Conversamos en Palabras Sacan Palabras con el periodista y escritor, Manuel Délano, coautor del libro “50 años, 50 historias. L@s niñ@s y adolescentes de la dictadura”, el cual recoleta los relatos y experiencias de niños y niñas que fueron víctimas de la dictadura civil-militar en Chile.
¿De qué trata este libro?
«Pensamos en hacer algo distinto, algo novedoso hace un par de años. Y descubrimos que los niños habían sido invisibilizados en la historia de los derechos humanos, entonces fuimos a buscar a los niños y niñas de ese período y qué les pasaron cosas muy graves a sus familiares o en varios casos, a ellos mismos. Para saber cómo lo sobrellevaron hasta hoy. Descubrimos que hay miles de esas historias».
Manuel Délano: ¿Cómo fue rescatar esas historias?
«Lo trabajamos de la siguiente manera. Obtuvimos un tremendo material, el cual fuimos sintetizando hasta lograr relatos de cuatro a seis páginas, que mostramos a los entrevistados para que ellos mismos pudieran firmar estos relatos».
¿Por qué crees que se invisibilizó a los niños y estas historias no se conocieron con el tiempo?
«Porque para la justicia, los niños, cuando son muy menores de edad, son referencias, testigos a veces. Por otro lado, hay una conducta generalizada de los adultos muy adultocéntrica. Hay un manto protector sobre esos niños combinado con el manto de impunidad y silencio respecto a las violaciones de derechos humanos. Entonces, todo eso se combinó para que esas historias se mantuvieran en el seno de las familias. Muchos entrevistados solo recordaban una cosa, y muchos nos contaron cosas que sus padres no sabían; las percepciones de ellos cuando eran niños, como la historia de una niña que, cuando su padre fue asesinado, se escondía en el closet con la ropa de su padre para sentirse más cerca de él. Sufrieron un quiebre total nuestros entrevistados y, a pesar de ese quiebre, fueron capaces de absorberlo y sobrellevarlo. Cuando terminamos el libro, lo cual fue muy duro, nos dimos cuenta de que hay muchas miles más de este tipo de historias que se mantienen en el seno de las familias. El día sábado estuvimos en una población en Conchalí en una ceremonia, espontáneamente se me ocurrió preguntar «¿Quién quiere contar sus vivencias en la dictadura?». Para mi sorpresa, se levantaron cinco manos. Y de repente, un niño de cinco años pide hablar y dice que tiene una historia de un tío que le hubiese gustado conocer mucho. Otra señora cuenta la historia de un tal Manuel que se lo llevaron y no apareció más. Esas historias están ahí, y contar las historias es sanador».
¿Qué otros casos emblemáticos encontramos en este libro?
«En el caso de los niños pequeños, no podían entenderlo muy bien. Está el testimonio de Macarena, que es una cineasta, y cuenta su testimonio de cuando la secuestró la DINA con un tío que ni siquiera era de izquierda, y recuerda que los agentes le daban dulces para que no contara nada. Estas historias para los más pequeños fueron un trauma porque los niños no tienen la capacidad de procesarlo y entenderlo. En muchas de estas historias está la ingenuidad. Los carabineros que se querían llevar a mi papá eran quienes jugaban fútbol con él, quienes venían a comer asado con él. La gente no se lo podía creer al principio. Lo otro eran las cosas que les decían a ellos. Una señora de Mulchén, el tema allí era la reforma agraria, asesinaron a sus familiares y la personas del sector les decían «¿No querían tierra? Ahí están en la tierra» cerró diciendo en entrevista con La Radio del Rock, el periodista Manuel Délano.