El Volcán Villarrica, en la región de La Araucanía, uno de los más activos de Chile y que hizo su última erupción el 2015, ha presentado un aumento en la energía sísmica que es liberada desde su interior, lo que podría indicar un proceso de ascenso de magma. Producto de lo anterior, el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) elevó su alerta técnica de Amarilla a Naranja, lo que implica un riesgo de erupción moderado a alto. En Palabras Sacan Palabras, conversando con Cristián Farías, geofísico, divulgador y académico de la Universidad Católica de Temuco.
¿Cómo hay que estar frente a lo que se está viendo con la actividad del Volcán Villarrica?
«El volcán Villarrica está mostrando una actividad inestable, por lo que las personas que se encuentran en la zona deben continuar con sus vidas cotidianas, pero teniendo en cuenta que el volcán está en un estado de inestabilidad. Esta inestabilidad se debe a la exposición de casas y comunidades en la cercanía del volcán. Una erupción del Villarrica podría tener un impacto significativo en la región» señala el geofísico Cristián Farías.
¿Qué hay de la gente que no hace caso al llamado de las autoridades?
«Es crucial que las personas tomen en cuenta las advertencias y recomendaciones de las autoridades en situaciones como esta. Actualmente, se ha establecido una zona de exclusión de ocho kilómetros alrededor del volcán debido a que este puede desestabilizarse rápidamente. Evacuar a la población podría ser complicado y peligroso en caso de una erupción importante, e. Por lo tanto, es esencial que las personas tomen medidas preventivas y estén alerta a las autoridades y al monitoreo volcánico», asevera el académico de la Universidad Católica de Temuco.
En 1971 es la erupción que más se recuerda, con otra realidad en términos de monitoreo, ha habido erupciones, ¿cuáles son las lecciones que se han sacado en ese sentido?
«La erupción de 1971 es recordada como una de las más significativas en la historia reciente del volcán Villarrica. A lo largo de los años, ha habido erupciones menores y mayores, y cada una de ellas ha proporcionado lecciones valiosas. El mayor problema actual es que el volcán no ha tenido una erupción típica en más de 50 años. La erupción de 1964, que causó la muerte de 34 personas, es un ejemplo de una erupción común en el Villarrica» recalca Farías.
«La erupción del 2015 pareció grande, pero fue breve y causó daños limitados. Sin embargo, las áreas que solían ser campos de lava ahora están pobladas de casas. Lo que aumenta el riesgo de daños significativos en caso de una erupción futura. Las autoridades han establecido adecuadamente zonas de exclusión y están haciendo un esfuerzo importante para mantener la calma en situaciones complicadas. Prepararse para responder adecuadamente es fundamental», agrega el geofísico.
¿Va a haber una erupción?
«Nadie puede predecir con certeza si ocurrirá una erupción. La actividad volcánica es altamente impredecible. Dado que el volcán Villarrica está en alerta naranja y muestra inestabilidad, existen dos posibilidades: puede entrar en erupción o puede entrar en un período de calma. La naturaleza del Villarrica sugiere que suele dar señales antes de una erupción, pero en última instancia, no se puede anticipar con certeza lo que sucederá. La vigilancia y la preparación son esenciales en estos casos», concluye Cristián Farías.