Durante tres días, la sexta edición del Festival de Autores de Santiago (FAS), que este año reunirá a más de 100 invitados, ofrecerá todos los títulos del 2023 con un 19% de descuento, equivalente al porcentaje IVA que tributan los libros en Chile. El evento se desarrollará entre el viernes 13 y el domingo 15 de octubre en la casona patrimonial del Centro Cultural Las Condes, ubicada en Apoquindo 6570, con entrada liberada. Sobre el evento, y la contingencia en Argentina, donde este domingo 22 de octubre se realizarán elecciones presidenciales, en Palabra Que Es Noticia conversamos con con el escritor argentino Eduardo Sacheri, autor de “La pregunta de sus ojos” y uno de los expositores del evento.
Cuéntanos un poco de la idea inicial que tuviste al escribir esta novela.
“Esta novela se sitúa en el 1975 que en mi país gobierna Isabel Perón, la viuda del general Perón, un político muy conocido y estas organizaciones que tú me mencionabas, están en plena guerra revolucionaria, es decir, ellos se están en un revolución estilo Revolución Cubana y en medio de una Argentina muy violenta y muy convulsionada donde la violencia de todos los actores políticos está desatada, bueno, estos jóvenes de las grandes ciudades, clase media y de estudios universitarios, se lanzan a ese sueño que también participa de esa violencia tan profunda. Me resultaba interesante, bueno, casi 50 años después, dedicarle una novela a investigar estos sueños desmesurados de toda una generación”, señala Eduardo Sacheri.
¿Cuál es la fuerza que tuvieron estos grupos, la incomodidad que generaron? ¿Qué pasó con esta conversación que se sofocó con la dictadura y nunca más volvió a hacerse?
“Es cierto, yo me refería a lo incomodo de la evocación del tema hoy en día, porque bueno, en aquellos tiempos la violencia en mi país – y en toda Sudamérica – la violencia era vista como una herramienta política legítima. Se podía, se necesitaba, se debía utilizar la violencia como un método de acceso al poder. En mi país no solo pensaban estos jóvenes de izquierda sino el propio gobierno de Isabel Perón que ejercía una violencia ilegal desatada; los sindicatos obreros, que en mi país eran muy de derechas también, bueno, y ni hablar de lo que harán los militares el año siguiente en el 76’ cuando se toman el poder”, indica el escritor argentino.
“Entonces, claro, suena un poco contradictorio a nuestros ojos actuales esta combinación de grandes sueños igualitarios y de progreso socioeconómico, digo, esa combinación entre esos grandes sueños y el ejercicio de la violencia casi como acción política central, pero bueno, eran esos tiempos y eran esas las metodologías”, asegura Eduardo Sacheri.
¿Qué es lo que quedo de eso? ¿Cómo entró la idea de Allende con una revolución pensada en libertad y con democracia? ¿Cómo se miraba en ese entonces ese experimento chileno?
“Bueno, como bien dices Andrea, esa excepcionalidad chilena fue absoluta, digo porque para el resto de la izquierda latinoamericana la vía revolucionara por excelencia era la toma armada del poder y no la vía electoral. Cuando se produzca el Golpe aquí en Chile, la lectura que se hará, al menos desde Argentina y desde estas organizaciones es, si lo tuviera que poner en palabras simples, sería “vieron que es imposible, vieron que de ninguna manera en la sociedad capitalista permitirá una vía pacífica hacia el socialismo”. En la Argentina donde gobierna en ese momento el peronismo, es decir, el gobierno constitucional también, la decisión de la guerrilla será sí o sí ir por la vía armada, descreyendo y desautorizando al sistema constitucional”, afirma el escritor argentino.
Respecto a lo que está pasando en la política argentina, ¿Cómo ves tú el proceso de las campañas electorales de personajes como Javier Milei?
“Qué difícil de explicar es la Argentina. Bueno sí, arranco por el final, nosotros tenemos nuestra primera vuelta electoral ahora el domingo 22 y en las elecciones primarias que son así como una especie de encuesta bastante fidedigna, el candidato que más votos obtuvo fue precisamente Milei. Fue una sorpresa completa en mi país, porque en los últimos 20 años la fuerza política dominante es el kirchnerismo, que es una versión de izquierda del peronismo – el peronismo siendo muy difícil de encasillar – solamente cuatro años gobernó una coalición diría más de centro llamada ‘Juntos por el cambio’”, expone Eduardo Sacheri
“y cuando daba la sensación de que el kirchnerismo parecía votado como alternativa en medio de una crisis económica salvaje que estamos atravesando y que le volvía a tocar gobernar a esta coalición de centro, apareció Milei a la derecha de la derecha de la derecha y cuando lo defino así no me refiero solo por su enfoque anarcocapitalista – según sus propias palabras – sino, porque desde lo cultural y lo social su enfoque es extremadamente conservador, es decir, es liberal en lo económico pero profundísimamente conservador en todo lo demás y ha cosechado 1/3 de los votos de mi país”, continúa.
“Cuando digo 1/3 digo también que puede pasar cualquier cosa en el sentido que en la segunda vuelta le toque dirimir con la coalición de centro, Patricia Bullrich, o le toque dirimir con el ministro de Economía del actual gobierno que es Sergio Massa y, talvez, uno desde afuera mira a la Argentina y se dice que ‘puede dirimir entre un candidato de ultraderecha desconocido histriónico y el ministro de Economía que tuvo el mes pasado una inflación de casi el 13% y la respuesta de la Argentina es “por supuesto que sí, todo puede pasar en la Argentina’, así somos”, complementa el escritor argentino.
¿Cuál es tu interpretación de la aparición de un personaje como lo es Milei? ¿Crees que hay que perder?
“Yo creo siempre hay que perder, lo que pasa es que en la desesperación de mucha gente hay en la Argentina una sensación de desencanto; frustración; desilusión; grandes promesas incumplidas en un retorica encendida donde el kirchnerismo habló durante años de progreso; inclusión; ampliación de derechos; desarrollo económico interno, bueno, y la economía argentina está absolutamente devastada”, comenta.
“Llamativamente muchos votantes del propio kirchnerismo, así como se embanderaron hasta hace dos años en ese discurso que veía como enemigos a los medios de comunicación o a los empresarios, hoy elije creer que el verdadero enemigo es el Estado y los políticos, con ese nivel de abstracción, el de Milei es un discurso muy básico, muy simple, muy maniqueo, muy de blanco y negro y de héroes y villanos, pero evidentemente en Argentina ese discurso consigue muchas adhesiones. Aunque nuble esa adhesión, desde la izquierda kirchnerista, hacia el liberalismo de Milei. Lastima que es un péndulo salvaje incapaz de defenderse en cualquier otro sitio”, concluye en Palabra Que Es Noticia Eduardo Sacheri.