más que un concierto, porque Metallica entiende que las entradas cuestan dinero y por eso que el show debe ser completo, ya sea desde las tribunas, en el interior del estadio o en las afueras, donde el viernes tocó ‘Prong’, en un show que se hace en los estacionamientos previo al evento principal. El domingo es el turno de otro clásico como ‘Overkill’. Las bandas escogidas para abrir los shows son ‘Mammoth WVH’, el excelente proyecto de Wolfgang Van Halen (hijo de Eddie) y ‘Pantera’, a quienes vimos en Santiago durante 2022, pero sólo con Phil Anselmo. En esta ocasión si está Rex Brown, más Charlie Benante en batería y el tremendo Zakk Wylde en guitarra.

Phil

No hay retrasos ni imprevistos. Todos los shows son a la hora y a las ocho con cuarenta y cinco minutos de la noche en punto comienzan los atronadores acordes de ‘It’s a long way to the top if you want rock & roll’ de AC/DC, canción que es la última llamada para avisar que el espectáculo va a comenzar. Luego la liturgia que nunca agota. En las ocho torres ubicadas por toda la cancha que sostienen pantallas circulares de la más alta definición, más todo el sistema de sonido, comienza la música de Ennio Morricone ‘The Ecstasy of Gold’, el show va a comenzar. Segundos antes que termine la música Lars aparece sobre el escenario, se instala y comienza la cuenta para arrancar con un clásico: Creeping Death del ‘Ride the Lightning’ (1984) y el show arranca. Desde el foso o ‘Snake Pit’ todo se ve de cerca, los golpes de la batería se escuchan directamente, más allá del sonido. La fuerza de Lars se siente y se ve. Kirk se mueve por la pasarela de 360 grados, James canta directo hacia la tributa principal y Robert Trujillo asusta con sus movimientos casi cavernarios, metaleros.

Antes de las primeras palabras le siguen ‘Harvester of Sorrow’ y ‘Holier tan thu’. Cada canción será un misterio, no se pueden repetir con las del show del domingo, esa es la regla así que todo será sorpresa y vaya que debe costar hacer esa elección para una banda que nos puso decenas de melodías en nuestras cabezas por cuatro décadas. ‘King Nothing’ del injustamente cuestionado ‘Load’ (1996) es parte de la lista y suena tremendamente vigente.

El público es enfervorizado, pero muy distinto a la locura sudamericana, lo sabemos, pero no es momento de comparaciones porque la fiesta es fiesta y se goza de la manera que cada cual quiera. Una pasada por dos de las nuevas canciones: la primera y que da el nombre al disco (72 Seasons) e ‘If Darkness had a Son’ cuyo potente riff de James dispara fuego vigente con sesenta años recién cumplidos. “Recién ayer cumplí sesenta años y hay canciones que han crecido conmigo como parte de mis miedos y me encanta seguir cantándolas porque sepan que no está solos, estamos en la familia de Metallica”, dice James y los acordes de ‘Fade to Black’ comienzan a parecer. Un testimonio de vida para un hombre que escribió alguna vez que “había perdido las ganas de vivir, simplemente por no tener nada más que dar”. Todo indica que los fantasmas de James se han disipado, al menos, los mantiene bajo control.

Metallica en forma sigue mostrando los más reciente de su material con ‘Shadows Follow’. De aquí en más todo será clásicos y más clásicos. Los acordes de ‘Orion’, la gran obra instrumental que legó Cliff Burton suena envolvente y Robert Trujillo vuelve a demostrar por qué está donde está. Nothing Else Matters comienza accidentada por parte de Kirk. Los arpegios con los dedos le juegan una mala pasada y decide comenzar todo nuevo. “Si no es bueno para mí, entonces no es bueno para ustedes”, dice Kirk Hammett. La guitarra en tono de RE es el anuncio (para los nerds que tratamos de anticiparnos a las canciones antes de ser tocadas) de la aparición de ‘Sad But True’ y no le fallamos. Es tan intenso el momento que en medio la cancha un pequeño mosh se arma, casi tierno en comparación a los que vemos por el sur, pero no estamos para comparar hoy. ‘The Day that Never Comes’ (2008), lanzada como sencillo del ‘Death Magnetic’ es una sorpresa y pese a la buena interpretación es una elección que puede dar paso a otra.

Han pasado las dos horas de show, aún faltan canciones y siempre las más clásicas. ‘Battery’ y ‘Fuel’ (el único momento de fuego y explosiones) adelantan la parte final de la fiesta. Es realmente un momento para decir “wow, como mierda están sonando esto”, pero la audiencia no alcanza a recuperar el aire cuando James pide al público entonar las tres palabras mágicas de la noche; Seek, And, Destroy y una lluvia de globos gigantes con las referencias al 72 Seasons caen desde las torres de sonido y en sólo segundos el escenario y buena parte de la cancha está llena de 30 o 40 balones que hacen que la fiesta sea total quedando aún el último respiro, el último estertor de un show que no pareciera terminar y que la banda ha disfruta con todo: ‘Master of Puppets’ será el boche de oro para una primera jornada realmente potente, distinta a nuestras experiencias sudamericanas; ni mejor ni peor, muy distintas, quizá porque Metallica juega de local, están en su país y después de 40 años comienzan la parte norteamericana de una gira que no repite canciones en el fin de semana, en el mismo lugar donde por primera vez tocaron fuera de su natal costa oeste.

¿Qué se viene el domingo? No lo sabemos, todo fue muy bueno y al parecer nadie extrañó ‘One’, ‘Enter Sandman’ o ‘The Unforgiven’. Puede que aparezcan el domingo, o tal vez no, da lo mismo, son 40 años de historia y canciones que Metallica puso en nuestras cabezas, y aunque no estén en un set list siempre estarán con nosotros, por eso no las extrañamos pero siempre las esperamos…

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