Fue una idea que se cocinó lento. Un buen día, recuerda Juane Correa, director de Eat my Records, debía entregarle un disco a su colega Roberto Fuentes, de Redhouse, quien de pronto lanzó la idea: “¿Sabes? Alguna vez podríamos sacar el split de Hielo Negro con Yajaira”. Juane se quedó pensando. Conocía perfecto a ambas bandas y tenía todos sus discos en su colección, casi todos en vinilo, menos uno: aquella edición publicada por Pilsoca Records, sello iniciado por Andrés Padilla (Grinder, Corvus) y Firebird (Holanda). Se trató de una tirada restringida, en CD-R, que se agotó rápido.
El disco fue reeditado en 2008 por Proyecto Sepulcro, al cuidado del prestigioso diseñador e ilustrador Enzo Toledo. Aquellas copias también volaron muy pronto. De esa primera época, hasta ahora, se cumplen 21 años. Buen momento, como la antigua mayoría de edad, para darle al split nuevos bríos.
“Fue una conversación extensa, nos tomamos unas semanas para llevarlo al papel y presentar la propuesta a los involucrados”, comenta Juane. “Se hicieron algunas portadas de prueba y también del interior del gatefold”.
El trabajo al que se refiere el director de Eat my Records es obra justamente de Enzo Toledo, quien tiene una cercanía histórica con ambas bandas y valora el contexto en que apareció el disco.
“El split a estas alturas tiene una estela mítica. Recuerdo perfectamente que fue el primer registro físico que tuve de Hielo Negro. Lo compré en The Knife y rayé la papa con la onda y el sonido. Por varios días no paré de escucharlo, y creo que afianzó mi cariño por ambas bandas. A Yajaira los seguía desde sus inicios, tocaron una vez en la FAU, donde yo estudiaba, y me volaron el cráneo. Me atrevería a decir que, a partir de este disco, se cimentó lo que posteriormente fue la escena del stoner rock que tuvo su apogeo entre el 2005 y el 2012”.
Los caminos de ambas bandas se han cruzado muchas veces en los últimos veinte años. Comegato Montenegro, de Yajaira, destaca que en ese tiempo ambos proyectos tenían un sonido con mucho en común, incluyendo a un mismo baterista. “Compartíamos un mismo espíritu”, recuerda el músico.
El lado A corresponde a Hielo Negro, con un set grabado en el estudio de la CFA, mientras que Yajaira ofrece parte de un show en radio Rock and Pop.
Esta nueva edición es un trabajo conjunto de Eat my Records y Red House. Tiene una manufactura de primer nivel que resalta la gráfica de Enzo Toledo. “Por una parte, es un agrado sentir el respeto por el trabajo que alguna vez se hizo. Además, que se considere mi mano para esta nueva versión es reconfortante. Recuerdo que le comenté a Roberto, de Red House, que siempre había pensado que este disco merecía su versión en vinilo, era justo y necesario”.
El trabajo, desde luego, es de alta factura. Acorde a la importancia que los fanáticos le asignan. “Como coleccionista nerd que soy, he visto muchos discos de bandas emblemáticas que carecen de un buen papel de impresión, no traen el inserto con las letras, el disco no viene en una bolsa antiestática o ponen más de 25 minutos de audio por lado”, comenta Juane Correa. “Todos esos detalles, por pequeños que parezcan, hacen una gran diferencia. Y con Roberto nos preocupamos mucho, pues queremos que este vinilo sea una experiencia para todos los coleccionistas”.