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Pink Floyd: científicos recrean «Another Brick in the Wall» con ondas cerebrales humanas

El clásico de 1979 fue utilizado por investigadores que buscan dar con tratamientos avanzados para variadas afecciones neurológicas.

Pink Floyd

Científicos de la Universidad de California en Berkeley (California) han conseguido crear una versión del éxito de Pink Floyd de 1979 «Another Brick in the Wall Part 2», utilizando grabaciones de las ondas cerebrales de pacientes.

El avance fue liderado por el neurólogo Robert Knight, quien junto al grupo de investigadores, analizó grabaciones de la actividad cerebral de 29 pacientes del Centro Médico de Albany, en el estado de Nueva York, entre 2009 y 2015.

Pink Floyd a la orden de la ciencia

Como parte del tratamiento de la epilepsia, a los pacientes se les implantó una red de electrodos en el cerebro. Esto brindó a los neurocientíficos la rara oportunidad de grabar su actividad cerebral mientras escuchaban una versión de tres minutos del clásico track. Se utilizó un total de 2.668 electrodos para registrar toda la actividad cerebral y 347 de ellos estaban específicamente relacionados con la música, detalla Euronews.

Luego de este procedimiento inicial, procedieron a utilizar inteligencia artificial para descodificar las grabaciones y reconstruirlas en un archivo de audio que es reconociblemente Another Brick In The Wall, pero probablemente no es adecuado para probar equipos de alta fidelidad caros.

«Suena un poco como si estuvieran hablando bajo el agua, pero es la primera vez que lo hacemos», dice Knight. Ahora que sabemos cómo hacerlo, creo que si tuviéramos electrodos separados como un milímetro y medio, la calidad del sonido sería mucho mejor».

Se cree que los futuros trabajos en este campo podrían ayudar a restablecer el habla natural en pacientes con afecciones neurológicas, como la esclerosis lateral amiotrófica que sufría Stephen Hawking.

«Para mí, la música tiene prosodia y contenido emocional. A medida que avanza el campo de las interfaces cerebro-ordenador, esto permite añadir musicalidad a futuros implantes cerebrales. Permite descodificar no sólo el contenido lingüístico, sino también parte del contenido prosódico del habla, parte del afecto. Creo que hemos empezado a descifrar el código», sostuvo Knight.


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