ENTREVISTAS

Mauricio García Villegas: «América Latina es débil porque siempre negocia como naciones individuales y no como un pueblo unido»

Sobre el libro "El viejo malestar del nuevo mundo", conversamos en #FuturoPQN con su autor, el escritor colombiano Mauricio García Villegas.

Mauricio García Villegas FuturoPQN
Radio Futuro

America Latina es un territorio muy especial. A simple vista da la impresión que todos los que habitamos esta parte del planeta compartimos una identidad construida en base a los hechos que nos terminaron construyendo como naciones independientes. Sin embargo, ¿qué es lo que hay detrás de todo aquello? ¿Detrás de siglos caracterizados en buena parte por sucesos bastante trágicos?

De aquello y mucho más trata «El viejo malestar del nuevo mundo», el reciente libro del destacado escritor colombiano, Mauricio García Villegas, con quien estuvimos conversando en el estudio de Palabra Que Es Noticia.

¿Qué son las emociones de un continente?

Este libro trata sobre emociones particulares, como la tristeza, que provienen de un filósofo holandés del siglo XVI, Baruch Spinoza. Él afirmaba que había emociones que disminuían o afectaban a la población, que eran inevitables pero que debían ser tratadas. Creo que esto también ocurre en las sociedades y en los países, y en América Latina, en el ámbito político, esto es muy común. Hay mucha desconfianza y resentimiento, y eso es lo que retrato en este libro, la forma en que se manifiestan estas emociones.

¿Cómo afecta la manera en que fuimos conquistados?

John Eliot, en «Los imperios del mundo atlántico», plantea la pregunta de qué habría sucedido si el viaje de Colón hubiera sido financiado por los ingleses en lugar de los Reyes Católicos. Elliot sugiere que no seríamos como Estados Unidos, ya que los ingleses habrían establecido colonias diferentes con sistemas distintos. Lo que ocurrió en América del Norte fue colonización, no conquista como en Centro y Sudamérica. Sin embargo, las circunstancias habrían cambiado pero no tanto. Fuimos conquistados por Castilla y tenemos una fuerte influencia de la cultura castellana y la Contrarreforma, lo que nos diferencia en muchas circunstancias.

¿Son similares las emociones de los líderes en todos los países?

En América Latina, vivimos unos a espaldas de otros. Es necesario rescatar el sentimiento de americanismo, que prosperó en tiempos anteriores. Cuando expulsaron a los judíos en el siglo XVIII, los jesuitas hablaban de América como una sola nación. Intelectuales como Andrés Bello pensaron que éramos una sola nación, pero nos hemos fragmentado en muchos países con lenguas y monedas diferentes, aunque con sentimientos similares. América Latina es débil porque siempre negocia como naciones individuales y no como un pueblo unido. A través del libro, intento rescatar la idea del americanismo y mostrar que somos pueblos muy parecidos.

Abordas el tema del resentimiento en tu libro. ¿Cómo se explica este fenómeno en América Latina?

El primero es el miedo, el segundo es la desconfianza y el tercero es el delirio. La desconfianza es un sentimiento muy común en América Latina, tanto entre individuos como hacia los Estados y viceversa. Este sentimiento proviene de la época colonial, cuando los indígenas eran muy diferentes de los mestizos o blancos, pero luego las repúblicas no lograron cumplir con lo establecido en sus constituciones, lo que ha llevado a que la desconfianza perdure hasta el día de hoy. Se ha arraigado la idea de que todo gobierno es malo, incluso aquel por el que uno mismo votó, ya que ninguno ha logrado cumplir con las promesas en seguridad, lucha contra la corrupción, etc. En lugares como Perú, la desconfianza es enorme, y esto ha creado un círculo vicioso en el cual la confianza en las instituciones se ha fragmentado.

¿Por qué el delirio?

Y creo que nosotros somos más españoles que los propios españoles. El barroco tiene una connotación material, como el latifundio y la jerarquía social, pero también una connotación cognitiva, la de no distinguir claramente entre la vida y el sueño, algo muy quijotesco. En América Latina, confundimos esas dos cosas, y esto es algo hermoso en la literatura, lo cual explica por qué tenemos una literatura tan apreciada con autores reconocidos en todo el mundo. Pero también ha permitido que la política se haya dejado llevar por utopías, en donde los intentos de líderes políticos por lograr sociedades o estados utópicos solo han terminado estrellándose contra la pared.


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