Conversamos en Palabras Sacan Palabras con el periodista estadounidense, especialista en temas políticos latinoamericanos, Jon Lee Anderson, para analizar el escenario político-social tras los 50 años del Golpe de Estado de 1973.
«En momentos tan importantes como estos, y sin importar cómo lo vivan los chilenos, lo más interesante de Chile es que es un país con un fuerte sentido cívico. Aunque a veces no logren ponerse de acuerdo, es cierto que ha habido más polarización que hace dos años. En aquel entonces, cuando asumió Boric, había un aire de optimismo, pero parece que eso ha cambiado. Durante la ceremonia, noté algo de la situación en las calles».
«Tengo muchos amigos chilenos a mi alrededor que lo critican y lo observan críticamente, pero en lo personal, viniendo desde fuera, creo que hay valor en que un presidente intente ser un estadista en medio de una polarización tan marcada, lo cual no es fácil. En resumen, ha sido lo que ha sido, y Chile sigue experimentando polarización. Ahora tienen a un presidente joven que intenta articular desde su perspectiva, comprendiendo las preocupaciones de las nuevas generaciones. Él es consciente de que arrastra ciertos legados del pasado y está participando en un nivel de conversación que no se encuentra en otros países. En Argentina, están a punto de votar a Milei; en Perú, no sabemos qué está pasando; en Ecuador, hay problemas con la delincuencia. Entonces, en Chile, veo que el diálogo está ocurriendo».
¿Cuál es tu reflexión acerca de esta fecha?
«Mi reflexión es un poco sobre cómo, en 50 años, hemos pasado de Pinochet a Bukele. Sabemos cómo Pinochet llegó al poder, alzándose contra el gobierno elegido y estableciendo una dictadura brutal. Bukele es como el nuevo contendiente. Aunque sus métodos son diferentes, es antidemocrático y se presenta como el dictador más moderno del mundo, incluso con una imagen de hip-hop. A pesar de todo, es popular porque ha tomado medidas enérgicas en las calles. Ha encarcelado a 80,000 personas y las trata de manera dura, y la población está contenta con eso. Por ahora, los salvadoreños están satisfechos, pero Bukele está erosionando la democracia salvadoreña. Mi pregunta es: ¿qué hemos hecho mal para que en una democracia busquemos líderes como Bukele para gobernarnos? Han tenido cinco presidentes desde la última dictadura, algunos están en la cárcel o huyeron por corrupción».
«En lugar de guerrilleros y escuadrones de la muerte, han tenido que lidiar con el pandillaje. Aunque los métodos son diferentes, tanto Pinochet hace 50 años como Bukele hoy representan desafíos a la democracia. ¿Qué ha ocurrido en América Latina? Traté de hacer un repaso de la historia reciente para entender por qué. La falta de seguridad pública y la gente que llegó a la democracia busca soluciones rápidas porque no conocen otra cosa. Pregunté a Pinochet si se consideraba un dictador, y esa fue la única vez que se permitió una carcajada. Me dijo: «No, solo fui un aspirante a dictador». Contaba que siempre que iba a Epinay, visitaba la tumba de Mao, y allí Pinochet se volvía casi poético, citando versos de Becker, que al final solo los muertos permanecen. Hablaba con una especie de ritmo, diciendo que yacía un hombre que había tenido la vida de millones de personas en sus manos, y lo decía con una gran admiración. Él se sentía atrapado por las leyes».
Jon Lee Anderson: ¿Cuántas veces lo entrevistaste?
«Lo entrevisté en Valparaíso, en otro encuentro fugaz, y en Londres, cuando él estaba en un viaje privado, antes de su arresto».
¿Cómo veía él el envejecimiento de su gobierno?
«Él seguía adelante con su vida. En Londres, se sentía como en su casa y tenía una rutina. Los jueves solía tomar whisky con Margaret Thatcher, y él había disminuido su represión. El juez Guzmán estaba persiguiéndolo y abriendo casos, y cuando le pregunté sobre eso, fue la única vez que lo vi enojado, dando puñetazos en la mesa mientras decía: «Hay que poner fin a estos casos». Sabía, por su hija, que estaban preocupados por ciertos casos. Un familiar suyo expresó preocupación por el caso de los atentados y sabían que la justicia se les estaba acercando».
¿Cuál es tu opinión sobre el cóctel explosivo de las redes sociales y el avance de la derecha?
«La mitad de la población latinoamericana es joven. Estos jóvenes están llegando a la edad adulta en un continente donde las redes sociales como Twitter y TikTok están emergiendo. También hay pandillas por todas partes. El narcotráfico ha reemplazado a las guerrillas. La globalización ha traído muchas cosas, como la materialización. Los jóvenes de familias pobres no quieren ser guerrilleros, sino ricos. Solo quieren ropa de marca y motos lujosas, y eso es a lo que aspiran. Luchan y mueren por ello, no por un mundo mejor. Ha habido una pérdida de esperanza por parte de la izquierda, que, al llegar al poder, muchos de sus líderes se han corrompido tanto como los de la derecha» cerró diciendo en entrevista con La Radio del Rock, el periodista Jon Lee Anderson.