Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con Juan Cristóbal Peña, periodista e investigador junto a Francisca Skoknic de «El primer civil de la Dictadura. Los archivos secretos de Álvaro Puga».
A 50 años del golpe de Estado, el proyecto periodístico multimedia revela, a través del análisis de documentos inéditos, una faceta desconocida de la dictadura, sus pugnas internas y sus mecanismos de poder y control. Producida por Revista Anfibia y la Universidad Alberto Hurtado, en alianza con el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Este proyecto contiene la liberación de 166 documentos para su consulta pública, reportajes, un podcast documental y un repositorio de audiovisuales propagandísticos.
¿Cuáles son los detalles de este proyecto?
“Podríamos precisar que este es un mini sitio que se aloja dentro de una revista que se publica en Argentina y Chile llamada Anfibia y contiene diversos reportajes temáticos respecto a estos archivos que fueron conseguidos, y algo que me parece interesante es que es un repositorio periodístico de la dictadura que eran realizados en cines con fines propagandísticos. Se hacían con gente vinculada a ChileFilms, y son verdaderas joyas de cómo se procuraba influir en la población con la única voz de ese entonces que era la dictadura”, señala Juan Cristóbal Peña.
¿Quién era Álvaro Puga?
“Álvaro era un asesor civil, el primero, porque fue el único civil del edificio de las Fuerzas Armadas. Tiene muchas cercanías con Pinochet, se convierte en una suerte de ministro de propaganda, encargado de la censura y discursos de Pinochet, y quien le dio a la dictadura un relato épico a través de ciertos símbolos, como la llama de la libertad, que copia de la llama de la libertad en Buenos Aires. Es una persona excesiva, dramaturgo también. En los años 90 pasa muy inadvertido y participa en un concurso de dramaturgia donde le gana a los principales dramaturgos con una obra crítica a la dictadura. Es un personaje muy influyente en las sombras y una persona bastante desconocida e inaudita”, indica el periodista e investigador.
¿Cómo logra mantenerse tantos años a la sombra del poder?
“Si bien, tiene figuración pública en la dictadura, a partir de la segunda mitad de los 70, es un asesor en las sombras de los servicios represivos de la DINA y la CNI. Es el cerebro detrás de la operación Colombo. En los años 80 es una persona que participa en una serie de montajes al alero de la CNI como un asesor que redacta informes y propone planes para influir en la política y desacreditar a la oposición de ese entonces”, asegura Juan Cristóbal Peña.
Su declive o problema dentro de la dictadura es que comienza a tener enfrentamientos con algunos civiles, entre ellos Jaime Guzmán, ¿es así?
“Hay que entender esto desde la lógica de los poderes que están en pugna desde los inicios de la dictadura, identificados con los sectores nacionalistas y sectores gremialistas, estos últimos la UDI. Manuel Contreras siempre fue alguien que se identificó con los nacionalistas y disputaban también posiciones de poder y el rumbo que tomaba la dictadura. En ese sentido, se oponían a la marcha neoliberal que comenzó a tomar al país a partir de la segunda mitad de los años 70 y, por cierto, espiaban a los políticos, en este caso, a los asesores civiles vinculados a lo que hoy es la UDI. Hacían operaciones en contra y conspiraban, y eso queda muy claro en los años 80”, afirma el periodista e investigador.
“Es impresionante encontrar documentos que detallan reuniones políticas en esa época crítica de 1982 y 1983, donde evidentemente hay micrófonos, informantes y seguimientos porque en los documentos hay mucho detalle de las conversaciones en las reuniones políticas de esos años. Lo más perturbador para mí es que aparecen nombres de figuras que son informantes de Puga, que es un asesor de la CNI”, asevera Juan Cristóbal Peña.
¿Cómo llegan estos documentos a tus manos?
“Él me pasa estos documentos en 2013 para dar cuenta de la importancia que él tenía en la dictadura. Es un acto de vanidad lo que él hace, pero es el trabajo sucio que hicieron civiles para que se perpetuara la dictadura. Jamás hubiera sido posible sin un aparato represivo. Ambos sectores estaban enfrentados y pujaban”, comenta el periodista e investigador.
¿Cuándo se hacía este espionaje interno, eran reuniones donde se comenzaba a discutir lo que pasaba en el país? ¿Cuál era el tema de esas reuniones?
“Todos los civiles sabían que eran espiados, que eran seguidos. En ese sentido, lo que hay ahí es una permanente disputa por influir. Pero cuando se complica en los 80, creen que la dictadura va a caer, y lo que hace la UDI es negociar con la oposición. Lo que denuncian estos papeles es que tienen sus fuentes en la Central de Informaciones, que empieza a tomar un poder político. Organiza las celebraciones de los 10 años de la dictadura. Hay transmisiones de horas completas de celebraciones durante tres días, y lo más perturbador es que detrás de eso, tanto a nivel de comunicaciones y propagandísticos, hay gente de la CNI realizando esta suerte de apoyo de reacción ante la gente que estaba tomando distancia como la UDI”, agrega uno de los investigadores de «El primer civil de la Dictadura. Los archivos secretos de Álvaro Puga».
¿Cómo era Puga?
“Es un personaje muy literario. En su conjunto, lo que propone esta serie de reportajes es una mirada más compleja con un foco distinto de ver a la dictadura. Ver a la policía política no solo como un organismo represivo, sino también como organismo político propagandístico. Eso está en los papeles diplomáticos de la embajada de España y Estados Unidos. Aparecen nombres ahí como Luis Pareto o Adolfo Zaldivar que aparecen como informantes de la CNI. Podríamos estar hablando del papel de la prensa, que queda en evidencia la complicidad de los vínculos de periodistas con la CNI y la policía política”, concluye en Palabra Que Es Noticia Juan Cristóbal Puga, periodista e investigador que trabajó en el equipo de «El primer civil de la Dictadura. Los archivos secretos de Álvaro Puga».