Zalo Reyes fue un artista que trascendió a las etiquetas y a una sociedad completa. El cantante, fallecido hace exactamente un año, el domingo 21 de agosto, a los 69 años, es un icono de nuestra cultura pop. Y dejó un repertorio fundamental en la historia de la música chilena.
Boris Leonardo González Reyes fue uno de los primeros artistas masivos en desafiar las convenciones a fines de los 70 y durante los 80. Zalo Reyes siempre llevó a Conchalí donde estuviese, representando en medios masivos a chilenos que hasta ese momento solo aparecían en reportajes y noticiarios, pero no con representantes genuinos nacidos y crecidos en esos rincones. No con iconos populares como, por ejemplo, Juan Gabriel en México.
Del Festival de Viña de 1983, su única vez en el certamen, Zalo Reyes jamás se alejó de la pantalla, llegando a todo Chile como uno más de nosotros. Cuesta dimensionar lo trascendental que fue su sola presencia en los hogares de todos nosotros. Por supuesto, esto se refleja en la música. Todas las generaciones que le han sucedido han aprendido de su carisma y desplante a la hora de interpretar. Y eso cruza todas las barreras que podamos imaginar.
En Radio Futuro, recordamos al gran Zalo Reyes rescatando cinco clásicos de su repertorio.
Mi Prisionera
Escrita por el argentino Alejandro Vezzani, «Mi prisionera» es uno de los momentos más destacados de la trayectoria de Zalo Reyes. La canción viene incluida en el disco de 1988 «De Corazón», placa que cristalizó lo mejor del «gorrión de Conchalí» dentro del repertorio romántico.
Con una Lágrima en la Garganta
En el verano de 1983, productor musical argentino Roberto Livi vino como invitado al jurado del Festival de Viña. Escuchó una canción que le era familiar, y no sólo interpretada por un cantante en el escenario, sino coreada por miles en la Quinta Vergara. Era una canción que él mismo había escrito años antes. Se llamaba «Con una lágrima en la garganta». El clásico tiene un sonido de bolero tocado por un conjunto electrónico de los 70, con melodía de órgano y con los arpegios de guitarra eléctrica patentados por cantantes argentinos como Leo Dan o Yaco Monti. Zalo Reyes recuerda haber hecho esas primeras grabaciones con músicos de rock. Y resultó en un sonido esencial.
Ramito de Violetas
«Ramito de Violetas» se transformó en un clásico instantáneo del repertorio de Zalo Reyes. La canción es de España y fue escrita en 1974 por la cantante Evangelina Sobredo Galanes, cuyo nombre artístico era Cecilia. Sin embargo, no fue hasta un año más tarde que su publicación causó impacto. Fue publicado en el álbum de nombre homónimo y que correspondió al tercer y último disco de la cantante. Todo esto, porque «Cecilia» (nombre artístico) falleció el 1976 en un accidente de tránsito. Zalo Reyes interpretó por primera vez «Ramito de Violetas» en 1985 en el programa «Mediomundo» de Canal 13. Y lo hizo tras el éxito alcanzado en el Festival de Viña del Mar del mismo año, como parte de la renovación de su repertorio tras 18 años de carrera.
Motivo y Razón
Escrita por el propio Zalo Reyes, «Motivo y Razón» también le da el nombre a un fundamental álbum que ya tiene cuatro décadas. Y los arpegios de guitarra tan característicos de l insturmental de sus clásicos ahora incorporaban sintetizadores.
María Teresa y Danilo
La caribeña «María Teresa y Danilo», del dúo salsero Hansel & Raúl, es una más de las emblemáticas canciones de Zalo Reyes incluidas en el disco «De Corazón» de 1988″, y posiblemente una de las mejores canciones en retratar el amor en Latinoamérica.